El desafío de Suiza: Organizar una conferencia con pocos beneficios y muchos riesgos

Suiza rehúye posicionarse en el conflicto de Oriente Próximo. Sin embargo, tiene que organizar una conferencia en Ginebra, de la que tiene poco que ganar y quizás mucho que perder.
El 6 de marzo, Suiza canceló la conferencia sobre la aplicación de los Convenios de Ginebra a los territorios palestinos ocupados por falta de participantes. Numerosos países habían expresado su descontento con la declaración final, que debía publicarse el viernes.
Hace seis meses, Suiza recibió un mandato de la Asamblea General de la ONU para organizar una conferencia sobre el IV Convenio de Ginebra, como consecuencia del conflicto entre Israel y Palestina, que en aquel momento aún estaba en pleno apogeo.
Los cuatro Convenios de GinebraEnlace externo forman la base del Derecho Internacional Humanitario y protegen a las personas que no participan en las hostilidades de ningún bando. Se aplican en los Territorios Palestinos, la Franja de Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén Este, ocupado por Israel desde 1967.
La conferencia, que tendrá lugar este viernes, se centra en el Cuarto Convenio de Ginebra, que protege a los civiles en la guerra, prohíbe los desplazamientos forzosos y los asentamientos en territorios ocupados y regula el comportamiento de una potencia ocupante.
Suiza está acostumbrada a organizar reuniones internacionales de alto nivel. No obstante, mientras que la Cumbre sobre la Paz en Ucrania se celebró en el centro de Suiza el pasado mes de junio bajo una gran expectación, en este caso se ha intentado mantener un ambiente discreto. Los funcionarios insisten en que se trata de una conferencia de nivel técnico, sin grandes nombres ni resoluciones vinculantes.
Incluso cuando la ONU encargó a Suiza que convocara una conferencia de los Estados Parte, Berna sabía que no sacaría mucho provecho de la reunión. Hoy, los diplomáticos suizos temen incluso perder mucho.

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Conferencia en Ginebra sobre Oriente Próximo para reactivar el derecho internacional humanitario
El nerviosismo en el Ministerio de Asuntos Exteriores suizo ha aumentado en las últimas semanas. Israel ha condenado al pa´ís alpino por acoger el evento, que considera «parte de la guerra legal contra Israel».
La Misión Permanente de Israel ante la ONU en Ginebra ha declarado que la decisión suiza de convocar la conferencia «en esta coyuntura delicada demuestra que esta conferencia sirve simplemente como otra plataforma para atacar a Israel, un país democrático, y envalentonar a organizaciones terroristas que han mostrado un desprecio absoluto por la humanidad y la ley». También se produce en un momento en que Israel disfruta de estrechos lazos con la nueva administración Trump en Estados Unidos.
Por tanto, es muy probable que esa sea la razón por la que dar cogida a la conferencia sobre Oriente Próximo pone a Suiza en una difícil tesitura. En este momento, en el panorama internacional, todo tiene el potencial de convertirse en una moneda de cambio diplomática. En Berna, la principal preocupación son los aranceles estadounidenses sobre las exportaciones suizas. Como país neutral, Suiza generalmente trata de permanecer fuera del radar de los principales actores en períodos de agitación geopolítica.
El intento de dar forma a la narrativa
Por ello, el Ministerio de Asuntos Exteriores intenta organizar la conferencia de forma que cause la menor ofensa posible. Un ejemplo es el título oficialEnlace externo que le han dado. El término «Conferencia de las Altas Partes Contratantes de los Convenios de Ginebra» no es lo mismo que «Conferencia sobre Oriente Próximo», que es como se la denomina, especialmente por parte de grupos pro-palestinos, que denota un vínculo más obvio con el sangriento conflicto.
Fue Palestina quien presentó una resolución en la Asamblea General de la ONU el pasado mes de septiembre solicitando que se llevara a cabo la reunión. Eso ocurrió después de que la Corte Internacional de Justicia dictaminara en un informe solicitado por la Asamblea General en verano que la presencia continuada de Israel en los territorios palestinos ocupados, incluido Jerusalén Este, desde 1967 era ilegal y debía terminar lo antes posible.
En vísperas de la reunión, se ha informado de que en Ginebra no se debatirá, ni siquiera se mencionará, ningún ejemplo concreto ni ningún conflicto actual. Eso parece coherente con la postura de Suiza, país que se abstuvo en la votación de la resolución de la ONU, argumentando que iba demasiado lejos. En general, Suiza está a favor de una solución de dos Estados y subraya que «la ilegalidad de la ocupación israelí del territorio palestino, que se prolonga desde 1967, está fuera de toda duda».

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Suiza acogerá una conferencia sobre Derecho Internacional Humanitario en Oriente Medio
Esta maniobra es típica de Suiza en el conflicto de Oriente Próximo, lleno de escollos jurídicos y políticos. El mejor ejemplo de ello es la financiación de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo), que se congeló temporalmente y luego se recortó. Actualmente se está debatiendo en el Parlamento la cancelación de la financiación restante. Si se aprueba, Suiza sería el primer país en hacer algo así. Es probable que el fin de la ayuda a la UNRWA provoque desavenencias diplomáticas, especialmente en el mundo árabe.
Los objetivos son ambiciosos
Varias fuentes diplomáticas de Ginebra y Berna han confirmado que los preparativos han sido difíciles. Ello se debe en parte a la complejidad del conflicto, fuente de controversia en todo el mundo y de todo tipo de agitación política, lo que es evidente desde hace tiempo en las organizaciones internacionales.
En este caso, el momento de la conferencia también es delicado. La situación es volátil. Aunque en Gaza se mantiene un frágil alto el fuego, Israel ha prohibido temporalmente la importación de suministros de ayuda y la violencia lleva meses aumentando en Cisjordania. Berna y otras capitales europeas temen que la conferencia pueda repercutir negativamente en el conflicto.
Sin embargo, no hay alternativa, ya que Suiza tiene que organizar esta conferencia dentro del plazo fijado por la ONU. El resultado -que se puede entrever de antemano- estará abierto a interpretaciones tanto a nivel nacional como internacional. Se interpretará como pro-palestino y anti-israelí, o como anti-palestino y pro-israelí.
Suiza ha invitado a participar a los 196 Estados firmantes de la Convención de Ginebra. La asistencia de al menos 128 Estados se consideraría probablemente un éxito: ese es el número de Estados que participaron en la última conferencia de este tipo llevada a cabo en Ginebra. Después de 1999, 2001 y 2014, esta es la cuarta conferencia sobre este tema. Los Estados participantes pretenden sobre todo recordar que el derecho internacional humanitario debe respetarse. Esta vez, sin embargo, la situación se ha vuelto mucho más sangrienta que las anteriores.
Editado por Balz Rigendinger. Adaptado del alemán por Carla Wolff.

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