Gobiernos y ejércitos son los que más violan los derechos de los niños en los conflictos
Naciones Unidas, 5 jul (EFE).- Los gobiernos y los ejércitos regulares son «los principales perpetradores» de las violaciones y atropellos a los niños, por encima de grupos irregulares, denunció hoy un informe de la Representante Especial de la ONU para los niños en los conflictos armados.
El informe de la oficina dirigida por Virginia Gamba fue leído hoy en el Consejo de Seguridad de la ONU, en una sesión ad hoc sobre la cuestión, y recordó que estas violaciones incluyen no solo las sexuales, sino otras como amputaciones, asesinatos o bombardeos de escuelas y hospitales.
El pasado año, la oficina de la ONU documentó 27.180 «violaciones graves» cometidas contra 18.890 niños, que incluyeron 8.630 asesinatos y mutilaciones, 3.985 raptos, 2.880 violaciones sexuales y 7.622 reclutamientos forzosos para luchar, siendo las situaciones más repetidas en los distintos conflictos y representando además cifras mayores que en 2021.
Las violaciones sexuales a veces incluyen otras «situaciones horripilantes» como la violación grupal por parte de bandas, la esclavitud sexual o el matrimonio forzoso, describe el informe.
En la mayor parte de los casos -añade- estas violaciones continúan porque quedan impunes, con sus autores escapando a toda persecución legal, sea nacional o internacional, mientras que sus víctimas con gran frecuencia «son dejadas solas en su sufrimiento, sin recibir cuidados ni justicia».
Además, la ONU lamenta que hay una gran cantidad de áreas en conflicto a las que su personal no tiene acceso, y eso significa que las capacidades de monitoreo se ven mermadas aun cuando reciben peticiones de ayuda o intervención.
Los ataques a escuelas (1.163 casos en 2022) y a hospitales (647) han aumentado en un 112 %, y la mitad de ellos fueron cometidos por fuerzas gubernamentales; al respecto, el informe denuncia que estos ataques se producen porque grupos armados regulares e irregulares usan estos edificios con fines militares, exponiendo a niños, maestros, médicos y pacientes al mayor peligro.
Las violaciones han sido cometidas en Ucrania, Yemen, Etiopía, Mozambique, Birmania, Sudán o Afganistán, entre otros, e incluyen casos tan trágicos como la niña de 14 años secuestrada y quemada viva en Birmania, o las tres niñas raptadas por una banda en Sudán del Sur y «violadas durante cinco días de horror».
Cabe percibir algún atisbo de esperanza en los acuerdos llegados por la oficina de la ONU con distintos actores armados a lo largo de 2022: con los hutis de Yemen, los Mai Mai de República Democrática el Congo o las Fuerzas de Movilización Popular en Irak, acuerdos que sirven de ejemplo en negociaciones similares que se llevan a cabo actualmente en Etiopía, Mozambique y Ucrania.
«No olvidemos -concluyó Gamba- que detrás de cada violación demostrada está la vida de un niño, con su historia individual». EFE
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