Dudas sobre España, un nuevo reto para el franco suizo
La posible recalificación de España por parte de Moody´s ha repercutido negativamente sobre el euro y ha llevado al mercado a una nueva paridad histórica de 1,27 francos por euro.
El banco central suizo reveló, por otra parte, que evitar que su moneda se aprecie sin freno le ha costado ya más de 200.000 millones de francos desde la primavera del 2009.
Controvertidas y duramente cuestionadas por su incapacidad para detectar a tiempo la crisis de los ‘subprime’, las agencias calificadoras se confirman en 2010, no obstante, como la voz autorizada para hacer caer a una empresa o a una economía.
Este miércoles (15.12), la británica Moody´s dio la voz de alerta al adelantar que podría bajar la actual nota que otorga a España (Aa1) debido a las elevadas necesidades de financiamiento que enfrentarán el gobierno y su sistema financiero en 2011.
Moody´s había castigado ya la calificación española hace solo tres meses, cuando le quitó la nota máxima ‘Aaa’ que había gozado durante años previos.
La calificadora aclaró que “no dudaba de la solvencia del Estado español”, pero evidenció que dado el tamaño de la economía y las necesidades de financiamiento de Madrid y sus bancos, el riesgo de enfrentar nuevos episodios de tensión es importante.
Las bolsas europeas acusaron de inmediato los efectos de estos temores, pero la incertidumbre también repercutió en Berna, donde el tipo de cambio alcanzó un nuevo nivel histórico de 1,27 francos suizos por euro.
Franco, a contracorriente
En once años de existencia, el euro jamás se había encontrado tan débil frente al franco suizo como hoy.
Para Suiza, la fortaleza de su divisa y condición de ‘moneda refugio’ europea abandonó –desde la primavera de 2009- el estatus de ventaja para convertirse en un contratiempo para el sector exportador y para el banco central.
Este jueves (16.12), desde Zúrich, el Banco Nacional Suizo (BNS) hizo balance del coste que ha tenido en 2010 evitar que el franco toque el cielo: 73.000 millones de francos suizos en once meses.
Producto de ello, Philipp Hildebrand, presidente del BNS afirmó que la tenencia de divisas extranjeras de las arcas del banco central helvético pasó de 207.000 a 280.000 millones de francos suizos entre enero y el cierre de noviembre.
“La apreciación significativa del franco ha entrañado considerables pérdidas cambiarias entre todas las inversiones que tenemos denominadas en monedas extranjeras”, apuntó también.
Efectos en Berna
La solidez de la zona euro es una condición indispensable para el sano desempeño de la economía helvética.
Razón que ha llevado al BNS a apuntalar al euro desde la trinchera helvética. En un análisis destinado a los mercados financieros, Jean-Pierre Danthine, miembro de la dirección general del banco central y experto en política cambiaria, revela el coste real que ha tenido para Suiza “hacer equipo” con la vecina Europa.
Concretamente, según Danthine, entre marzo de 2009 y fines de noviembre de 2010, las reservas internacionales suizas han crecido en 200.000 millones de francos.
Dicho en breve, son los recursos que ha debido invertir el banco central en evitar que el franco se aprecie indefinidamente en detrimento del euro.
Danthine detalló que “en algún momento de 2010”, las reservas internacionales suizas estuvieron constituidas en un 70% por euros y aclaró que el banco central ha buscado una diversificación que ahora permite que el 55% de las reservas se denominen en la divisa extranjera, otro 25% en dólares y el resto en monedas diversas.
Pese a ello, el BNS no ha sido capaz de impedir una apreciación del franco superior al 15% durante los últimos 20 meses, con lo que el tipo de cambio se ubica actualmente en 1,28 francos por euro.
Un nivel que la patronal economiesuisse considera como de “alto riesgo” y contrario a los intereses del sector exportador suizo, que en industrias como la relojera vende el 85% de su producción total al extranjero.
El frágil equilibrio europeo
El margen de maniobra del Banco Nacional Suizo es cada vez menor, y su necesidad de coordinar esfuerzos con la Unión Europea (UE) crece.
En una nota dirigida a los inversionistas (16.12), el banco Credit Suisse afirmó lo que los mercados financieros dan por hecho que el BNS se mantendrá cauto con respecto al futuro y conservará las tasas de interés en niveles históricamente bajos (cercanos al cero), para evitar nuevas presiones alcistas sobre el franco.
Bruselas, por su parte, ha decidido hacer un nuevo guiño a Berna.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker afirmó durante la víspera a la cumbre europea que se celebra desde ayer (16.12) en Bruselas, el “deseo de que Suiza se adhiera a la Unión Europea”.
Una declaración política sustentada con un claro respaldo económico.
Si el franco es el refugio de los inversionistas europeos, la coordinación de políticas e intereses entre Berna y Bruselas es fundamental.
Suiza, por su parte, observa de cerca de España. Sabe que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero debe conseguir 170.000 millones de euros (alrededor de 220.000 millones de francos suizos) en 2011 para honrar sus deudas. Y los bancos ibéricos, por su parte, tienen pendientes pagos por 90.000 millones de euros (unos 120.000 millones de francos).
Del éxito y la prevención de la crisis de la zona euro depende también el futuro de la economía helvética.
Los líderes de la Unión Europea (UE) celebran (16 y 17 de diciembre) una nueva cumbre en Bruselas en la que se debate la creación de un esquema de carácter permanente que permita apuntalar a los países de la zona euro cuando se enfrenten al riesgo de una crisis.
Esta vez es justo Alemania -el país más reacio a rescatar a los vecinos en problemas y principal socio comercial de Suiza- el que propone mecanismos para evitar futuros colapsos. “Es la mejor forma de demostrar que ninguno de nosotros duda del euro”, afirmó la canciller alemana, Angela Merkel, al llegar a la reunión.
El Consejo Europeo se ha reunido en siete ocasiones en 2010 –frente a las cuatro citas tradicionales- para devolver al mundo la confianza en la economía del Viejo Continente.
El Banco Nacional Suizo anunció este jueves (16.12) que mantiene intacta su política monetaria. Y confirmó que conserva el margen de fluctuación de su tasa líder (Libor a 3 meses) en entre 0 y 0,75%. Con ello, busca un incentivo para la economía y ofrece un respiro a la apreciación del franco.
Las tres principales calificadoras de riesgo que operan a escala internacional son Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch. Su misión es evaluar la capacidad real de pago que tienen las compañías y los gobiernos, y cuánta garantía son capaces de ofrecer en caso de una quiebra eventual.
Las tres calificadoras citadas recomendaron la adquisición de papel ligado a créditos hipotecarios estadounidenses de baja calidad (subprimes) y no identificaron los riesgos que derivaron en una crisis global.
El franco suizo ha vivido tres periodos de apreciación abrupta durante la última década:
En 2001, tras el atentado a las torres gemelas de NY, el tipo de cambio se ubicó en 1,44 francos por euro.
En 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers en EEUU se ubicó en 1,43 francos por euro para luego regresar a 1,50 algunas semanas más tarde.
En 2010, alcanza niveles históricos de 1,27 francos por euro, y podría seguir su trayectoria de apreciación si economías clave como la española, al interior de la zona euro, se debilitan.
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