Nuclear y economía, las prioridades del nuevo presidente iraní Raisi
El ultraconservadorEbrahim Raisi será investido el martes como nuevo presidente de Irán, con el desafío de reactivar una economía hundida por las sanciones estadounidenses y la crisis sanitaria y relanzar las negociaciones para salvar el acuerdo internacional sobre el dosier nuclear.
Vencedor en la elección presidencial de junio que estuvo marcada por una abstención récord, Raisi sucede al moderado Hasan Rohani, que concluyó en 2015 un acuerdo con las grandes potencias tras 12 años de tensiones sobre el programa nuclear de Irán, acusado pese a sus desmentidos, de tratar de fabricar el arma atómica.
Antiguo jefe de la Autoridad Judicial, Raisi de 60 años, iniciará oficialmente su mandato de cuatro años tras la aprobación de su elección por el guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei, y prestará sermón el jueves en el Parlamento.
El objetivo «principal» de Raisi «será mejorar la situación económica reforzando las relaciones económicas entre la República Islámica de Irán y los países vecinos», explica a la AFP Clément Therme, investigador del Instituto Universitario Europeo, en Italia.
Se trata de «construir un modelo económico que proteja el crecimiento económico de Irán de las decisiones y elecciones políticas estadounidenses», sostiene.
En 2018, el expresidente Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo de 2015 y restableció las sanciones contra Irán. En respuesta, las autoridades iraníes renunciaron a la mayoría de sus compromisos clave que limitaban las actividades nucleares controvertidas, asumidas en el acuerdo.
Según Therme, la prioridad de Raisi es que «se levanten las sanciones estadounidenses», «pero para mejorar cualitativamente y aumentar los intercambios comerciales» con países no occidentales, como China y Rusia.
– Vía diferente –
Las sanciones han asfixiado a Irán, sobre todo porque pretenden cesar sus exportaciones de petróleo. La economía iraní se contrajo más del 6% en 2018 y 2019, según el Fondo Monetario Internacional.
En el invierno de 2017-2018 y de nuevo en 2019, Irán fue teatro de manifestaciones que tenían un fondo económico. En julio pasado, habitantes de la rica provincia petrolera de Juzestán (suroeste) se manifestaron contra la falta de agua.
La crisis económica se ha visto agravada por la pandemia de coronavirus. Irán ha sido el país de la región más golpeado por el covid-19.
«Rohani creía que sería capaz de resolver rápidamente todos los problemas del país», dice el economista reformista iraní Said Laylaz, que le tilda de «idealista» en su apertura hacia Occidente. Pero para este asesor de varios presidentes iraníes, Raisi optará por una vía diferente.
De hecho, el ayatolá Jamenei, que tienen la última palabra en los dosieres sensibles como el nuclear, advirtió de nuevo esta semana que «confiar en Occidente no funciona».
– «Mejor acuerdo» –
El sucesor de Trump, Joe Biden, ha manifestado su disposición a volver al acuerdo de 2015 y ha iniciado negociaciones directas con Irán en paralelo a las que se realizan en Viena con los otros miembros del acuerdo: Reino Unido, China, Francia, Alemania y Rusia.
El acuerdo proporciona a Teherán un alivio de las sanciones occidentales y de la ONU a cambio de su compromiso a no dotarse del arma atómica y una reducción drástica de su programa nuclear, situado bajo estricto control de la ONU.
Mientras que las negociaciones de Viena parecen bloqueadas hasta la asunción de Raisi, éste ha dejado claro que no negociará por el mero placer de negociar y que defenderá los «intereses nacionales».
Seis rondas de negociaciones tuvieron lugar en Viena entre abril y junio.
Irán no tiene intención de precipitarse, dice Therme. «El nuevo gobierno conservador pretende demostrar que puede logar un mejor acuerdo que el gobierno anterior».
La suerte de la economía dependerá, entre otras cosas, del futuro del acuerdo nuclear, dice por su parte Said Laylaz. «Si Irán anuncia su intención de no proseguir las negociaciones, las sanciones permanecerán.»
Pero espera que Washington y Teherán encuentren un compromiso ya que «Irán y Estados Unidos no pueden seguir con el status quo».