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Alminares: inadecuado, evitar el debate sobre el islam

Direkte Demokratie RDB

La iniciativa sobre los alminares fue sometida a voto de modo precipitado, considera el ex portavoz del Gobierno de Suiza, Oswald Sigg. Las autoridades, que querían evitar un gran debate sobre el islam, son parcialmente responsables del sorpresivo resultado de las votaciones.

En entrevista con swissinfo.ch, Oswald Sigg critica las posiciones adoptadas por ciertos ministros.

Los resultados del escrutinio podrían tener también efectos benéficos, opina. Es decir, podrían provocar una discusión real sobre el tema de la integración, releva el socialista.

swissinfo.ch: Usted ha sido un observador atento a la política, como portavoz un quinquenio del Gobierno Federal. ¿Pensaba que la ciudadanía votaría por la prohibición de nuevos alminares?

Oswald Sigg: Para nada, pero no he sido nunca un buen pronosticador.

Tuve realmente dudas cuando gente cercana me comentaba que en su entorno muchas personas habían externado abiertamente su apoyo.

Lo creí exagerado. Mi juicio se basaba antes en discusiones en el seno del Gobierno y en la administración en el tiempo en el que fui portavoz del Gobierno.

El año pasado, el gobierno estimó que, por razones de política exterior, no podía permitirse una prolongada discusión a fondo sobre el islam en el marco de la presentación de esta iniciativa popular.

swissinfo.ch: ¿Una decisión errónea?

O.S.: Seguramente se trató de un error el hecho de someter esta iniciativa a voto lo más pronto posible. Lamentablemente, uno resulta más inteligente después.

Esta precipitación, aparentemente, provocó escepticismo e hizo que surgiera la pregunta de por qué el Consejo Federal quería evitar este debate profundo.

Normalmente pueden pasar hasta tres año entre la reunión de las firmas necesarias para que sea aceptada que la iniciativa popular pase a las urnas.

Hubiese sido más juicioso realizar una gran discusión sobre todas las cuestiones surgidas en el marco de esta iniciativa, como por ejemplo, el uso del shador. Pero en el seno de la administración, al igual que en el Parlamento, se temía que esto sólo permitiría abrir el foro para la propaganda de los promotores de la iniciativa.

swissinfo.ch: ¿Su opinión tras las reacciones postvotación?

O.S.: Las reacciones que he leído en las cartas de los lectores y los comentarios en las calles son estimulantes. Ahora, tal vez tendremos la discusión que el Consejo Federal quería evitar antes del voto.

Se perciben diversos ángulos, pero lo que hay de satisfactorio es que no hay voces serias que rechacen aceptar el resultado o que pongan en cuestión la democracia directa y su pieza maestra, la iniciativa popular.

swissinfo.ch: ¿Usted también opinaba que una votación sobre los alminares habría provocado un resultado similar si se hubiese producido en otros países?

O.S.: Sí lo creo. Durante una visita reciente a Berlín, me impactó el tono de odio y de racismo perceptible, incluso en los círculos oficiales, al momento de abordar las cuestiones del islamismo y de la integración.

Pero nuestra democracia directa es única. Por ello se nos envidia en el extranjero.

swissinfo: ¿Pero cada iniciativa debe ser sometida a votaciones? ¿No se requerirían otras herramientas suplementarias previas?

O.S. Según mis conocimientos, la iniciativa sobre los minartes no viola la esencia de la libertad de religión. Pero incluso los expertos estaban divididos y, en la duda, y a justo título, decidieron someter el texto a voto.

La prohibición de los alminares es un caso límite, pero no rebaza la línea ni en el plan jurídico, ni en el plan político moral.

swissinfo.ch: ¿Estas votaciones marcan un cambio?

O.S : Yo lo considero como un momento crucial en la historia de las votaciones, porque la gente ha votado, entre la sorpresa general y de forma clara, contra la voluntad del Gobierno y del Parlamento.

Ahora se va a entablar una larga discusión en Suiza sobre el islam y la integración y, una vez más, respecto a la democracia directa. Esto está bien.

Cuando el presidente de la Confederación Hans-Rudolf Merz declaró que había que preguntarse si todas las iniciativas deben someterse al voto popular, han tocado incluso a los propios fundamentos de nuestra democracia.

También me irritó mucho la manera en la que la ministra de los Asuntos Exteriores se casi excusó públicamente por esta decisión popular.

swissinfo.ch : Pero el gobierno no tiene una tarea fácil a la hora de explicar esta decisión en el extranjero.

O.S. : Está claro que no es una labor agradable para el Gobierno de explicar un veredicto que él no apoyaba. Aunque si dependió de cómo lo hizo.

Y se debe tener en cuenta un cosa: no tenemos realmente un gobierno en Suiza. El Consejo Federal es el Ejecutivo y debe ejecutar las decisiones del Parlamento o de los ciudadanos. Estos últimos deben ser aceptados. No hay espacio para los ‘si’ o los ‘peros’.

swissinfo.ch : ¿Qué rol han jugado los sondeos en esta campaña, teniendo en cuenta el hecho de que en el caso de los alminares, han estado totalmente desajustados respecto al resultado final?

O.S. : Yo mantengo que los sondeos realizados antes de la votación no tenían nada que hacer con nuestra democracia. Tenemos la posibilidad de votar, no tenemos necesidad de encuestas que nos digan supuestamente como piensa la gente.

Los sondeos pueden tener un efecto desmotivador en los ciudadanos. Ellos también pueden falsear el voto oficial.

Los medios implicados deberían ponerse de acuerdo para dejar de publicar las encuestas cinco semanas antes de la fecha del escrutinio.
(swissinfo: en lugar de los 10 días vigente actualmente)

Urs Geiser y Federico Bragagnini, swissinfo.ch
(Traducción: Patricia Islas e Iván Turmo)

Oswald Sigg nació en 1944 en Zúrich. Estuvo al frente de la comunicación de cinco consejeros federales (ministros). Trabajó a los socialistas Willy Ritschard, Otto Stich y Moritz Leuenberger, además de los miembros del partido UDC Adolf Ogi y Samuel Schmid.

En 2005, este miembro del Partido Socialista fue nombrado vicecanciller de la Confederación por lo que ocupó el cargo de portavoz del Consejo Federal (Gobierno). Estuvo en este cargo hasta que se jubiló la pasada primavera.

Oswald Sigg también fue redactor jefe de la Agencia Telegráfica Suiza de 1988 à 1990. Después entró en la Radiotelevisión de Suiza, la SSR, como portavoz de la de la dirección general de 1991 a 1997.

Oswald Sigg estudió en la Escuela de Comercio del Colegio Saint-Michel de Friburgo. Luego, Sociología y Economía en San Gall, París y Berna. Remató sus cursos con una tesis doctoral sobre las iniciativas populares. En la actualidad, escribe regularmente en un diario dominical.

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