Etapa crucial para el Consejo de Derechos Humanos
El Consejo de Derechos Humanos se reúne esta semana en Ginebra con la finalidad de concluir las negociaciones que establezcan la arquitectura y sus mecanismos de funcionamiento.
Suiza, como los otros países occidentales, quiere un instrumento lo más independiente posible y abierto a las ONG. Mayoritarios, los países de Asia y África prefieren mecanismos controlados por los Estados.
La resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas instituyó el Consejo de Derechos Humanos señalando que los logros de la antigua Comisión de Derechos Humanos sean preservados y mejorados.
Bajo esta premisa trabaja el embajador Luis Alfonso de Alba. Presidente del Consejo hasta el 18 de junio, el diplomático mexicano dirige las negociaciones cuyo fin es estructurar el Consejo, sus reglas de procedimiento y sus mecanismos heredados de la vieja Comisión de Derechos Humanos. Ésta última fue disuelta tras perder crédito por mostrarse demasiado selectiva en sus condenas a países que violan los derechos humanos.
Luis Alfonso Alba ha presentado a los 47 Estados miembros del Consejo un texto de compromiso que será objeto de las últimas tratativas de esta semana.
«Espero que un texto sea aprobado sin votación y que todos podamos celebrar un hecho histórico el 18 de junio», declaró el embajador a la prensa el pasado jueves.
Riesgos de ruptura
Pero esta opción no es segura porque aún quedan varias preguntas sensibles. Y en caso de que persistan los desacuerdos, los países occidentales, entre ellos Suiza, podrían pedir una votación. Lo harían para no validar proposiciones inaceptables como aquella del grupo africano sobre un código de conducta para los expertos independientes que investiguen las violanciones de los derechos humanos, o la proposición restrictiva de China con respecto a las resoluciones por países.
Los occidentales son minoría y, por tanto, la votación corre el riesgo de aprobar esas proposiciones.
«Si eso ocurre será un fracaso, una pérdida de credibilidad para el Consejo que, de repente, dejará de contar con el apoyo de todos sus miembros», advirtió el embajador de Alemania Michael Steiner -país que actualmente preside la Unión Europea-, en una entrevista la «Tribune de droits humains».
Con todo, el presidente del Consejo mantiene su optimismo: «Tengo confianza. Creo que el 18 de junio podrá surgir un consenso».
El embajador de Alba espera ante todo que sea aprobada su proposición sobre una de las principales innovaciones del Consejo con respecto a la ex Comisión; a saber, el mecanismo de examen periódico de todos los Estados.
Pero algunos de los países occidentales consideran que la proposición es muy débil, porque deja muy poco espacio a las ONG y a los expertos independientes. Nada está definido pues sobre el Consejo, que en su primer año de existencia ya ha sido acusado por Estados Unidos y algunas ONG de parcialidad. Éstas consideran que se concede un espacio muy importante a la cuestión palestina.
Avances notables
El jurista suizo y autor del proyecto inicial del Consejo de Derechos Humanos, Walter Kälin, constata que hay adelantos.
En una entrevista publicada por el diario zuriqués «Neue Zürcher Zeitung», el representante de la ONU para personas desplazadas recalca que el Consejo se reúne con más frecuencia que la antigua Comisión (por lo menos diez semanas al año) y que hasta ahora examina con más seriedad las conclusiones de los relatores especiales de la ONU.
«Han tenido lugar discusiones intensas, mientras que en la época de la Comisión se trataba sólo de una formalidad», precisa Walter Kälin.
Otro elemento positivo mencionado por el jurista bernés es la decisión del Consejo de crear un grupo de expertos que examine la aplicación en Sudán de las recomendaciones emitidas por la ONU sobre el respeto de los derechos humanos en Darfour.
swissinfo, Frédéric Burnand, Ginebra.
Creado el año pasado, el Consejo de Derechos Humanos encara su 5a. sesión desde el 11 hasta el 18 de junio.
El Consejo está integrado por 47 miembros elegidos para un periodo de tres años. Los miembros actuales tienen mandato de uno a tres años, de manera que un tercio sea renovado cada año.
Dotado de un estatuto superior al antiguo de la disuelta Comisión de Derechos Humanos en el sistema de la ONU, el Consejo de Derechos Humanos no tiene poder cohercitivo, como es el caso del Consejo de Seguridad de la ONU.
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