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«Basta de abusos, condenemos a los culpables»

Cartel en Monrovia, Liberia, para denunciar a los abusadores sexuales. Keystone

Las mujeres continúan pagando el precio más caro en los conflictos activos en el mundo. Indefensas y vulnerables son el objeto del arma de guerra más despreciable: la violencia sexual.

Entrevista con la doctora italo-suiza Monika Hauser, desde hace años en primera línea en la lucha frente a esta lacra.

Agredidas, mutiladas, acuchilladas, violadas. La mujer dentro de las guerras de los hombres son las víctimas silenciosas de los choques que están castigando pueblos, comunidades y países de las regiones más pobres del planeta.

Con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, que se conmemora este 25 de noviembre, hablamos con Monika Hauser, fundadora de la organización humanitaria ‘medica mondiale’, sin ánimo de lucro .

La Fundación ‘Right Livelihood’ de Estocolmo le concedió recientemente el Premio Nobel Alternativo 2008 por «su incansable empeño a favor de las mujeres que han sufrido la violencia sexual más terrible en algunos de los países más peligrosos del mundo».

swissinfo: Desde la década de los 90 se ocupa de abastecer de asistencia a las mujeres en zonas de guerra. ¿Cuál es el éxito más significativo en la lucha contra le violencia sexual?

Monika Hauser: Tras años de trabajo hemos tenido éxito al meter este tema tabú en la agenda política internacional. Sobre el terreno hemos podido ayudar y decenas de miles de víctimas, mediante un fuerte apoyo para superar los traumas y rehacer sus vidas.

En todos los países en los que estamos activos, de Berlín a Kabul, no nos cansamos de recordar que los desastres de guerra significan una de las violaciones más graves de los derechos humanos. La violencia sexual ha estado finalmente reconocida como crimen de guerra y algunos culpables han sido condenados por el Tribunal Internacional de La Haya.

Hay que tener presente que en algunos países, como en Bosnia, las mujeres, en lugar de recibir apoyo de la sociedad, son estigmatizadas. Son víctimas dos veces.

Gracias a la experiencia acumulada en los Balcanes hemos podido formular, por primera vez, los patrones en la materia que hemos puesto a disposición de los expertos de todo el mundo.

swissinfo: ¿En qué ámbitos hay todavía mucho camino por recorrer ?

M. H.: La prevención es seguramente un tema importante. Desde hace diez años trato de sensibilizar al Ministerio de Defensa de Alemania sobre lo que han hecho nuestros soldados en los Balcanes, la denominada ‘fuerza de paz’.

En vez de proteger a la población de la violencia, en los burdeles se aprovecharon de las chicas jóvenes que fueron obligadas como esclavas. Sucede lo mismo con los ‘cascos azules’ de la ONU en África y con colaboradores de organizaciones internacionales. El ministerio no quiere todavía asumir su responsabilidad y rechaza dialogar con nosotros.

Después está el aspecto de la impunidad. Existen Tribunales Internacionales y resoluciones de la ONU, que en sí mismos son positivos, aunque la realidad es la de siempre: falta la voluntad de aplicar lo que está sobre el papel.

swissinfo: Hace algunos meses, el secretario general de la ONU Ban Ki-Moon afirmó que la violencia contra la mujer había alcanzado «proporciones inauditas»…

M. H.: Es así! Repito: es una cuestión de voluntad política. Si se continúa teniendo una disparidad entre sexos y discriminando a la mujer, será difícil completar un paso significativo hacia delante.

Como los ejemplos de los procesos en el Congo o en Ruanda: las indagaciones del Tribunal Internacional de Justicia se han conducido mal, las víctimas no han podido comparecer y los testimonios oculares no fueron dirigidos seriamente. En Ruanda, los responsables de la violencia recibieron medicamentos contra el SIDA, mientras que sus víctimas no tuvieron ese derecho.

swissinfo: Se ha definido la violación como ‘un arma de guerra’. ¿Qué supone exactamente esto?

M. H.: Si se refiere a la sociedad patriarcal en la que la mujer es considerada propriedad de hombre, la violación de una mujer musulmana representa un mensaje claro al marido de la víctima: puedo hacer lo que quiero con tu mujer.

Es un arma muy potente, que hace sentir al hombre extremadamente frustrado, deshonrado. En lugar de mantener a la mujer, él entra también en esta lógica y la práctica del abuso sexual persiste.

swissinfo: La situación en la República Democrática del Congo se ha visto agravada en las últimas semanas. En la parte este existe una altísima concentración de ONGs. La ONU está presente en la misión más grande de cara al mantenimiento de la paz. Y la incidencia de los abusos sexuales entre la más alta del planeta…

M. H.: En Kosovo hubo 15.000 ‘cascos azules’ para dos millones de personas. En el Congo hay sólo 17.000 para 60 millones. No puede funcionar. Es un problema de grandes proporciones…

Si no queremos asistir a un nuevo genocidio, el mandato de la misión de la ONU debe ser reforzado y clarificado. ¿Por qué no se integra la prevención de la violencia sexual en la guerra en el mandato de los ‘cascos azules’?

Sin la voluntad política y militar no hay nada que hacer. Se quiere una intervención más decidida. Como pacifista y feminista estoy convencida de que la guerra nunca es la solución. En el Congo estamos todavía frente a una situación de crisis en la que hay que actuar con urgencia.

swissinfo: ¿Cuál es su mensaje en el Día Internacional contra la Violencia de Género?

M. H.: Los abusos de la guerra deber ser medidos al lado de la sociedad y los culpables van a ser condenados. Las mujeres deben recibir suficiente apoyo para rehacer una vida y tener la posibilidad de participar políticamente en la construcción de sus países.

Entrevista swissinfo: Luigi Jorio
(Traducción: Iván Turmo)

La ginecóloga Monika Hauser, hija de emigrantes italianos nacida en Suiza, vive desde hace 25 años en Alemania.

A través de la ONG ‘medica mondiale’, creada por ella a raíz de la guerra de Bosnia en 1992, ha ayudado a más de 70.000 mujeres y niñas traumatizadas en zonas como Kosovo, Congo, Liberia, Afganistán y la propia Bosnia-Herzegovina.

La fundación ‘Right Livelihood Award’ le otorgó en octubre el Nobel Alternativo.

Liberia: dos tercios de las mujeres fueron agredidas entre 1989 y 2003

RDC Congo: A pesar del fin oficial de la guerra en 2002, centenares de miles de mujeres siguen siendo víctimas de abusos y violaciones.

Ruanda: casi todas las mujeres y chicas han sido víctimas de violacines en la guerra de 1994.

Kosovo: en el período 1998-1999, entre 23.000 y 45.000 mujeres sufrieron violencia sexual.

(fuente: medica mondiale)

El 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134, la Asamblea General de la ONU declaró el 25 de noviembre como el ‘Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer’.

Desde 1981, las militantes en favor del derecho de la mujer observan el 25 de noviembre como el día contra la violencia.

La fecha fue elegida como conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961).

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