La cumbre de Suiza para avivar la esperanza de paz en Ucrania
El escenario está preparado para una de las pruebas más difíciles e importantes de la diplomacia suiza hasta la fecha: encontrar un consenso mundial para poner fin pacíficamente a la guerra de Ucrania.
Representantes de 90 países, incluidas personas al frente de los gobiernos de varios países, asistirán este sábado y domingo a la conferencia de paz en el complejo turístico de Bürgenstock, en el centro de Suiza.
El acto organizado por Suiza no pretende poner fin a la guerra en un solo fin de semana. Su objetivo es sentar las bases de un esfuerzo internacional en varias fases para poner fin al conflicto.
«El objetivo global de la cumbre es inspirar un futuro proceso de paz», declaró el Gobierno de Suiza.
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El ex secretario de Estado suizo, Michael Ambühl, que en el pasado fue el responsable de las negociaciones para reforzar las relaciones bilaterales entre el Estado alpino y la Unión Europea, ha aplaudido la intención de la cumbre.
«Suiza tiene la oportunidad de demostrar que puede desempeñar un papel en la mediación internacional», declaró al diario zuriqués Neue Zürcher Zeitung (NZZ), uno de los rotativos más importantes de Suiza. «Nuestra diplomacia podría mostrar al mundo que Suiza quiere seguir desempeñando un papel constructivo en el proceso».
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Junto a esa oportunidad existe el riesgo de que la conferencia no consiga nada concreto. El ministro suizo de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, ha comparado la tarea que tienen por delante con «escalar una montaña».
«No hay nada más incierto que una cumbre sobre la paz, especialmente cuando las partes implicadas siguen militarmente activas», declaró el lunes en rueda de prensa.
Se pedirá a distintos países, con intereses geopolíticos divergentes, su opinión sobre cuáles podrían ser las futuras líneas de paz entre Rusia y Ucrania. Encontrar un terreno común de entendimiento no será fácil.
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La Conferencia sobre Ucrania pretende hallar el camino de la paz
Suiza ha decidido dividir la conferencia en subtemas. En particular, se debatirán la protección de las centrales nucleares, la libertad de navegación en el Mar Negro, la seguridad alimentaria y los aspectos humanitarios.
Se eligieron estos temas porque ya han sido planteados independientemente por varios países, explicó Cassis. Si se puede encontrar una solución a estos puntos, se podrá dar un pequeño paso que «nos dará la confianza necesaria para dar un segundo paso», añadió el Ministro de Asuntos Exteriores.
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Según el diario Tages-Anzeiger, estas cuestiones se tratarán en sesiones separadas, bajo la dirección conjunta de varios países para garantizar que ninguna región domine los debates.
La conferencia se considerará un éxito si al término de la misma se llega a una declaración conjunta de acuerdo.
Ausencia rusa
Hay otra razón por la que la conferencia de Bürgenstock no puede intentar un plan de paz global: Rusia no ha sido invitada, mientras que Ucrania sí asistirá.
«Es importante que la conferencia no se vea como una alianza contra Rusia», declaró Thomas Greminger, director del Centro de Política de Seguridad de Ginebra, a la agencia de noticias suiza Keystone-ATS.
«Suiza podría ser acusada de haber puesto en marcha un proceso sesgado», si la conferencia no toma en consideración las posiciones de ambas partes, añadió.
El Kremlin ha condenado la conferencia por carecer de sentido desde el momento en que se anunció.
Suiza podría haber enviado una invitación a pesar de todo, pero temía que esto provocara la retirada de Ucrania, según Cassis. «Tuvimos que sopesar los riesgos y tomar una decisión basada en eso», dijo.
La lista de invitados a Bürgenstock es un reflejo de esta decisión. De los 160 países invitados, sólo 90 han aceptado asistir. China y Arabia Saudí no tienen interés en una conferencia que excluye a Rusia.
Brasil y Sudáfrica son otros de los países que han expresado sus reservas negándose a enviar responsables de muy alto rango a Suiza.
¿Y después?
Queda por ver si la conferencia de Bürgenstock dará lugar a un sucesor directo. Según el Tages-Anzeiger, ya se han iniciado conversaciones con Arabia Saudí, Qatar y Turquía para que puedan ser futuros anfitriones.
A principios de semana, el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, visitó Arabia Saudí, para mantener conversaciones con el príncipe heredero Mohammed bin Salman.
Rusia tiene que unirse al proceso de paz en algún momento, afirma Cassis. «No es cuestión de si Rusia subirá a bordo, sino de cuándo».
Pero el Kremlin podría optar en cambio por acudir a otra mesa de negociaciones, auspiciada por otro país, como China.
«China ha manifestado su intención de llevar a cabo procesos de paz paralelos. Se ha sugerido que si no es posible tener a todo el mundo junto, entonces puede que necesitemos procesos paralelos», dijo Cassis, que añadió que Suiza vería con buenos ojos esos esfuerzos alternativos para lograr la paz.
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Editado por Balz Rigendinger/ts, versión adaptada al español por Patricia Islas
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