Compromiso suizo con la niñez senegalesa
Desde su creación, hace ya 75 años, la Cadena de la Solidaridad asume la defensa de los derechos de la infancia, tanto en Suiza como en el extranjero. Reportaje en Senegal, donde comunidades desfavorecidas son beneficiadas con proyectos educativos financiados por la fundación helvética.
Circulamos por un camino de tierra por donde también transitan carretas. En la banquina, puestos muy precarios se suceden unos a otros. Venden ropa, comida popular, artículos de ferretería, neumáticos o sofás, expuestos sobre la arena que sirve de vereda. En Malika, un barrio obrero de la periferia de Dakar, la capital senegalesa, la población vive principalmente de actividades informales.
En el frente de un taller dedicado a construcciones metálicas, varias (os) adolescentes moldean una puerta de aluminio sobre un banco adaptado para ello. En ese grupo se encuentra Mariam, una joven de 17 años. Son aprendices de la organización no gubernamental (ONG) senegalesa Alphadev. Enlace externo
Este programa de inserción de jóvenes no escolarizados o analfabetos existe desde 2011 y cuenta con el acompañamiento de Terre des Hommes Suisse (Tierra de Hombres Suiza) Enlace externo. El programa recibe apoyo de los fondos de ayuda para la infancia de Senegal proveniente de la Cadena de la Solidaridad Enlace externo. En 2018, la organización caritativa suiza le acordó un apoyo financiero de 210 000 francos suizos para algo más de dos años.
“Todos los proyectos que sostenemos tienen como línea directriz la defensa de los derechos de los menores de 18 años», explica Judith Schuler, directora de comunicación y búsqueda de fondos de la Cadena de la Solidaridad. «Se pone el acento, especialmente, en la educación y la protección».
Alphadev implementa cursos de alfabetización y de formación profesional y otorga los diplomas respectivos. El centro considera indispensable mejorar las perspectivas de empleo de los jóvenes para protegerlos de la pobreza, de la criminalidad o de la tentación de emigrar del país.
Desde hace mucho tiempo, Mariam expresó su interés de formarse en soldadura. “El trabajo con metales es un arte, es mi pasión», señala la adolescente, con sus ojos brillantes. Pero no podía hacerlo sola, es difícil sin haber ido a una escuela. Además, su familia desaprobaba su interés por este «trabajo de varones». «Al principio me dijeron: no vas a lograr continuar, vuelve a la cocina”, recuerda.
Alphadev impulsa una discriminación positiva de las jóvenes mujeres: 80 de las (os) 132 beneficiarias (os), durante el periodo en que el proyecto fue financiado por la Cadena de la Solidaridad, eran chicas. La obtención de su certificado de aptitud profesional fue una primera victoria para Mariam antes de que un día, quizá, pueda abrir su propio taller.
Con diplomas obtenidos, respectivamente, en costura y en electricidad, Babacar y Bachir lograron establecerse por su propia cuenta. “Esto es producto de las competencias personales y empresariales que hemos adquirido aquí”, explica Babacar. Por su parte, Bachir, encontró su socio durante el aprendizaje, y expresa su convencimiento de que “su formación de calidad le permitirá también formar a otras personas”.
Escollos para la educación
Alphadev apoya también los cursos de actualización para los jóvenes que abandonaron la escuela. En este suburbio, ubicado apenas a solo unos treinta kilómetros de las zonas residenciales de Dakar y superpoblado debido al éxodo rural hacia la capital, se pueden ver muchos menores en las calles, durante el día.
«Es una zona olvidada por el Estado, la escuela pública más cercana está a 5 kilómetros», se lamenta un líder comunitario del vecino distrito de Yeumbeul. «Somos conscientes que las niñas y niños que no tienen una ocupación son eventuales bombas sociales, así que agradecemos enormemente toda ayuda para escolarizarlos. Necesitamos que nos acompañen».
El abandono escolar es un problema en todo Senegal, país de África Occidental de casi 17 millones de habitantes con una población joven – la edad media es de 18 años. Cerca de 1,5 millones de niñas y niños no están escolarizadas (os), dos tercios nunca se han matriculado.
A pesar que en los últimos años se lograron importantes avances en el acceso a la educación básica, es escaso el porcentaje del alumnado que completa su escolarización: del 59% en el nivel elemental, la tasa de culminación escolar desciende al 27% en el nivel secundario, según cifras facilitadas por la ONG Save The Children.
