“En Colombia no habrá una paz total tan pronto”
Cada vez que en Colombia los grupos guerrilleros negocian con el gobierno, también se sienta a la mesa el suizo Philipp Lustenberger. En conversación, el enviado especial habla de los errores cometidos durante el proceso de paz con las FARC que se tienen que evitar, y sobre lo que Suiza puede aportar a la paz.
SWI swissinfo.ch: Señor Lustenberger, usted es desde finales de 2022 el enviado especial para las negociaciones de paz en Colombia. ¿En qué consiste exactamente su misión?
En la actualidad, intervengo en dos negociaciones de paz con dos grupos rebeldes, el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y el EMC FARC-PF (Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo), un grupúsculo de las antiguas guerrillas de las FARC.
Algunas de mis tareas consisten en realizar intercambios con todos los actores implicados en el conflicto y afectados por él, así como con el gobierno, los grupos rebeldes, los cuerpos y fuerzas de seguridad y con la sociedad civil. Mi presencia es importante para crear confianza y continuidad. Pero también aportamos conocimientos técnicos y experiencia.
¿Qué quiere decir esto concretamente?
Me refiero, por ejemplo, a cuestiones relacionadas con la coparticipación, es decir, cómo se puede involucrar a la población civil en el proceso. Gracias a su experiencia en distintos procesos de paz y a su democracia directa, Suiza promueve esta coparticipación.
Recientemente, visité con una delegación colombiana el municipio de Köniz, donde pudieron hacerse una idea del funcionamiento de la participación en el ámbito municipal en Suiza. Además, suministramos apoyo a los partidos políticos a la hora de capacitarlos para llevar una negociación y acordar un armisticio. Durante las fases críticas buscamos mantener el diálogo y contribuir a soluciones mediante nuestros buenos oficios.
Suiza interviene en la política de paz en Colombia ya desde hace más de 20 años. Desde hace dos años, el país está gobernado por primera vez en su historia por un presidente de izquierdas. ¿Cómo ha influido esta circunstancia en las negociaciones hasta ahora?
Con su visión de “Paz total”, el presidente Gustavo Petro persigue una política muy ambiciosa. Su objetivo consiste en hacer que todos los actores armados se sienten a la mesa de negociación. El hecho de que hace más de treinta años él mismo perteneciera a uno de los grupos rebeldes, seguramente ha contribuido a fortalecer su credibilidad frente a estos actores.
En las negociaciones con el ELN y el EMC FARC se pueden concertar armisticios. El enfoque de Petro consiste en la comprensión de que el armisticio es una condición previa para conducir negociaciones eficaces y de que los acuerdos alcanzados deben implementarse sucesivamente, y paralelamente a las negociaciones, en lugar de esperar hasta que un acuerdo final esté sobre la mesa. Es un aprendizaje del acuerdo de paz de 2016 con las FARC, entonces el grupo guerrillero más importante del país.
Más de 450.000 personas han perdido la vida, millones fueron expulsadas y casi 80.000 colombianos han desaparecido. El conflicto sangriento en Colombia dura ya varias décadas.
En 2016, el Gobierno colombiano selló un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, de orientación izquierdista. Suiza contribuyó a este hito.
Desde los años 1970, Suiza desempeña un papel importante en el proceso de paz en Colombia. El país sudamericano es desde hace dos décadas un país prioritario de la política humanitaria y de paz suiza. En colaboración con otros países, Suiza ofreció durante muchos años sus servicios de mediación. Hasta el día de hoy se desconocen muchos de los detalles de esta labor de mediación, como suele ser habitual en este tipo de asuntos.
¿En qué sentido es un aprendizaje?
El acuerdo de 2016 sólo se ha plasmado en parte, entre otras razones porque las instituciones estatales no consiguieron recuperar el control en las regiones de conflicto tras el cierre de las negociaciones. Por este motivo se ha creado en algunas regiones un vacío de poder, que llenaron otros grupos armados. Por eso, Petro decidió optar por una implementación gradual de los acuerdos en las actuales negociaciones de paz.
Desde noviembre de 2022, Suiza interviene como Estado acompañante en las negociaciones entre el Gobierno colombiano y el ELN. ¿Qué logros se han conseguido hasta ahora?
Hasta ahora se han celebrado seis rondas de negociación. Un logro ha sido, seguramente, que se haya alcanzado un armisticio con el ELN, que ya se ha prolongado por medio año más. Además, se ha constituido un comité que coordina la participación de la población en el proceso de paz, en el cual están representadas más de 80 personas de distintos sectores de la sociedad. Se trata de un instrumento muy innovador que permite que una amplia parte de la sociedad se sienta representada.
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¿Qué exigen del gobierno los militantes del ELN?
Una demanda esencial es una mayor participación política de la sociedad y más posibilidades económicas para los grupos desfavorecidos de la población. En este sentido, el ELN insiste en la necesidad de cambios a largo plazo que permitan combatir las causas estructurales de la violencia. Colombia es uno de los países con mayor desigualdad del mundo.
