Ayuda al desarrollo como instrumento de la geopolítica: ¿se aparta Suiza de los Balcanes?

Los Balcanes siempre fueron una región fronteriza. La situación frágil provoca que la región sea vulnerable a injerencias de potencias extranjeras que, ágilmente, tratan de aprovechar el vacío de poder. La foto muestra detalles de una fachada en la ciudad bosníaca de Srebrenica el 23 de mayo de 2024. Copyright 2023 The Associated Press. All Rights Reserved

Suiza pretende recortar fondos en cooperación al desarrollo en beneficio del rearme militar. Por esta medida se verían afectados también los Balcanes occidentales, una región importante geopolíticamente.

En la Suiza neutral parece que todo apunta a un rearme: tal y como lo expresó el Consejo de los Estados en una votación, se invertirán en los próximos cuatro años cuatro mil millones de francos más en el Ejército. 

Pero, ¿de dónde vendrá todo este dinero? La Hacienda pública tiene menos fondos a disposición que en el pasado. Y Suiza no puede comprar armas con capital prestado porque no lo permite el mecanismo del freno al gasto, que exige un presupuesto público equilibrado.

Una propuesta, que cuenta con apoyos sobre todo en la derecha conservadora, plantea reasignar partes de los fondos destinados a la cooperación al desarrollo para financiar así la mitad del presupuesto del Ejército.  

La mayor parte de estos fondos se recortarían en la partida asignada a la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), lo cual, previsiblemente, significaría que Suiza tendría que retirarse de seis u ocho países de un conjunto de 34 naciones que su política de desarrollo prioriza.

Entre estos Estados estarían Albania, Bosnia y Herzegovina y Serbia, todos países que cuentan con diásporas importantes en Suiza.

Con ello, Suiza tomaría un rumbo diferente a la mayoría de los países europeos. Los Balcanes occidentales se consideran una región importante desde el punto de vista geoestratégico, y han cobrado aún mayor relevancia desde que Rusia invadió Ucrania en 2022.

Se trata de una región prioritaria para la Unión Europea (UE), que estableció un Plan de crecimientoEnlace externo todavía el pasado invierno, concediendo a Bosnia y Herzegovina la categoría de país candidato a la adhesión (junto con Ucrania y Moldavia). También Estados miembros particulares como Alemania o Austria ven en los Balcanes occidentales una región importante para su cooperación al desarrollo.

Temores de una organización suiza de ayuda al desarrollo

Entre los afectados por los recortes estarían organizaciones no gubernamentales que trabajan para la COSUDE en los respectivos países. Helvetas es una de ellas, una organización humanitaria y de cooperación al desarrollo que lleva trabajando en los Balcanes occidentales desde hace dos décadas.

Desde el punto de vista de la política de seguridad, el abandono de esta región sería un error, opina Matthias Herr, DirectorEnlace externo del Departamento de Europa del Este en Helvetas. “Más inversiones para las fuerzas armadas son un interés nacional legítimo para Suiza. Pero la cooperación al desarrollo también forma parte de la política exterior y de seguridad”, subraya. “La cooperación al desarrollo ha contribuido mucho a la estabilización regional, especialmente en los Balcanes occidentales.”

El abandono de la región dejaría un vacío que se apresurarían a cubrir países como Rusia, China, Arabia Saudí o Turquía, cree Herr. A través de su intervención, estos países ampliarían su influencia y no exigirían tantas condiciones a cambio de su apoyo, lo cual favorecería, por ejemplo, la corrupción y niveles inferiores de protección medioambiental.

El antiguo puente de Mostar unía el barrio católico con el musulmán. En 1993, durante la guerra de Bosnia, fue destruido. La reconstrucción fue de crucial importancia para la ciudad. 2024 Anadolu

La región afronta problemas muy graves: la tasa de desempleo y la cifra de emigrantes son muy altas; en algunos países se registran tendencias autoritarias en alza; además, sigue habiendo deficiencias económico-estructurales y corrupción. 

Helvetas aborda estos problemas con éxitos conmensurables en dos áreas prioritarias: por un lado, el desarrollo del comercio y de la industria (especialmente, el fomento de las posibilidades laborales de la juventud) y, por otro, la gobernanza (por ejemplo, el impulso de los procesos de descentralización, el fortalecimiento de la administración local o el desarrollo de la sociedad civil).

Algunas voces críticas dicen que la cooperación al desarrollo apoya a gobiernos con legitimidad democrática dudosa. Pero Herr rebate este argumento: “Si no nos implicaríamos, se reforzarían aún más estas tendencias.” La descentralización y una sociedad civil fuerte son correctivos importantes para estos países porque se trata de Estados que fueron gobernados de manera centralista y autoritaria durante la Guerra Fría, con consecuencias hasta el día de hoy, señala.

Efectos paradójicos de la política comunitaria

La época de la Guerra Fría y las guerras reales que luego tuvieron lugar en la región parecen estar muy lejos, por lo que hay algunos que se preguntan por qué deberíamos continuar proporcionando ayuda a los Balcanes, comenta Adnan Ćerimagić, analista de la European Stability InitiativeEnlace externo: “La mitad de los Estados [balcánicos] son miembros de la OTAN, algunos tienen una perspectiva de adhesión a la UE.” Pero una reflexión superficial ignora que la evolución puede ser reversible, advierte.

