Cuesta que las personas ucranianas entren en el mercado laboral suizo
Hace dos años, el Consejo Federal (Gobierno) activó el estatuto de protección S para las personas refugiadas procedentes de Ucrania. Una novedad en Suiza. Pero su integración en el mercado laboral no ha funcionado.
“Sencillamente no había alternativa a aplicar el estatuto de protección S”, declaró Claudio Martelli, subdirector de la Secretaría de Estado para las Migraciones (SEM), en una conferencia en la que se hizo balance de los dos últimos años en Suiza.
Este estatuto está previsto para las personas obligadas a huir de situaciones de guerra agudas, y que el resto del sistema no se sobrecargue. De hecho, quienes solicitan el estatuto de protección S no pasan por el procedimiento de asilo.
Estas personas son acogidas temporalmente, pueden trabajar y tienen derecho a asistencia social. “Realmente es impresionante lo que han conseguido los cantones, municipios y ciudades en la primera fase del plan”, subrayó Claudio Martelli.
Solo una de cada cinco personas tiene trabajo
Hoy en día unas 66.000 personas tienen el estatuto de protección S. El Consejo Federal considera necesario actuar en el ámbito del ejercicio profesional. En la actualidad, solo el 20 % de las personas refugiadas ucranianas en edad de trabajar tiene un empleo. Y ello a pesar de que varios sectores buscan mano de obra de manera desesperada y se enfrentan a una falta de especialistas.
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Sin embargo, las personas refugiadas venidas de Ucrania a menudo tienen estudios superiores. El Consejo Federal —como anunció en noviembre— quiere duplicar el número de estas personas con empleo, hasta llegar al 40 %.
Una conferencia que a mediados de marzo organizó en Berna el Centro Nacional de Competencia en Investigación sobre Migración y Movilidad y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) analizó las lagunas en la integración en el mercado laboral.
Yelyzaveta Glynko y Peter Mozolevskyi —ambos refugiados ucranianos— encuentran varias razones que explican este bajo nivel de actividad profesional. Una de las dificultades, según cuentan, es la falta de reconocimiento de títulos y certificados de estudios. Cualquiera que haya trabajado como psiquiatra en Ucrania —sencillamente— no puede ocupar un puesto de psiquiatra en Suiza. Además del reconocimiento de títulos, el idioma suele ser un obstáculo.
“Nadie esperaba que la guerra durara tanto”, dice Andrej Lushnycky, cónsul honorario de Ucrania en Suiza. Así que, en un principio, no parecía que hicieran falta un curso de idiomas, una formación o un cambio de carrera.
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Falta comunicación
Según Daniella Lützelschwab, de la patronal suiza, si se está en disposición de ejercer una actividad un poco diferente, hay muchos puestos de trabajo disponibles. Pero el empresariado se enfrenta a un reto: “No sabemos dónde están estas personas ni cómo encontrarlas”.
Las pymes, en particular, no tienen recursos para encontrar gente llegada de Ucrania. “Deberían organizarlo los sectores económicos”, indica Daniella Lützelschwab. El mismo desconocimiento lo ha observado Peter Mozolevskyi entre sus compatriotas. “Mucha gente desconoce por completo las oportunidades y ofertas de Suiza. Falta comunicación”. La Confederación ha reconocido este problema, afirma Philipp Berger, jefe de la división de admisión al mercado laboral de la Secretaría de Estado para las Migraciones. “Actualmente estamos trabajando en la propuesta de medidas”, cuenta. Es una cuestión de comunicación y también de poner en contacto a empresarios y trabajadores. Habría que tener más en cuenta otros canales, como las redes sociales o los artículos en los medios de comunicación ucranianos.
El Parlamento se compromete
El Parlamento también quiere mejorar la integración de las personas con estatus S en el mercado laboral. El Consejo Nacional y el Consejo de Estados —en marzo— han aprobado una moción de la Comisión de Instituciones Políticas del Consejo Nacional al respecto, que pretende sustituir el requisito del permiso de trabajo por el de anuncio. Esto proporcionaría mayor flexibilidad y tendría un efecto menos disuasorio para los empleadores potenciales, ya que únicamente tendrían que rellenar un formulario en línea.
Daniella Lützelschwab aplaude cualquier simplificación administrativa, pero se muestra escéptica en cuanto a sus efectos. “Pedimos previsibilidad ante todo”, señala. Es difícil contratar personal si no se sabe cuánto tiempo van a estar en Suiza, o cuánto tiempo va a seguir siendo válido su estatuto de protección S. Por eso, le gustaría que la Confederación lo comunicara con antelación.
