China: un mercado cada vez más prioritario para Suiza
Las relaciones económicas van viento en popa: el intercambio comercial registra una tasa anual del 20 al 30%. Hasta ahora eran las empresas suizas las que invertían en el país asiático. Desde hace algún tiempo hay firmas chinas que vienen a Suiza.
«Es muy probable que las grandes empresas suizas descubrieran la globalización mucho antes que otros países, porque el mercado helvético es más bien reducido y no tenemos materias primas. Por tanto, estamos obligados a buscar salidas fuera de los confines nacionales y a concentrarnos en productos especializados que a todas luces también interesan al mercado chino», explica Massimo Baggi, responsable de las relaciones económicas con Asia en la Secretaría de Estado de Economía (Seco).
Muchas firmas helvéticas estuvieron, pues, entre las primeras que llegaron China apenas Pekín emprendió el camino de la liberalización económica. En el año 1980 el fabricante suizo de ascensores Schindler logró concretar la primera ‘joint venture’ integrada por una empresa china y una sociedad occidental.
Hoy, la plaza económica suiza goza de una posición más bien ‘privilegiada’ en el mercado chino. De hecho, Suiza es uno de los poquísimos países industrializados con una balanza comercial activa en sus intercambios con China: con una tasa de crecimiento anual de entre el 20 y el 30%, las exportaciones helvéticas han recibido 5.400 millones de francos en 2007. El gigante asiático ya es el socio comercial más importante de Suiza en Asia, delante de Japón.
Un mercado aún difícil
Para lograr estas meta, la empresa suizas debieron invertir sumas considerables en un mercado que aún es difícil a pesar del proceso de liberalización vigente desde hace años. «Son ante todo los problemas clásicos de acceso al mercado, como las tasas aduaneras prohibitivas en algunos sectores, los obstáculos técnicos al comercio o una cultura de negocios distinta a la nuestra los que exigen notable capacidad persistencia y una red compleja de contactos», señala Massimo Baggi.
«Además, el problema que supone la falta de respeto a la propiedad intelectual interesa mucho a la empresa suiza, porque exportamos sobre todo bienes de alto valor agregado. Desde el punto de vista legislativo, varios países emergentes, como China, disponen de leyes compatibles con nuestras normas, pero aún queda un déficit en el plano de la vigilancia, de la intervención judicial y de la formación», añade el experto de Seco.
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OSEC
Cambio de paradigma
Para resolver estos problemas, al menos parcialmente, y abrir más el mercado chino, el Gobierno suizo intenta concluir cuanto antes un acuerdo de libre comercio con las autoridades de Pekín; éstas, sin embargo, dan la impresión de ‘cierta reticencia’. A pesar de una leve desaceleración en el crecimiento económico, el gigante asiático sigue siendo una de las prioridades de la política económica exterior de Suiza.
«El fortalecimiento de las relaciones comerciales con China es muy importante para Suiza desde el momento en que permite reducir nuestra dependencia de los mercados europeo y estadounidense. Es bueno subrayar que, en términos de comercio exterior, el mercado asiático ya representa el segundo continente más importante para Suiza, después de Europa y antes de Norteamérica. Es un cambio fundamental de paradigma. Y creo que esta tendencia continuará», recalca Baggi.
Una tendencia nueva
Si bien las empresas suizas eran las que hasta hace poco tiempo invertían en China, desde hace algunos años se observa un fenómeno inverso. El ‘boom’ económico ha permitido al gigante asiático constituir enormes capitales: empresas e inversores chinos buscan ahora nuevos mercados en cuyas plazas financieras puedan colocar sus caudales.
«Con respecto a la presencia de la economía helvética en China, se trata todavía de un fenómeno pequeño, pero es un proceso en curso. En las últimas dos décadas, Suiza y otros países europeos han perdido muchos puestos de trabajo desplazándose a China. Ahora son las firmas chinas las que empiezan a abrir sucursales y a crear empleo en nuestro país», confirma Marco Rhyner, de la OSEC (Swiss Foreign Investment Agency China), organización encargada de promover la plaza económica suiza en China.
En opinión de personas y familias chinas que han abierto restaurantes, negocios y consultorios médicos, una treintena de sociedades del país asiático se han establecido durante los últimos años en territorio helvético. En primer lugar las empresas comerciales que toman Suiza como plataforma de acceso al mercado europeo para exportar textiles, medias y otros productos chinos típicos, pero también bicicletas, motocicletas, aparatos telefónicos y algunos componentes de alta tecnología.
Además, las empresas chinas asentadas en suelo suizo desde hace algún tiempo lo hicieron para poner en marcha la producción o ensamblaje, por ejemplo, de aparatos electrodomésticos, televisiones, radio, teléfonos y ordenadores. «Aquí están incluso fabricantes chinos de relojes que se interesan en la plaza suiza desde el momento en que buscan un ‘cluster’ capaz de ofrecer sus conocimientos y experiencia en este sector», recalca Marco Rhyner.
swissinfo, Armando Mombelli
(Traducción del italiano: Juan Espinoza)
1918: primer tratado de amistad
1950: Suiza es uno de los primeros países en reconocer a la República Popular de China
1974: primer acuerdo comercial
1980: ‘joint venture’ entre el fabricante de ascensores suizo Schindler y una firma china
1986: acuerdo para la protección recíproca de inversiones
1989: acuerdo de colaboración científica y técnica
1992: acuerdo sobre la protección de patentes
1996: primera visita a China de un presidente de la Confederación (Jean-Pascal Delamuraz)
2002: inauguración del ‘Swiss Business Hub’ (centro de negocios en Shanghai
2004: protocolo de intenciones sobre turismo
2007: declaración conjunta sobre la protección de la propiedad intelectual
China (con Hong Kong) representa desde 2002 el principal socio comercial de Suiza en Asia, antes que Japón.
La exportación helvética a China (sobre todo maquinaria, relojes, productos químicos y farmacéuticos) ha pasado de 415 millones de francos en 1990 a 5.400 millones en 2004.
Las importaciones de productos chinos a Suiza (en particular maquinaria, textiles, productos químicos y relojes) pasaron de 415 millones de francos en 1990 a 4.800 millones en 2004.
Las inversiones directas de la empresa privada en China sumaron casi 1.000 millones de francos en 2006. Unas 300 compañías helvéticas operan en el país asiático y dan trabajo a unas 60.000 personas.
En Suiza tienen actividades una treintena de sociedades chinas.
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