Las tensiones políticas se han acrecentado nuevamente, especialmente entre el Kosovo y Serbia, pero también en Bosnia y Herzegovina. Además: “Los factores económicos y sociales son inequívocos: el alejamiento de otros Estados europeos no está disminuyendo, sino creciendo”, enfatiza Ćerimagić.

En cambio, Ćerimagić no teme tanto que Rusia colmaría el vacío que dejaría la retirada de Suiza. Espera más bien que esos vacíos perdurarían en el tiempo.

No cree que otros Estados europeos sustituirían a Suiza: “El proceso de adhesión a la UE tiene un efecto paradójico. Con frecuencia, los países comunitarios suspenden sus ayudas bilaterales cuando un Estado obtiene la condición de país candidato. Es verdad que la UE proporciona recursos financieros, pero estos fondos son más limitados. De hecho, como podemos observar, la mayoría de los procesos están estancados, lo cual provoca que los Estados de la región se queden atrapados en el limbo.”

Con la retirada de Suiza se perderían redes y conocimientos, que necesitaron décadas para consolidarse, explica Ćerimagić. Por ejemplo, la aportaciónEnlace externo de Suiza destinada a Bosnia y Herzegovina en el año 2023 se elevó a 16 millones de francos (cifra que alcanza los 75 millones si se incluyen Albania y Serbia).

En vista del modesto volumen de estas ayudas, Berna debería preguntarse si el abandono de esta frágil región realmente sería oportuno para alcanzar los objetivos de la política exterior, mayormente si tenemos en cuenta que estamos viviendo en tiempos caracterizados por la formación de nuevos bloques ideológicos, indica el analista.

Apuros financieros e intereses particulares

El objetivo declarado de la ONU de gastar el 0,7 % del producto interior bruto en ayudas al desarrollo lo avala también Suiza como propósito de largo alcance, aunque no lo haya logrado todavía, como la gran mayoría de los Estados (el año pasado, Suiza alcanzó por primera vez el 0,6 %).

Pero la cooperación internacional peligra ahora en toda Europa. Para ello existen varias razones: la pandemia y la guerra en Ucrania han bloqueado muchos fondos financieros, por lo que muchos Estados disponen, generalmente, de menos recursos.

Además, la elevada cifra de refugiados ucranianos ha disparado los gastos en muchos países europeos, desembolsos que pueden ser atribuidos a las partidas presupuestarias de la cooperación internacional.

Por si fuera poco, las ayudas al desarrollo se desvían cada vez más para destinarlas a Ucrania. Suiza quiere emplear para ello el 15 % del presupuesto total de estas ayudas.

También existe un componente ideológico: el auge de los partidos conservadores y de derechas, que tradicionalmente rechazan las ayudas al desarrollo, hace que se estén recortando las ayudas financieras. Cada vez menos dinero sale de los países.

Y si sale, tiene que servir en beneficio propio: cada vez más fondos destinados a la cooperación internacional se están utilizando para satisfacer intereses económicos nacionales. Se trata de una tendencia que se puede observar en toda Europa.

En este sentido, Suecia es un ejemplo paradigmático. Cuando el nuevo gobierno conservador accedió al poder, decidió agruparEnlace externo el ministerio de Desarrollo Internacional con el ministerio de Comercio. Si bien es cierto que para el Gobierno de Estocolmo los Balcanes occidentales siguen siendo importantes, prefiere utilizar para ello, principalmente, las “SinergiasEnlace externo con las actividades de la UE”.

Suiza, por su parte, ha vuelto a cambiar de rumbo con su actual EstrategiaEnlace externo de cooperación internacional: la ayuda al desarrollo se “vinculará estratégicamente” a la política migratoria. Hasta ahora, los resultados de esta política son más bien modestos.

¿Se perfila una retirada a gran escala?

Los Balcanes occidentales no serían la única región afectada si Suiza realmente decidiera recortar en cooperación al desarrollo. La retirada de la Confederación también afectaría a otros países prioritarios de su política de cooperación al desarrollo, como Egipto, Georgia, Mali, Myanmar y Túnez.

También están previstos recortes de casi 500 millones de francos en socorros de emergencia, lo cual podría tener como consecuencia la retirada de Suiza de regiones en crisis como Afganistán, Yemen, Siria y Sudán, todos países más pobres que las naciones balcánicas. También podrían darse reducciones en las contribuciones destinadas a organizaciones internacionales como el ACNUR o el CICR.

Los recortes previstos son llamativos si consideramos que, desde hace años, una mayoría de la población quiere que se aumenten las ayudas al desarrollo. Si bien estas ayudas han disminuido, siguen alcanzando un sólido porcentaje del 58 %, como ha averiguado un  estudio de la Escuela Politécnica FederalEnlace externo publicado recientemente.

Previsiblemente, el Parlamento suizo volverá a ocuparse de este asunto en otoño.

Texto adaptado del alemán por Antonio Suárez Varela / Carla Wolff