Panamá apuntala el potencial cultura de sus fortificaciones caribeñas
Ciudad de Panamá, 21 feb (EFE).- La restauración de los fuertes San Jerónimo y San Lorenzo, además de la construcción de un centro de visitantes, son algunos de los proyectos en desarrollo para apuntalar «el gran potencial cultural y turístico» de las Fortificaciones de la Costa Caribe de Panamá, un sitio Patrimonio de la Humanidad desde 1980.
Estos fuertes panameños son magníficos prototipos de la arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII. Formaban parte del sistema defensivo creado por la Corona de España para proteger el comercio transatlántico, como destaca la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que en 2012 inscribió el sitio en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.
El Ministerio de Cultura de Panamá ejecuta un programa con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para lograr el estado deseado de conservación de las fortificaciones, que son sometidas tanto a intervenciones de emergencia recomendadas por la Unesco como a proyectos que buscan su sostenibilidad, explicó a EFE la directora Ejecutiva del Patronato de Portobelo y San Lorenzo, Nilda Quijano.
Enclavado a orillas del mar Caribe en una bahía homónima, Portobelo fue uno de los puertos americanos más importantes durante la época colonial, por el que pasó la mayoría de las riquezas que España embarcó hacia Europa procedentes de la conquista de América.
LOS PROYECTOS
El proyecto «más grande» que se lleva a cabo en las fortificaciones es la restauración del fuerte San Lorenzo Real de Chagres, con una inversión cercana a los 5 millones de dólares, dijo Quijano.
Las tres fases del proyecto, que se desarrolla desde 2020, comprenden trabajos de conservación en parte de los muros de la fortaleza, obras de emergencia orientadas a la consolidación de suelos y del baluarte norte, y la habilitación de un museo en tres de las bóvedas de la fortaleza, entre otros.
San Lorenzo es una fortificación situada sobre un acantilado. Era un bien militar estratégico, ya que siguiendo el aledaño río Chagres y el Camino de Cruces se llegaba a la Ciudad de Panamá y a la costa del Pacífico.
La estructura que existe hoy en día es la cuarta versión, construida por Antonio Fernández de Córdoba en el año 1672 luego de que el filibustero Henry Morgan (1635-1688) atacara en 1671 la fortaleza cuando se dirigía a Ciudad de Panamá, a la que saqueó, explicó a EFE el investigador panameño, Tomás Mendizábal.
Antonio Fernández de Córdoba fue Gobernador y Capitán General de la Provincia de Tierra Firme y Presidente de la Real Audiencia de Panamá entre 1671 y 1673.
Asimismo, el proyecto de conservación de San Jerónimo incluye «consolidación de paredes de batería alta, de los muros del reducto, restauración del Polvorín y de la bóveda del reducto y la construcción de rompeolas para la protección de los estragos del mar», entre otros.
En los fuertes de Santiago y de San Fernando, ya se hacen o están programados para este año trabajos de mantenimiento y consolidación, mientras que el Ministerio de Cultura tiene en sus manos «los planos para que se puedan realizar» más restauraciones en estos y en San Jerónimo, unos proyectos que deben ser licitados, dijo Quijano.
Además de los proyectos de restauración, se está construyendo un Centro de Visitantes a unos 8 kilómetros de la entrada del fuerte San Lorenzo, dijo Quijano.
LA RUTA COLONIAL TRANSÍSTMICA
Las Fortificaciones de la Costa Caribe forman parte, junto al Sitio Arqueológico de Panamá Viejo y el Distrito Histórico de Panamá (Patrimonio Mundial desde 1997) y los caminos coloniales que los unen: el Camino de Cruces y el Camino Real, de la Ruta Colonial Transístmica de Panamá propuesta por el país para ingresar a la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
La Ruta Colonial Transístmica fue usada por los españoles desde el siglo XVI hasta el siglo XIX como un sistema de comunicación esencial entre el Océano Atlántico y Pacífico, por lo que constituyó un nodo vital de la vasta red de transporte global conocida como Camino Real Intercontinental del imperio español, de allí su Valor Universal Excepcional, destaca el Ministerio panameño.
«La América crece a partir de esta actividad económica, migratoria», que se da a través de la caribeña Portobelo y su conexión con la Ciudad de Panamá y el Pacífico, dijo a EFE la embajadora permanente de Panamá ante la Unesco, Elia Guerra. EFE
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