"Es una catástrofe humanitaria, nunca vista antes en el mundo, porque todos esperan a las negociaciones en Ginebra y ahora solo se oye que éstas serán desplazadas a causa de una feria relojera que tiene lugar en el mismo sitio. Lo que suena absurdo”.
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"La gente en los campos venida de todas partes se considera siria (no opositora). Todos, por supuesto, tienen sus opiniones, pero cuando estoy allí solo tomo mi cámara y saco fotografías. Ellos están muy ocupados con las cosas básicas para sobrevivir y no hablan de política”.
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"Hace mucho frío. Faltan cobijas y hornos. Por ahora ninguna organización se ocupa aquí de ellos. Antes, algunas ONG turcas enviaron cobijas, pero diariamente se requieren nuevas tiendas de campaña para mil personas”.
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"Hoy (17 de diciembre de 2013) transportamos alimentos para 1.200 familias en el norte de Siria, en colaboración con una organización femenina siria y otra obra de ayuda turca. Hoy hay arroz, papas y carne entre las dotaciones. Unas 40 mujeres en Siria cocinarán los alimentos, y después se repartirán estos alimentos en diversos campos”.
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"Creo que los niños saben lo que está ocurriendo. No son tontos, saben exactamente lo que pasa. Siguen siendo niños, a veces con la responsabilidad de un adulto, tras quedar huérfanos”.
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"No llevamos material alguno de Suiza, porque es muy caro. Aquí una cobija cuesta 7 francos con 50 centavos. ¿Por qué deberíamos comprarla en Suiza y transportarla 4.000 kilómetros a Siria, cuando nos encontramos en una región productora de textiles? Vivimos aquí en Turquía y debemos demostrar nuestro respeto a la gente de aquí. Ellos acogen a 700.000 refugiados, por eso compramos todo aquí. También hay que responder a la producción del mercado local”.
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Oscar A.M Bergamin, en la distribución de alimentos. "Es peligroso en Siria, pero cuando hablo con esos comandantes, respetan mi tarea de ayuda. No se debe tener otra misión en la agenda que la asistencia humanitaria, esto es muy importante. No hablar de proyectos, solo llevar los alimentos. No les gusta la palabra ‘proyecto’. Puedes, en cambio, decir: ‘Soy imparcial y no tengo nada que ver con la política.’ No hablar con ciertos grupos significa que no eres imparcial.”
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"Cuando hace frío y nieva, hay más donativos. Para los niños no hay apoyo financiero alguno, cuando estalla una guerra. Es paradójico, pero así es. Todo el mundo manda dinero a Filipinas tras un tifón. En dos días han dirigido allí más dinero de lo que Siria requeriría durante el próximo medio año. A nuestra organización le falta el dinero. Se requiere de tanto para comprar los alimentos necesarios para poder preparar solo una sopa para tanta gente”.
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"Iniciamos nuestra acción ‘De vuelta a clase’ en coincidencia con la llegada del invierno. Apoyamos con material a las escuelas ubicadas en las ciudades cercanas a los albergues, pero también a aquellas situadas dentro de estos campos. Así, los niños pueden salir de estos campos, moverse un poco e ir a la escuela. Organizamos todo esto. Lo que no es fácil, pero es posible”.
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"Somos la única organización europea que trabaja directamente en el norte de Siria, con la base logística en Turquía. Para poder trabajar aquí se deben tener siempre bien abiertos los ojos y oídos. Trabajamos de modo muy estrecho con la población local. A veces puede uno estar en peligro, pero a veces se debe simplemente entablar una conversación personal con los actores armados no estatales para explicarles lo que hacemos, y entonces, todo está en orden”.
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"Es la primera vez en la historia que tras tres años de iniciada una guerra dos millones de personas no tienen acceso constante alimentos. Hay campos donde la gente no tiene qué comer, algo totalmente nuevo en la historia reciente. Esto no se vio ni en Afganistán”.
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"Es un frío gélido, y uno ve a todos estos niños. Vienes un día y vuelves unos días después y te enteras de que algún niño murió por el frío. Esto choca. A esto nunca te acostumbras”.
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"Los niños siempre sonríen en las fotos. Nunca lloran. Se alegran de verte. Uno tiene zapatos, otro, no. Tratas de dar lo mejor de ti para darles todo lo que puedes”.
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El suizo Oscar Assadullah Mukhtar Bergamin ayuda a los refugiados sirios, amenazados por el hambre en diversos campos al norte del país desde julio de 2013, cuando fundó la asociación Ash-Sham Care en Zúrich.
En los últimos meses, estos desplazados no solo luchan por sobrevivir al conflicto en el que se encuentran inmersos, acosados el hambre, la sed, las enfermedades y el frío.
Hicieron pan a base de lentejas, cuando se les acabó la harina, y cuando se agotaron las lentejas, comieron gatos, perros y asnos. Los niños comen incluso hojas y cartón a falta de alimentos.
Pese a los riesgos, Bergamin continúa su ruta entre Zúrich y Gaziantep, en Turquía, donde compra alimentos y cobijas, con apoyo de organizaciones locales para enviarlos a diversos campos de refugiados. Por razones de seguridad no nombra los campos.
En camino hacia estas concentraciones al norte sirio, este activista en conversación con swissinfo.ch el 17 de diciembre de 2013 explicó que Ash-Sham Care es una de las muchas asociaciones humanitarias europeas que trabajan directamente en esa zona de Siria con soporte logístico en Turquía. Envió fotografías de diversos campos tomadas durante este duro invierno y descripciones sobre su tarea y vivencias dentro y fuera de las zonas destinadas a los refugiados.
Bergamin es ciudadano helvético, nacido en 1964 en Países Bajos. Luego de estudiar Medios y Comunicación, trabajó de 1999 a 2009 como editor y periodista. Su fascinación por la Historia Islámica, el arte y la cultura le ha permitido realizar largas estadías en Egipto, Jordania, Siria, Líbano, Irak y Turquía. Inició estudios de jurisprudencia islámica y del jadiz y en 2005 se convirtió al islam. A finales de 2009, se hizo miembro del Consejo Central Islámico de Suiza (CCIS), dirigido por la controversial figura de Nicolas Blancho. Dos años después abandonó el grupo por divergencias.
Luego de que en 2010 fuese destruida su recién compañía de muebles sirios (Pierre Loti Design) en Damasco, Bergamin fundó la ONG ‘Ash-Sham CARE’, con proyectos humanitarios en Líbano, Siria y Turquía. Bergamin trabajó dos años como oficial especial del Ejército de Suiza en Kosovo y durante un año fue consultor civil internacional del ‘Psychological Operations Support Element’ en las tropas ISAF (International Security Assistance Force) de la OTAN, con sede en Kabúl, Afganistán.
(Imágenes: Ash-Sham Care, Citas: Oscar A.M Bergamin, Producción: Islah Bakhat y Christoph Balsiger, swissinfo.ch)
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