Nuevo récord de civiles asesinados en Afganistán
Afganistán batió un nuevo récord de civiles asesinados, con cerca de 1.700 muertos en el primer semestre de 2018, el peor balance en diez años, según datos de la ONU.
Pese a tres días de tregua en junio entre talibanes y gobierno, en el período entre el 1 de enero y el 30 de junio murieron 1.692 civiles, la mitad de ellos en atentados atribuidos al grupo EI.
Se trata del periodo con más muertes desde que la ONU empezó a contabilizar víctimas civiles hace diez años.
Sumando muertos y heridos, 5.122 civiles se vieron afectados en el primer semestre por la violencia en Afganistán, indicó la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Afganistán (Manua).
La capital, Kabul, y la provincia de Nangarhar, en el este del país, fueron las más afectadas, incluso durante el alto el fuego de junio en el que no participaba el EI.
Los talibanes, que respetaron la tregua negociada con el gobierno entre el 15 y el 17 de junio, son los causantes del 40% de los civiles muertos.
En este conflicto que se eterniza —cerca de 40 años en total, y 17 desde la llegada de Estados Unidos en 2001— la primera causa de muerte de civiles siguen siendo los atentados suicidas y los llamados ataques complejos, es decir, que empiezan con un kamikaze y siguen con ocupación de edificios y disparos.
Los combates terrestres están en segundo lugar.
En paralelo, la expansión de las operaciones aéreas también ha provocado un fuerte aumento del número de víctimas civiles por los bombardeos aéreos, un 52% más comparado con el mismo periodo del año pasado, con 149 muertos y 204 civiles heridos.
Más de la mitad de las víctimas de bombardeos fueron atribuidas a ataques de las fuerzas afganas y el 45% a los aviones estadounidenses, los únicos de la coalición occidental que llevan a cabo operaciones.
«El breve alto el fuego demostró que es posible detener los combates», dijo Tadamichi Yamamoto, el representante especial del secretario general de la ONU, citado en un comunicado de la Manua.
– Ataques contra escuelas –
La preparación de las elecciones legislativas del próximo mes de octubre —las primeras desde 2010— genera violencia suplementaria, según la ONU, que apunta que los atentados contra centros de inscripción para las elecciones, abiertos el 14 de abril, ya han dejado 117 muertos y 224 heridos.
El grupo yihadista EI apareció en Afganistán a principios de 2015, en la región fronteriza con Pakistán. Ahí ha establecido su retaguardia aunque las fuerzas estadounidenses acentúan la presión para expulsarlo de sus feudos.
La Misión de la ONU destaca por otra parte que hay una «tendencia emergente» que consiste en atacar edificios educativos: solo en la provincia de Nangarhar se han registrado 13 ataques atribuidos al EI en junio.
«Los islamistas habían amenazado con atacar las escuelas de niñas, en represalia por los bombardeos aéreos», recuerda la Misión.
El EI atentó la semana pasado contra un edificio del departamento de educación en Jalalabad, la capital de Nangarhar, causando once muertos. Ya había atacado este mismo departamento el 11 de junio, cuando un kamikaze provocó heridas a unas diez personas.