¿Qué puede ofrecer el gobierno al grupo armado?
El Gobierno de Petro comparte seguramente algunas de estas visiones de largo alcance. En estos momentos, sin embargo, es importante que se encuentren soluciones de corto y medio plazo para poner fin al conflicto armado. A Petro le quedan todavía dos años de mandato, y para garantizar la legitimación de las negociaciones es necesario poder presentar éxitos.
A diferencia de las FARC-EP, el ELN no quiere convertirse en un partido político. Ahora, el objeto de las negociaciones es averiguar qué futuro podrían tener el ELN y sus militantes después de entregar sus armas. Una posibilidad sería, por ejemplo, la transformación en una organización social.
Desde octubre de 2023, Colombia negocia paralelamente con otra guerrilla, el EMC FARC-EP. Suiza fue interpelada para acompañar el proceso en calidad de Estado garante. ¿Qué significa esto?
Esto significa que Suiza mantiene una presencia continua en las negociaciones y que interactúa directamente con ambas partes. Los Estados garantes asumen una responsabilidad importante en las negociaciones y colaboran estrechamente entre sí. Además de Suiza son Estados garantes Irlanda, Noruega y Venezuela.
Suiza interviene con sus buenos oficios e intermedia cuando se trata de superar dificultades. El hecho de que nos hayan pedido asumir este mandato, es una muestra de confianza en Suiza y en nuestra labor.
Las dificultades que usted menciona son un asunto muy actual. Hace unos meses se ha suspendido el armisticio acordado con el grupo EMC en algunas regiones. Actos violentos contra la población civil y el asesinato de una activista indígena han sido las razones para esta suspensión. ¿Cómo valora usted este revés para el proceso de paz?
Suiza condena cualquier acto de violencia contra la población civil. En general, siempre puede haber algún contratiempo en las negociaciones. Actualmente, estamos atravesando sin duda una fase difícil en el proceso, en la que se están desarrollando conversaciones importantes. En estos momentos nos encontramos ante la dificultad de saber si todo el grupo del EMC está apoyando las negociaciones. De todos modos, las partes siguen dialogando, lo cual es positivo.
¿Qué papel asume Suiza en este momento delicado?
Nuestro objetivo es que los canales de diálogo permanezcan abiertos y que consigamos encontrar soluciones constructivas. Mantenemos conversaciones con ambas partes y esperamos, por supuesto, que todos los jefes del grupo guerrillero sigan comprometidos con la senda de negociación. En estas conversaciones también abordamos la preocupación de Suiza sobre la situación humanitaria en Colombia, en el caso de que la situación de seguridad siguiera deteriorándose. La protección de la población civil es nuestra prioridad.
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La situación de seguridad en Colombia es crítica desde hace varios años. En reiteradas ocasiones se producen secuestros y actos de violencia. ¿Cuáles son las causas de este aumento de la violencia?
Tiene que ver, entre otras razones, con el vacío de poder al que me he referido antes y que se ha creado en algunas regiones después de la retirada de la guerrilla de las FARC en el año 2016. Sobre todo en zonas rurales se debería aumentar la presencia de la autoridad estatal, por ejemplo a través de la introducción de medidas de protección de la población local y de mejoras en la infraestructura o en la atención sanitaria.
Por eso es importante para el gobierno obtener mejoras concretas en las regiones, en paralelo a las negociaciones. Otro problema es que el conflicto en Colombia no se dirime solo entre el gobierno y las guerrillas, sino también entre los distintos grupos armados, entre los cuales aún no existe ninguna tregua.
Una fuente de ingresos importante para los grupos rebeldes es el narcotráfico. La producción de coca ha alcanzado un nuevo récord en 2023. ¿En qué medida se aborda este tema en las negociaciones de paz?
El narcotráfico es un gran desafío para el proceso de paz. Pero no se trata de un problema que Colombia pueda solucionar de forma duradera unilateralmente. Por eso, el gobierno trata de abordar el tema en el ámbito internacional. La sustitución de la coca por otros productos, como el cacao o el café, es un tema de negociación en el proceso de paz. Pero para ello se necesitaría un mejor acceso al mercado, una infraestructura vial que funcione y más apoyo para el campesinado.
¿Cuánto de optimista es usted con respecto al proceso de paz?
En mi papel es importante mantenerse realista y optimista a la vez, incluso en una situación como la actual con muchísimos retos y un entorno complejo con distintos actores armados. No todos los problemas se podrán solucionar de forma simultánea. En Colombia no se instaurará tan pronto una paz “total”, como lo pretende conseguir el gobierno.
Lo importante es que el proceso de paz siga por la senda correcta y que se logren avances concretos. No obstante, tanto la comunidad internacional como Suiza siguen centrando todas sus esperanzas en el país sudamericano. A escala mundial, Colombia es uno de los pocos países en conflicto en el que, a pesar de todo, las partes aún siguen negociando.
Texto adaptado del alemán por Antonio Suárez Varela / Carla Wolff
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