Oleg Radzinsky: «Espero que la muerte de Alexéi Navalni despierte a la clase política de Occidente»
Oleg Radzinsky y Mijaíl Shishkin, dos escritores rusos que residen en Suiza, reaccionan en exclusiva para swissinfo.ch ante la muerte de Alexéi Navalni, que acusó repetidamente a Suiza de ser complaciente de la oligarquía y el régimen rusos.
«Alexéi Navalni no le tenía miedo al Kremlin. Pero el Kremlin le tenía miedo a Alexei Navalny. Fue asesinado por el régimen de Putin. Es un asesinato cobarde y astuto de un hombre peligroso para el régimen. Espero que la muerte de Alexéi Navalni despierte a los políticos occidentales», insiste el disidente y escritor ruso Oleg Radzinsky, quien no escatima palabras para denunciar la muerte de Alexéi Navalni, fallecido el viernes en una prisión rusa. Él mismo es un sobreviviente del sistema penitenciario ruso.
Es con la misma emoción que Mijaíl Shishkin, otro escritor ruso residente en Suiza, reacciona: «Navalni fue asesinado. El régimen no puede permitir que uno de sus súbditos esté en desacuerdo, el pueblo debe callar y regocijarse ante cada palabra del líder. Intentaron envenenarlo, no funcionó, así que lo ejecutaron de manera espectacular». Alexéi Navalni fue envenenado en agosto de 2020 y luego fue tratado en Alemania antes de regresar a Rusia en febrero de 2021. Fue arrestado de inmediato. Cumplía varias penas de prisión, una de ellas por extremismo. A finales de 2023 fue trasladado a una prisión en Siberia.
Alexéi Navalni no solo era un crítico incansable del régimen de Vladimir Putin, sino que también señaló a Suiza en numerosas ocasiones como «un lugar conveniente para personas corruptas». Acusó especialmente al país alpino de perjudicar la lucha contra la corrupción en Rusia.
>> Lea la entrevista de Alexéi Navalni concedida a SWI swissinfo.ch en 2016:
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“Suiza, primer destino para los rusos corruptos”
En una entrevista acordada en 2020 al diario suizo SonntagsZeitungEnlace externo, Alexéi Navalni también mencionó el caso de Artem Chaika, en referencia al hijo del exfiscal general ruso, Yuri Chaika, «que llegó a Ginebra con dos millones de dólares» sin que «nadie le hiciera preguntas». En 2016, el Ministerio Público de la Confederación cerró el caso sin más seguimiento después de una investigación de la policía federal. Alexéi Navalni también reveló a través de su organización, la Fundación de Lucha contra la Corrupción, que Michael Lauber a menudo viajaba a Rusia para visitar a su homólogo ruso. Se mencionaron paseos en bote y estancias de caza. Según él, esta relación obstaculizaba «importantes investigaciones sobre lavado de dinero en Suiza».
Estas críticas al sistema financiero suizo son compartidas por Mijaíl Shishkin, también conocido por sus discursos contra los bancos suizos.
«Todas las tentativas de Alexéi Navalni y su fundación para exponer a las personas que trajeron millones a los bancos suizos se toparon con la oposición [de Suiza] o, en el mejor de los casos, a la inacción. Desafortunadamente, el régimen de Putin también ha prosperado gracias a la complacencia helvética», declara.
Como un feroz y muy mediático oponente de Vladimir Putin, la muerte de Navalni (47) en una prisión rusa ha suscitado reacciones en todo el mundo.
«Suiza está consternada por la muerte de Alexéi Navalni, un defensor ejemplar de la democracia y los derechos fundamentales y espera que se abra una investigación sobre las causas de su muerte. Nuestras condolencias y pensamientos están con su familia», comunicó el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de X [ex-Twitter].
«Sentí emociones similares cuando [el periodista soviético Vladislav] Listiev fue asesinado [en 1995]», confió al swissinfo.ch el ex diplomático ruso Boris Bondarev al saber de la muerte de Navalni.
Boris Bondarev es un exconsejero de la misión rusa ante las Naciones Unidas en Ginebra. Renunció a su puesto después de la invasión rusa a Ucrania y actualmente reside en Suiza.
«Las autoridades suizas deberían haberse relacionado menos con la cúpula que lidera Rusia, deberían haber aceptado menos el dinero de esa oligarquía y, sobre todo, deberían haber proporcionado armas a Ucrania», opina el exdiplomático.
En todo el mundo se llevan a cabo acciones conmemorativas en memoria de Alexéi Navalni. En Suiza, se han anunciado ya en las ciudades de Zúrich y en Ginebra.
