Polémica en Suiza por la energética azerbaiyana Socar
La compañía energética estatal de la República de Azerbaiyán Socar es una fuente clave de financiación pública para este país del Caúcaso. Una empresa que, en gran medida, también depende de los negocios en Suiza, donde está en el punto de mira.
Azerbaiyán —el Estado petrolero anfitrión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29)— está al cargo de forjar acuerdos internacionales sobre cuestiones decisivas como la financiación de la lucha contra el cambio climático y la transparencia de los mercados de carbono. Mientras tanto Socar, la compañía estatal petrolífera y espina dorsal de la economía del país, ha construido en Suiza una sólida —y también controvertida— presencia empresarial.
Con unas 200 gasolineras Socar repartidas a lo largo del país, su logotipo verde, rojo y azul es conocido por quienes conducen en las carreteras suizas. Además, cuando algunas de esas personas hacen alguna compra de última hora en las tiendas Migrolino de las gasolineras, por un acuerdo de franquicia con la compañía energética estatal de Azerbaiyán, también tienen tarjetas de fidelidad de la cadena minorista Migros.
La empresa azerbaiyana Socar, asimismo, ha sido fundamental a la hora de preparar la conferencia mundial sobre el clima de este año. El presidente de la COP29 es el ministro de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán, Muxtar Babayev, antiguo funcionario de Socar. El actual presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíyev, fue vicepresidente de Socar hasta 2003, año en que al frente del país sucedió a su padre, fallecido.
“Azerbaiyán es Socar, y Socar es Azerbaiyán”, ha reconocido a SWI swissinfo.ch Altay Goyushov, antiguo profesor de Historia de la Universidad Estatal de Bakú, durante una reciente visita a Ginebra. Aunque el país solo produce el 1 % del petróleo y el gas mundiales, sus combustibles fósiles representan el 90 % de sus exportaciones y el 64 % de los ingresos públicos.
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Semanas después de que Bakú anunciara que iba a acoger la COP29, Socar proclamó que iba a crear una filial de energía verde; una medida que, para quienes no están de acuerdo, supuso una pose con escaso impacto. En cuanto a credenciales climáticas, en 2023 Socar ocupaba el puesto 91 de 99 empresas de petróleo y gas, según la World Benchmarking AllianceEnlace externo.
A principios de año, el Gobierno azerbaiyano organizó un viaje de periodistas de fuera del país a zonas de Nagorno-Karabaj [región disputada entre Azerbaiyán y Armenia] para mostrarles la reconstrucción “verde” de los territorios capturados durante la guerra con Armenia. El plan nacional de Azerbaiyán presentado al proceso climático de la ONU declara que “para revitalizar los territorios liberados de la ocupación”, pondría en marcha proyectos tales como “energía verde”, agricultura “verde”, transporte “verde”, ciudad “inteligente”, pueblo “inteligente” y reforestación.
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La operación militar en Nagorno-Karabaj, que finalizó en diciembre de 2023, dejó la zona vacía de su población armenia, que hasta hace poco representaba su mayoría.
Las ONG Urgewald y Bankwatch Network aleganEnlace externo que Socar ha sido cómplice de las operaciones militares, que, para quienes conocen la legalidad, equivalen a “crímenes de guerra”. Socar, en las redes sociales, contribuye a la propaganda nacionalista del Gobierno azerbaiyano.
Un Gobierno que el último año ha reprimido duramente la disidencia, condenando arbitrariamente a periodistas, miembros de la sociedad civil y cualquier persona crítica con el sistema. Con 167 puntos sobre 180, Reporteros sin Fronteras sitúa al país en el último puesto de su clasificación de la libertad de prensa.
Sobre el papel que juega Socar en la represión gubernamental, el profesor azerbaiyano Goyushov dice que “es la columna vertebral del Gobierno” y añade: “Todas estas cosas están ocurriendo gracias a la fuerza de Socar”. Tras haber abandonado Azerbaiyán a raíz de una campaña gubernamental que le acusaba de traidor —lo cual él niega—, Goyushov ahora imparte clases en Science Politiques de París.
Migros y el Gobierno suizo, en el punto de mira
En medio de la represión y de lo que el Parlamento Europeo y Armenia han calificado como de “limpieza étnica” en Nagorno Karabaj, Migros ha sido objeto de crecientes presiones por una asociación que su filial Migrolino llevó a cabo con la empresa energética estatal Socar, que en 2012 adquirió las gasolineras de Esso con sede en Suiza.
Han condenado este acuerdo comercial grupos de la sociedad civil suiza, como la Asociación Suizo-ArmeniaEnlace externo o Solidaridad Cristiana InternacionalEnlace externo.