Muchos de los numerosos obstáculos para estudiar surgen ya en el mismo momento del nacimiento. Todavía hoy es bastante frecuente que los padres no inscriban a su bebé, sea porque no saben cómo realizar los trámites o bien porque las oficinas de registro civil están demasiado lejos del lugar de la residencia familiar. Las Naciones Unidas Enlace externoestiman que, en Senegal, cerca del 30% de las y los menores de 5 años no cuentan con una partida de nacimiento. La carencia de una identidad oficial compromete su futuro, dado que ese documento es indispensable para la admisión en el sistema nacional de educación.
La institución escolar se esfuerza por hacer frente a las tradiciones y a la pobreza de los padres. Para las chicas es difícil escapar del destino de convertirse en madres adolescentes responsables del hogar. Aunque hay igual cantidad de niñas y niños que comienzan la escuela, para las jóvenes tanto los matrimonios como los embarazos precoces, las obligan a menudo a abandonar las aulas. Casi un tercio de las jóvenes se casan antes de los 18 años.
En Guédiawaye, en los suburbios de Dakar, la ONG senegalesa Intermondes, trabaja sobre esa temática asociada con su par IAMANEH SuizaEnlace externo. La Cadena de la Solidaridad apoya desde 2018 con un monto de 200 000 francos y por tres años y medio su proyecto de prevención de embarazos precoces y educación sexual.
Promueven reuniones de consejo y diálogo para la población de entre 10 y 18 años en los centros de salud del departamento. “Entre nosotros la sexualidad es un gran tabú”, lamenta la partera Nafiba Diop, directora del puesto de salud de Fith Mith, edificio con paredes decoradas con frescos que representan a mujeres y recién nacidos, y que alberga un consultorio general, una maternidad y un centro de planificación familiar.
«No se habla del tema en el hogar y muchas veces las y los niños no conocen sus cuerpos”. La señora Diop, como la llaman aquí, dice que muy regularmente se encuentra con jóvenes angustiadas cuando tienen sus primeros ciclos menstruales, sin haber recibido ninguna información previa. Sobre todo, trata de no estigmatizar las consultas ginecológicas, rodeadas de prejuicios en esa sociedad tradicional, con un 95% de población musulmana. En la sala de espera, dotada apenas de un solo ventilador de techo, algunas mujeres ocultan sus rostros tras sus velos al pasar junto a nosotros. «Si una joven viene al puesto de salud para consultar a una partera, la gente, inevitablemente, piensa que es sexualmente activa y corre el riesgo de ser mal vista», explica la profesional.
Escuchar la voz de la niñez
Intermondes trabaja también en 26 escuelas y llega con su acción a varios cientos de alumnos. La expresión artística se utiliza para ayudar a los niños a verbalizar sus preocupaciones. «En general, [ellos] no tienen derecho a hablar en Senegal y es un problema muy arraigado que debemos confrontar», señala una bajenu gox – «madrina de barrio»- asociada al proyecto. Además de los aspectos educativos y de sensibilización, «la Cadena de la Solidaridad valora mucho este aspecto participativo», señala Judith Schuler, portavoz de la fundación. “Es muy importante que los niños aprendan a expresarse”, subraya.
El personal local de las organizaciones conoce las palancas culturales que pueden emplear para la concientización. Por ejemplo, para difundir sus mensajes de prevención en los barrios, las ONG recurren a las «madrinas» y a los «tíos», que son las personas de referencia en sus comunidades y están tradicionalmente implicados en la educación infantil.
Estas ONG también utilizan la práctica ancestral de las charlas. Asistimos a una de estas sesiones de diálogo comunitario en una escuela coránica («daara») de Kaffrine, una de las regiones rurales más pobres del país. Una veintena de alumnos, denominados talibés, y su maestro coránico están sentados en el suelo a la sombra de una enorme higuera denominada de la pagoda.
Escuchan con mucha atención a Mohammed Sankhe. Cuatro veces por mes, a iniciativa de la ONG Save The Children Suisse Enlace externo, reúne a adolescentes de 14 a 17 años, en un patio para hablarles sobre sus derechos. El objetivo es que “sepan distinguir lo que es aceptable o no”, precisa.
