Justicia neerlandesa juzga a afgano de 76 años por crímenes de guerra en 1980
La Haya, 16 feb (EFE).- La Justicia neerlandesa inició este miércoles un proceso judicial contra un hombre de 76 años acusado de crímenes de guerra cuando supuestamente dirigía en la década de los ochenta una importante prisión al este de Kabul, donde se recluía a los opositores al régimen comunista afgano.
El acusado, que responde al nombre de Adbdulrazaq R, entró a Países Bajos en 2001 con una identidad falsa y después adquirió la nacionalidad neerlandesa y construyó una «nueva vida» en el municipio de Kerkrade, en la provincia de Limburgo, hasta su arresto en 2019, según explicó la Fiscalía en la primera sesión ante el tribunal.
Las primeras sospechas sobre su verdadera identidad surgieron en 2012, pero el equipo de investigadores neerlandeses encargado de este tipo de crímenes tuvo que viajar antes por diferentes países para hablar con sus víctimas y recoger evidencias de diferentes fuentes para poder llevarlo ante los tribunales.
Se cree que cambió de identidad para ocultar su pasado como director de la prisión de Pul-e-Charkhi o Centro de Internamiento Nacional Afgano, la cárcel más grande de Afganistán, donde presuntamente torturó y mantuvo en “condiciones inhumanas” y de hacinamiento a los reclusos entre 1983 y 1990, según confirmaron decenas de testigos.
La Fiscalía le acusa de la comisión de “varios” crímenes de guerra como comandante y jefe de asuntos políticos de la prisión, donde se mantenía detenidos a los reclusos sin un juicio previo, y donde, según sostiene la acusación, eran maltratados, golpeados, torturados y ejecutados.
El sospechoso defiende su inocencia, y sostiene que hay un “error de identidad” y que él no es el jefe de esa prisión afgana.
Los países europeos han recurrido varias veces en los últimos años al principio de jurisdicción universal para iniciar procedimientos judiciales contra personas sospechosas de crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en terceros países, como por ejemplo durante el conflicto actual en Siria.
Los abogados de Adbdulrazaq R, hoy un anciano que dice no recordar nada de su pasado, argumentaron que no debería ser juzgado en Países Bajos, entre otras cosas porque consideran que en los ochenta no había un “conflicto armado internacional” en Afganistán, sino una “lucha interna” entre el gobierno y los insurgentes.
De confirmarse su verdadera identidad y probarse las acusaciones, podría ser sentenciado a cadena perpetua en Países Bajos. EFE
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