Formación acelerada en gastronomía
En el cantón de Vaud, en la Suiza francesa, la tasa de empleo de las personas llegadas de Ucrania es inferior a la media de la Suiza alemana. Solo el 10 % tiene empleo. Por eso, el cantón ha desarrollado su propia solución, explica Isabelle Moret, consejera de Estado y jefa del Departamento de Economía.
Las personas originarias de Ucrania —a diferencia de quienes llegan refugiadas de otros países— no quieren pasar el resto de su vida en Suiza. Así que se han organizado cursos de formación rápida, de unas semanas, que pueden generar oportunidades de empleo directas. En estos momentos se está llevando a cabo un proyecto piloto con GastroVaud para contratar mano de obra específica para el sector de la restauración. “Merece la pena, sobre todo en sectores que, de todos modos, tienen una rotación elevada”, afirma Isabelle Moret.
El cónsul honorario Andrej Lushnycky aplaude la idea. Las soluciones rápidas son cruciales, porque hay que tener en cuenta que estas personas algún día volverán a Ucrania.
“Deberían tener ocupación el 100 % de las personas refugiadas, pero no necesariamente como trabajadores”.
Isabel Moret, consejera del Cantón de Vaud
“Una Ucrania vacía sería un gran problema. Para la reconstrucción del país es importante que la gente regrese”, subraya.
En el mejor de los casos, esto también abriría nuevas posibilidades. Se podrían plantear colaboraciones entre empresas suizas que apoyan la reconstrucción en Ucrania y trabajadores ucranianos que ya conocen estas empresas. Y el regreso de estas personas será necesario. “Unos seis millones de personas viven en países europeos como refugiadas en estos momentos y faltan en Ucrania”.
Personas de las que se sabe muy poco
Isabelle Moret lamenta que el Consejo Federal haya fijado como objetivo que trabaje el 40 % de las personas. “En realidad, deberían tener ocupación el 100 % de las personas refugiadas, pero no necesariamente como trabajadores”. Los menores deben estar escolarizados, los jóvenes de 18 a 25 años deben recibir una formación de capacitación, y quienes sufren psicológica o físicamente, en lugar de trabajar, deben recibir atención. También son importantes los cursos de idiomas. Sin olvidar que muchas madres tienen que cuidar de sus hijos, porque en Suiza encontrar guarderías es difícil.
“En el cantón de Vaud hay 3.600 personas de origen ucraniano de entre 18 y 65 años. No sabemos qué hacen 2.000 de ellas”, dice Isabelle Moret. No están inscritas en la oficina regional de empleo ni han solicitado permiso de trabajo. “Pueden estar trabajando desde casa para una empresa ucraniana o haciendo un curso sin pasar por los canales oficiales”, continúa.
Para tener una visión más clara, se invita a estas 2.000 personas a inscribirse en el cantón. “Para ayudar a las personas individualmente y animarlas, primero tenemos que saber cuál es la situación”, dice Isabelle Moret. Las personas que no respondan a la invitación deberían pagar una multa, añade. El objetivo no es obligarles a trabajar, sino comprenderles mejor.
Una evaluación del estatuto de refugiado S
La experiencia adquirida con el estatuto de protección S también podría ser de interés para otros grupos de refugiados, según Isabelle Moret. Una opinión que comparte ACNUR. Aunque la asistencia rápida es de agradecer, el estatuto de protección S también crea diferencias entre las personas refugiadas.
La jefa de la oficina suiza de ACNUR, Anja Klug, afirma que el estatuto de protección S para todas las personas refugiadas no es deseable, porque las personas admitidas con carácter provisional tienen menos derechos que las personas reconocidas como refugiadas.
Actualmente, un grupo de evaluación creado por el Departamento Federal de Justicia y Policía examina qué lecciones pueden extraerse de la aplicación del estatuto de protección S. La misión del grupo de trabajo es evaluar la aplicación de este estatuto.
“A mediados de año presentará un informe que comparará y contextualizará los distintos estatutos en materia de asilo”, explica Claudio Martelli, de la SEM. Sin embargo, sería ilusorio intentar resolver todas las contradicciones y disfunciones de la legislación suiza en materia de asilo basándose en las experiencias del estatuto S. “Pero en el pasado ya ha habido varias adaptaciones y vamos en la buena dirección”, asegura el representante de la Confederación.
Texto adaptado del francés por Lupe Calvo / Carla Wolff
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