Noruega avanza para abrir uno de los primeros servicios comerciales de almacenamiento de CO2
Noruega inauguró este jueves el terminal de un proyecto que afirma será el primer servicio comercial de transporte y almacenamiento de C02 en el mundo, cuyo objetivo es impedir que el dióxido de carbono se libere en la atmósfera y contribuya al cambio climático.
La idea es enterrar, a cambio de una tarifa, el CO2 capturado a la salida de las chimeneas de las fábricas de Europa y llevarlo luego al fondo del océano, reduciendo así las emisiones a la atmósfera.
El jueves se inauguró en el municipio insular de Øygarden una pieza clave de estas instalaciones, el terminal terrestre con grandes cisternas, situado a orillas del Mar del Norte.
El CO2, una vez licuado, será llevado en barco y luego inyectado a través de una larga tubería en el lecho marino, a una profundidad de 2.600 metros.
El proyecto, llamado Northern Lights y que tiene el apoyo de los gigantes petroleros Equinor, Shell y TotalEnergies, tiene previsto enterrar las primeras toneladas de CO2 en 2025.
Su capacidad de almacenamiento anual será inicialmente de 1,5 millones de toneladas y, si hay demanda, se incrementará hasta 5 millones de toneladas.
«Nuestro principal objetivo es demostrar que la cadena de captura y almacenamiento de carbono (CCS) es factible», dijo a AFP el director de Northern Lights, Tim Heijn.
La CCS es una tecnología para capturar el CO2 que produce la industria antes de que llegue a la atmósfera, para luego transportarlo y almacenarlo en zonas subterráneas y evitar que contribuya al cambio climático.
En Europa hay varios proyectos de almacenamiento similares, como Greensand, frente a las costas de Dinamarca, o otro frente a Rávena, en Italia.
Aunque la captura y almacenamiento de carbono es un proceso caro y complejo, la CCS cuenta con el respaldo del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), en particular para las industrias que son difíciles de descarbonizar, como las plantas de cemento o la industria del acero.
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