ONG alertan de que la moratoria sobre la soja de la Amazonía deforestada está en peligro
São Paulo, 12 dic (EFE).- Un grupo de 66 ONG ha lanzado este jueves un manifiesto en el que advierte sobre el peligro de que se termine la moratoria sobre la compra de soja procedente de áreas deforestadas en la Amazonía, ante las presiones del sector agropecuario brasileño.
Las ONG, entre ellas Greenpeace y WWF, afirman que la continuidad de la importante moratoria está amenazada por iniciativas legislativas promovidas en las asambleas regionales que buscan prohibir los incentivos fiscales para empresas que participan en este acuerdo voluntario firmado en 2006.
Además, apuntan a la denuncia formal presentada el miércoles por una asociación agrícola ante el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade), el organismo gubernamental encargado de velar por la libre competencia, contra las compañías firmantes.
«El acuerdo parece encaminarse hacia su final por la presión de los sectores más retrógrados de la agroindustria», asegura el manifiesto, que tacha estos proyectos de ley de «inconstitucionales» debido a que la carta magna consagra el respeto al medioambiente.
Según las ONG, la retirada de subsidios fiscales perjudica a las empresas firmantes por adoptar criterios de compra «adicionales» a la ley forestal del país, que permite la tala de vegetación nativa en la Amazonía en hasta un 20 % de una propiedad privada.
En este contexto, las organizaciones piden a las empresas que mantengan su compromiso con la moratoria y dicen que cualquier intento para flexibilizar el acuerdo representa un «retroceso inaceptable» que «limita significativamente» la capacidad de evitar la comercialización de soja de áreas taladas.
«Quedan dos caminos para las empresas participantes en el acuerdo: mantener sus exenciones fiscales y terminar con la moratoria o mantener su compromiso con la deforestación cero en la Amazonía independientemente del acceso o no a beneficios», reza el manifiesto.
Las ONG advierten, además, del «riesgo reputacional» que puede suponer la retirada del acuerdo, sin el cual prevén un «restablecimiento del incentivo a la deforestación» y un «castigo» a los productores que cumplen con las reglas.
La moratoria, en la que participan gigantes mundiales como Cargill y Amaggi, compromete a las empresas a no comprar soja de áreas taladas después de 2008 y a expulsar de las cadenas de suministro a las fincas que incumplen el acuerdo.
Pasados 18 años desde la firma, la iniciativa ha ayudado a frenar la expansión de las plantaciones y en la actualidad apenas el 0,06 % de los 72.800 kilómetros cuadrados de este cultivo en la Amazonía se sitúan en terrenos talados después de 2008.
Un 17,3 % del mayor bosque tropical del planeta se encuentra deforestado y ocupado por cultivos y ganado, mientras que el resto aún mantiene la vegetación primaria, según datos para 2023 publicados en el portal que monitoriza el cumplimiento de la moratoria.
El poderoso sector agropecuario, al que están asociados decenas de legisladores brasileños, ha conseguido aflojar medidas ambientalistas del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, como el incipiente mercado de créditos de carbono, en el que los productores agrícolas no estarán obligados a participar.EFE
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