Algunos miembros del Parlamento suizo, indignados también por la relación comercial, en 2023 escribieron al ministro de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, para protestar. En la carta —según el diario BlickEnlace externo— decían que “Suiza debe dejar de financiar el ataque militar y la limpieza étnica”.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores suizo declaró que la Confederación “espera que las empresas con sede en Suiza respeten los derechos humanos en sus actividades empresariales”.
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A preguntas de SWI swissinfo.ch, la portavoz de Migros, Estelle Hain, ha respondido por escrito que “ni Migrolino AG ni Migros tienen contactos con Azerbaiyán. Migrolino AG, sin embargo, está vinculada a Socar Energy Switzerland a través de contratos a largo plazo en virtud de la legislación suiza”.
Y agrega: “Migros lamenta que hayan surgido conflictos en la región”. Asimismo, dice: “Celebra explícitamente el diálogo y los esfuerzos diplomáticos para una resolución pacífica del conflicto”.
Para Emin Huseynov, crítico con el Gobierno azerbaiyano y que en 2015 se vio obligado a exiliarse en Suiza, los Gobiernos tuvieron la oportunidad de presionar a Bakú antes de la conferencia de la ONU sobre el clima, pero no lo hicieron, prefiriendo, en su lugar, trabajar con Azerbaiyán y proporcionarle fondos de cooperación al desarrollo.
“La sociedad civil del país debe actuar, pero no está recibiendo ningún apoyo de Estados afines, incluida Suiza”, afirma.
La oficina comercial de Socar, con sede en Ginebra, envuelta en pagos sospechosos
La oficina de comercialización de energía de Socar está en Ginebra; en la parte alta del edificio hay un gran letrero visible desde la ribera de la ciudad suiza. Mariam Almaszade, una de las 100 personalidadesEnlace externo que según el período Le Temps dan forma a la Suiza francófona, ha dirigido la oficina desde 2018 comercializando petróleo azerbaiyano y productos petrolíferos de terceros. Conforme a Socar Trading, Almaszade anteriormente había trabajado para varias ONG con sede en Ginebra y Bakú, entre ellas la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y ACNUR.
En los últimos años, la oficina comercial de Socar ha llamado la atención de los medios de comunicaciónEnlace externo y de las autoridades. De acuerdo a las investigaciones de la ONG suiza Public EyeEnlace externo y otras organizaciones sobre un acuerdo de construcción de una central eléctrica maltesa en 2017, hubo pagos “sospechosos” —por valor de millones de dólares— a 17 Black, una empresa registrada en Dubái. En el acuerdo, conocido como el proyecto Eurogas, Socar Trading tenía una participación del 33 %.
La investigación de Daphne Project descubrió que Socar Trading estaba asociada al empresario maltés Yorgen Fenech. Este empresario está en prisión por participar presuntamente en el asesinato de la periodista maltesa Daphne Caruana Galizia, que estaba investigando el blanqueo de capitales. Caruana fue asesinada poco después de recibir correos electrónicos confidenciales del consorcio Eurogas.
Las autoridades maltesas descubrieron que un testaferro de Azerbaiyán había transferido fondos a la empresa offshore de Fenech desde otra empresa fantasma, mientras que, al parecer, los pagos de las cuentas de Fenech se enviaron a las cuentas de dos altos funcionarios malteses. Estos dos funcionarios se vieron obligados a dimitir.
El proyecto Eurogas en Malta, que debía procesar gas natural licuado de Socar, había sido supervisado desde Ginebra por un ciudadano británico-azerbaiyano contratado como consultor de Socar Trading. Este consultor ya había trabajado con Fenech en un proyecto de energía eólica en Montenegro.
El periódico Tribune de GenèveEnlace externo, por su parte, descubrió que durante parte del tiempo en que la directora general de Socar Trading trabajó en una empresa de comercio de materias primas en Ginebra, gestionando las cuentas de su fundador y empresario azerbaiyano, fue la única directora de Crowbar Holdings, registrada en las Islas Vírgenes. Ese holding —propiedad del empresario azerbaiyano— había transferido presuntamente 2,3 millones de dólares a 17 Black, la empresa de Fenech.
Mariam Almaszade ha negado conocer las transferencias realizadas a la empresa de Fenech y no respondió oficialmente a las preguntas sobre la transferencia.
Las conclusiones de la investigación del fiscal maltés sobre 17 Black no se han publicado todavía.
Editado por Veronica DeVore. Adaptado del inglés por Lupe Calvo / Carla Wolff
*Por razones de seguridad se ha ocultado quién ha hecho el reportaje
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