Artículo revisado y verificado por Virginie Mangin y adaptado del francés al español por Patricia Islas.
«Cuando se trata de cómo enseñar democracia, solo hay una respuesta: dando el ejemplo.
¿Podría Suiza haber ayudado a la joven democracia rusa de los años 90 a ponerse en pie? Sí. La población rusa quería vivir como en Suiza, pero la gente no tenía experiencia histórica de vivir en un Estado de derecho.
¿Qué les mostró la primera democracia de Europa a la población rusa? Que cuando se trata de grandes sumas de dinero, el Estado de derecho termina. La dictadura criminal rusa ha prosperado gracias al apoyo de los bancos suizos y a aquellas personas que ejercen la abogacía en Suiza».
En esa época, yo era traductor y personalmente observé cómo funcionaba la máquina suiza de blanqueo de dinero sucio procedente de Rusia. El olor del dinero ruso no molestaba en absoluto».
«El Estado de derecho es simple. Si usted infringe la ley, va a la cárcel. He visto que funciona en Suiza si usted roba una billetera en un tranvía. Pero si roba a todo un país, esos millones serán recibidos con alegría por la gente de la banca, de la abogacía y de los organismos de control».
«Alexéi Navalni y su Fundación de Lucha contra la Corrupción se enfrentaron a esto. Todas sus tentativas para exponer a la gente rusa que trajo millones a los bancos suizos se encontraron con la oposición [de Suiza] o, en el mejor de los casos, con la inacción. Desafortunadamente, el régimen de Putin también ha prosperado gracias a la complacencia suiza».
«Ahora, Navalni ha sido asesinado. El régimen no puede permitir que uno de sus súbditos esté en desacuerdo, el pueblo debe callar y regocijarse ante cada palabra del líder. Intentaron envenenarlo, no funcionó; así que lo ejecutaron de manera espectacular».
«Y Suiza lleva una parte de responsabilidad en el surgimiento de esta dictadura en Rusia, que trae muerte y desgracia a su población y al mundo entero. La democracia no es solo un letrero, es una lucha diaria».
Mijaíl Shishkin ha vivido en Suiza desde 1995. En 2000, recibió el premio del cantón de Zúrich por su libro «La Suiza rusa».
«Alexéi Navalni no le tenía miedo al Kremlin. Pero el Kremlin le tenía miedo a Alexéi Navalni . Fue asesinado por el régimen de Putin. Ningún argumento sobre las ‘causas naturales’ de la muerte de Navalni es aceptable, ya que se le crearon condiciones de vida artificialmente hostiles durante años.
Es un asesinato cobarde y astuto de un hombre peligroso para el régimen. Fue envenenado con ‘Novichok’, arrestado cuando regresó a casa en Rusia después de un tratamiento en Alemania, condenado a penas de prisión, una tras otra. Sus condiciones de detención se endurecieron, fue enviado a una unidad psiquiátrica en varias ocasiones, puesto a prueba al extremo. Y lo resistió todo. Ha sido un hombre de un coraje personal y cívico sin precedentes. Alexéi Navalni soportó todas las pruebas hasta el final.
Desafortunadamente, a diferencia de él, la cúpula política occidental, incluida la suiza, no puede decir lo mismo. Mientras Putin y su grupo de secuaces continuaban destruyendo a la oposición, matando y encarcelando a quienes se atrevían a protestar contra sus crímenes, personas occidentales seguían comprando petróleo, gas y metales rusos, otorgando permisos de residencia a las personas relacionadas con el régimen ruso y almacenando su dinero en sus bancos.
Tal falta de principios llevó a Putin a sentirse totalmente impune y omnipotente, y después de reprimir a su propio pueblo, pasó a la agresión militar contra el pueblo ucraniano.
Espero que la muerte de Alexéi Navalni despierte a la cúpula política occidental y que encuentre en sí misma la fuerza y el coraje para resistir al mal, a la dictadura y a la agresión de Putin. Alexéi Navalni no le tenía miedo al Kremlin. Y es por eso que el Kremlin le tenía miedo a Alexéi Navalni».
Oleg Radzinsky es un escritor y disidente soviético que cumplió cinco años de prisión en Siberia «por agitación y propaganda antisoviética». Emigró a los Estados Unidos después de su liberación y actualmente vive entre Suiza y el Reino Unido. Es especialmente conocido por sus novelas «Surinam» («Суринам») y «Vidas aleatorias» («Случайные жизни»). En septiembre de 2023 fue acusado por las autoridades rusas de ser «un agente extranjero».
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