La problemática de la lucha contra la violencia es especialmente sensible en las escuelas coránicas. Los niños que concurren a ellas — sea por la convicción de sus familias de iniciarlos en la instrucción islámica o bien como alternativa a las limitaciones financieras del hogar–, quedan a cargo del maestro coránico que se convierte en su tutor legal. La falta de supervisión les expone a todo tipo de abusos.
«En algunas daaras, los marabouts o maestros coránicos, se arrogan el derecho de exigir un pago a los niños, lo que les obliga robar o mendigar, en cuyo defecto son golpeados», afirma Moustapha Diaw, el prefecto de Kaffrine. Se calcula que en Senegal hay más de 100 000 niños talibés. Las escuelas coránicas conviven con el sistema escolar promovido por el Estado, que lleva varios años intentando modernizarlas. Por tal motivo, la prefectura apoya el proyecto. «No podemos rechazar este modelo tradicional, pero Save The Children está aquí para ayudarnos a afrontar los problemas y retos que se plantean», afirma Moustapha Diaw.
Desde el inicio del proyecto en abril de 2021, la ONG ha identificado siete daaras donde interviene, en dicho departamento. Al mismo tiempo, puso en marcha charlas sobre crianza no violenta y comenzó a formar a 100 adolescentes en la prevención de la violencia doméstica y la explotación económica. Estos, a su vez, se encargarán de sensibilizar a sus compañeros. En total, 2 000 niños y algo más de 300 adultos constituyen los beneficiarios del proyecto.
La Cadena de la Solidaridad destinó 405 000 francos a este programa para los próximos dos años. “Con los proyectos de ayuda a la infancia, por lo general, intentamos tener un impacto un poco más a largo plazo que con las otras colectas, que normalmente van dirigidas a iniciativas en promedio de 18 meses», señala la portavoz Judith Schuler. “Estos fondos sirven especialmente para iniciar proyectos que puedan, a posteriori, tener una viabilidad propia”.
Emisión de la televisión suiza RTS sobre la Cadena de la Solidaridad en Senegal (en francés)
Las ONG con las que nos entrevistamos desean continuar su trabajo e incluso ampliarlo. Al iniciar su proyecto, Save the Children prevé en los próximos dos años desarrollar su colaboración con las autoridades de Kafrine para obtener un aumento de los presupuestos destinados a la protección de la infancia. Intermonde, por su parte, aspira a multiplicar en el futuro su modelo de prevención de embarazos precoces en otros distritos del sistema de salud.
Alphadev espera poder abrir centros de aprendizaje, más allá de Senegal, con el fin de dar respuesta a una “fuerte demanda de las comunidades”, según afirma su director Mor Diakhate. Mariam, por su parte, considera que su formación ya le cambió la vida. De lengua maternal wolof, nos habla en un francés casi perfecto. “Todo lo que yo les puedo decir en francés es gracias a Alphadev que me lo enseñó. Antes solo lograba escribir mi nombre, afirma sonriendo. Ellos hicieron de nosotros las personas que no éramos”.
Colecta de aniversario dedicada a los niños
Nacida en Lausana en 1946, la Cadena de la Solidaridad celebra este 2021 sus 75 años de existencia. Por ello, organiza una campaña de solidaridad con la niñez desamparada.
El viernes 17 de diciembre, Jornada Nacional de Solidaridad con la Niñez que Sufre, la organización, brazo humanitario de la SSR (casa matriz de swissinfo.ch) reunió más de 4 millones de francos,
La mitad de los fondos colectados se destinarán a proyectos en Suiza (protección contra la violencia doméstica, integración social y juventud en ruptura), y la otra mitad se utilizará para financiar proyectos en el extranjero.
Los dones pueden ser efectuados en línea directamente en el sitio de la Cadena de la Solidaridad, o en su cuenta postal 10-15000-6, mención “Infancia”.
En la actualidad, 24 organizaciones colaboran con la Cadena de la Solidaridad sobre el terreno, entre ellas las filiales suizas de Terre des Hommes, Save the Children e IAMANEH.
¿Cómo hacer una donación?
Las donaciones pueden hacerse directamente en línea en el sitio web de la Cadena de la SolidaridadEnlace externo o en la cuenta postal 10-15000-6 de Solidaridad Suiza. Las donaciones pueden destinarse a una campaña específica de recaudación de fondos (por ejemplo, «Niños» para la campaña de aniversario) o permitir que la organización decida dónde serán más útiles los fondos.
Traducido del francés por Sergio Ferrari
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