«¿A nadie se le ocurrió pensar en Carla del Ponte?»
Carla del Ponte se retira de la diplomacia feliz de su experiencia en Argentina y con ganas de cerrar el capítulo judicial que rigió parte de su vida mientras fue fiscal de la TPIY.
Recién ‘jubilada’ y mientras hacía un balance de su carrera, confesó: “Yo podría ser el Fiscal de esta investigación”, refiriéndose a Kosovo.
Dice que está feliz de volver a Suiza y de haber mejorado su hándicap en el golf. Con buen humor, relajada y más elocuente que nunca, la ex embajadora Carla del Ponte festeja su ‘retiro oficial y definitivo’ de la diplomacia y elogia a la colectividad helvética de Argentina.
Mientras se prepara para dar cátedra a jóvenes universitarios de distintas partes del Mundo, la ex Fiscal General del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) asegura que nunca deja de estar atenta a los temas de la Justicia Internacional y sostiene que añoró colaborar con los juicios a los dictadores argentinos.
¿Qué balance hace de esta primera experiencia diplomática en Argentina?
Carla del Ponte: Mi balance es muy positivo, y creo que es porque estuve en Argentina, un país maravilloso, donde está todo lo que uno necesita, de norte a sur, del calor al frio. Todos los paisajes, todos los climas, desde Ushuaia a Misiones.
También porque diplomáticamente ambos países no tienen problemas.
Políticamente, en tres años vi dos elementos negativos: la inflación y la inseguridad. También hay cosas muy positivas, pero esos dos temas son un problema.
Personalmente fue bueno hacer tres años de pausa del trabajo judicial. Estuve ocho años en La Haya antes de venir aquí, y fueron de trabajo continuo, de 24 horas por día, de tensión.
¿Cómo califica la política de Derechos Humanos de Argentina?
CdP: Su política ha sido muy sensible a este tema, particularmente la Presidenta Cristina Kirchner. Eso es extremadamente positivo, no sólo para Argentina y la región sino para todo el mundo.
¿Qué momento se va a llevar siempre en su recuerdo de esta experiencia diplomática?
CdP: Varios. Cuando apenas llegue y fui a la Plaza San Martin a poner la ofrenda floral, y estaban los granaderos y la música. ¡Me gustó mucho, me pareció estar yendo atrás en el tiempo!. Fue un momento de gran placer (dice, mientas ríe emocionada).
También los Festejos del Bicentenario, que fueron muy emotivos, y naturalmente el encuentro con la Presidenta, que cuando me vio me dijo ¡querida Carla! Y me extendió los brazos. Eso para mí fue un regalo: que recuerde mi nombre, la forma en que me recibió y la manera en que lo dijo.
¿Qué cosas extrañó?
CdP: Estando aquí sentí mucho la imposibilidad de estar activa en el sector de los Derechos Humanos, porque como Embajadora estuve limitada. Quería participar más pero no podía por mi función diplomática.
¿En qué cosas particulares le hubiese encantado participar?
CdP: Hubiera estado encantada de participar con la Procuraduría, con los juicios orales a los criminales de la Dictadura. Creo que hubiera podido aportar mucha experiencia por mi trabajo en La Haya.
¿Por qué cree que se están sucediendo estas crisis en Egipto, Túnez, Libia…?
CdP: Esa una buena pregunta. Creo que esto ha sido como un ‘despertador’ para la juventud que empieza a ‘ver’ a la libertad y a los derechos primarios de una sociedad civil.
Y creo también que Internet, Facebook, Twitter, han sido muy importantes en este cambio, en el acceso y difusión de la información.
Aunque en este momento es muy dramático, pienso que finalmente será muy positivo y que el cambio va a llegar.
¿Piensa que esto sucede porque existe una esperanza de ‘democratizar’ (al estilo occidental) estos países?
CdP: Creo que los principios de la Democracia son los mismos para todo el Mundo. Diferente es la manifestación de estos derechos, porque se adecua a la cultura de cada sociedad. No se trata de un cambio de aplicación del derecho, porque el derecho es el mismo.
¿Cree que occidente puede ayudar a estos procesos de democratización?
CdP: Sí, seguro. Solo si existe el pedido de ‘ayuda’. No tratar de imponerlo.
¿Cuáles son sus planes a partir de marzo?
CdP: Voy a ir a Suiza definitivamente. Voy a trabajar principalmente con universidades, dando clases. Tengo muchos pedidos para dictar cursos, conferencias, seminarios. Estoy invitada en varios países, Francia, Estados Unidos…
¿Y cuándo se encuentre con Dick Marty, qué le va a decir?
CdP: Estoy en contacto con él. Pero cuando lo vea personalmente lo voy a felicitar. No porque hizo un muy buen trabajo, sino por la valentía y el coraje que tuvo para darlo a conocer.
El otro día pensé que yo podría ser el Fiscal de esta investigación. Conozco los hechos, conozco a las personas, conozco el ambiente… Pero miro la prensa y me digo, ¿A nadie se le ocurrió pensar en Carla del Ponte? (pregunta riendo).
¡A Ninguno! (se responde a sí misma entre sorprendida y divertida)
¿Su mensaje de despedida para la comunidad suiza argentina?
CdP: Que ha sido un placer haber compartido este tiempo con ellos en este país maravilloso, y que espero que este año de elecciones sea excelente.
Conocí a la verdadera Suiza cuando llegué aquí: el folklore suizo, el amor por las raíces, por las tradiciones y la Patria.
En su libro, Carla del Ponte recorre ocho años de ‘caza’ a personas que cometieron delitos horrendos.
Revela la existencia de un tráfico de órganos dirigido por el ex guerrilleros del ELK de Kosovo
Revela también antecedentes dramáticos e incómodos sobre algunos de los episodios más oscuros de la historia reciente de Europa.
Su labor permitió detener y poner a disposición judicial a decenas de acusados de genocidio y otros crímenes de guerra, entre ellos, Slobodan Milosevic, ex presidente de Serbia, fallecido en 2006 durante su detención en La Haya.
Durante su misión en La Haya, del Ponte presentó pruebas contra dos de los prófugos más buscados del mundo: los serbobosnios Radovan Karadžić y Ratko Mladić, acusados de la masacre de Srebrenica.
‘La caza…’, publicado en italiano por Feltrinelli, ha sido traducido a 12 idiomas, entre ellos el español (editorial Ariel).
El libro fue presentado por primera vez al público en Argentina el 10 de mayo de 2010
Nació en 1947 en Bignasco, en el cantón del Tesino.
En 1981 fue nombrada fiscal del cantón del Tesino; y de 1994 a 1999 estuvo al frente del Ministerio Público de la Confederación, la fiscalía suiza.
En 1999 fue nombrada fiscal general del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) por el entonces secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.
A finales de 2007 dejó el TPI y fue nombrada embajadora de Suiza en Argentina, cargo que concluyó el 28 de febrero de 2011.
En agosto de 2010, el TPIY abrió una investigación preliminar contra su ex fiscal general por haber ejercido presuntamente presiones sobre algunos testigos
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