Nobel Alternativo envía un mensaje a favor de Palestina y por la lucha medioambiental
Copenhague, 4 dic (EFE).- La gala de entrega del denominado premio Nobel Alternativo de la fundación sueca Right Livelihood Award, celebrada en el Teatro del Circo de Estocolmo, envió este miércoles un mensaje a favor de Palestina y por los derechos medioambientales y de los pueblos indígenas.
La situación en Palestina, en especial en Gaza, fue recordada por el grupo Youth Against Settlements (YAS), pero también en las palabras de otros de los galardonados, como la mozambiqueña Anabela Lemos y el grupo de investigación británico Forensic Architecture.
«Debemos trabajar para frenar el genocidio ahora, apoyar los mecanismos legales internacionales para que los agresores sean hechos responsables, no usar dobles estándares y no socavar el orden internacional», afirmó Issa Amro (Hebrón, 1980), fundador en 2007 de YAS, de quien el jurado destaca «la resistencia rotunda y no violenta a la ocupación ilegal israelí».
Amro extendió una bandera palestina sobre el atril, resaltando que nunca perderán «la esperanza en un Estado palestino y de que acaben la ocupación y el apartheid».
YAS ha jugado un rol «fundamental» en documentar violaciones de derechos humanos y organizar protestas, sirviendo de inspiración para la resistencia no violenta en el resto de Palestina, a pesar de la presión «constante» de los colonos y el Ejército, ha destacado el jurado.
La situación en Palestina también estuvo muy presente en la intervención del arquitecto británico-israelí Eyal Weizman, fundador en 2010 de Forensic Architecture, premiado por el uso de «métodos forenses digitales que garantizan la justicia y la rendición de cuentas para víctimas y supervivientes de violaciones de derechos humanos y ambientales».
«Nuestros colegas en Ramala, una organización de derechos humanos, han sido designados por Israel como terroristas, terroristas de qué», se preguntó Weizman, quien afirmó que «la verdad es lo que más aterroriza al opresor».
Su organización ha llevado a cabo más de cien investigaciones en nombre de las comunidades afectadas, desvelando verdades sobre acontecimientos históricos, como el genocidio colonial de Alemania en Namibia, y actuales, como el incendio de la Torre Grenfell de Londres en 2017.
Y, ahora, también colabora en documentar «el genocidio que se está desarrollando en Gaza», en palabras de Weizman
Activistas filipinos y mozambiqueños
«Nuestra lucha por los derechos de los pueblos indígenas no significa que nos opongamos al progreso. En realidad, estamos cuidando de la naturaleza para todos», dijo al recoger su premio Joan Carling, premiada «por amplificar las voces indígenas ante el colapso ecológico mundial».
Carling (Baguió, 1963) recalcó que los pueblos originarios tienen «el conocimiento, la sabiduría y la praxis para garantizar el desarrollo sostenible» e hizo una llamada a la «acción» en su defensa.
La activista filipina lleva más de treinta años defendiendo los derechos de los pueblos indígenas en Filipinas, una lucha que ha conseguido llevar al escenario regional y global, lo que le ha costado también detenciones y amenazas de muerte.
«Estamos en una crisis climática, el llamado desarrollo nos ha llevado a esto, necesitamos cambiar y el cambio es posible», declaró la mozambiqueña Anabela Lemos, de la organización Justiça Ambiental!, distinguida «por fortalecer a las comunidades para hacer valer su derecho a decir que no a los megaproyectos de explotación».
Lemos (Maputo, 1953) recordó que Mozambique «está atravesando una crisis postelectoral sin precedentes», denunció «la violencia estatal represiva» y remarcó que hay muchos muertos y heridos y que la «impunidad» prevalece frente a la petición de cambios.
Justiça Ambiental! se ha significado contra varios proyectos como el de la francesa TotalEnergies para extraer gas en Cabo Delgado y ha creado alianzas con la sociedad civil en una veintena de países para retrasar con éxito su puesta en marcha.
El Premio al Correcto Modo de Vida (Right Livelihood Award), como realmente se llama este galardón que distingue la labor social, ha reconocido a cerca de dos centenares de personas y organizaciones desde que fue instituido en 1980 por el escritor y eurodiputado sueco-alemán Jakob von Uexküll. EFE
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