Policías, docentes y empleados públicos cumplen seis días de protestas en provincia argentina
, docentes, médicos, enfermeros y empleados públicos cumplen este miércoles seis días de protestas por mejoras salariales en la provincia argentina de Misiones, desatando temores de contagio cuando arrecian los efectos del ajuste económico del presidente ultraliberal Javier Milei.
A la protesta inicial de policías, con el pasar de los días se sumaron otros sectores afectados por la combinación de salarios deprimidos y el aumento del costo de vida en un país con la mitad de su población en la pobreza.
«No tenemos miedo, porque ya no tenemos nada», advierten los manifestantes en torno a neumáticos ardiendo, en esta provincia nordestina de 1,2 millones de habitantes.
Milei mantiene un férreo lazo sobre las transferencias de dinero a las provincias, que cayeron casi un 90% interanual en abril.
«Queríamos ajustar las cuentas y se nos fue un poco la mano con el ajuste», dijo el martes. En el primer trimestre obtuvo superávit financiero quebrando casi 20 años de déficit, pero las finanzas de las provincias están contra las cuerdas.
El opositor Sergio Berni, senador de la provincia de Buenos Aires, advirtió al canal C5N que «lo que pasa en Misiones va a ser un efecto contagio a lo largo y ancho del país». Pero el vocero presidencial Manuel Adorni sostuvo el miércoles que no teme «para nada» que se propague.
El martes, la gobernación de la contigua provincia de Corrientes ajustó 10% los salarios, en un esfuerzo por poner las bardas en remojo un día después de que su policía amenazara con una medida igual a la de «los colegas de la vecina Misiones».
Al aumento de alquileres y alimentos (8,8% de inflación en abril y en 290% interanual) se suma el de tarifas de transporte y energía, que ahogan la economía familiar en un contexto de despidos y constricción de la actividad económica.
En la capital de Misiones, Posadas, docentes cortaron una ruta nacional que da acceso al puente Garupá a las puertas de la ciudad.
«Los docentes no tienen plata para ir a trabajar, pagar el combustible, el colectivo, están comprando comida con tarjeta de crédito, todos endeudados. Esto no tiene escapatoria si no hay recomposición salarial, la situación es desesperante», dijo Camila, una profesora de secundaria, a AFPTV.
Luego despejaron la vía y se unieron a un improvisado campamento callejero que crece cada día, donde cientos de manifestantes se extienden en un radio de tres cuadras en torno al Comando Radioeléctrico I de la policía, centro de las protestas.
Casi todos los sectores reclaman un 100% de incremento salarial, lejos de la oferta de entre 15% y 50% que recibieron. Ambas partes se mantienen intransigentes.
Enfermeros y médicos ingresaron al ministerio de Salud para forzar un diálogo, sin resultado.
Las protestas son pacíficas y la Infantería (antidisturbios) controla a distancia.
«La protesta está razonablemente controlada», dijo al canal TN+ el ministro del Interior, Guillermo Francos. «Somos conscientes de las dificultades de las provincias».
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