Gran Bretaña será aliada de Suiza ante el G-20
El primer ministro británico, Gordon Brown, se entrevistó este fin de semana en Londres con el presidente helvético, Hans-Rudolf Merz, a quien ofreció apoyo y felicitó por flexibilizar el secreto bancario.
Londres negociará que Suiza se sume en breve a los trabajos del G-20 y que no sea incluida en la ‘lista negra’ de paraísos fiscales no cooperadores que se dará a conocer el 2 de abril.
Suiza cedió ante Washington y Bruselas. El viernes pasado (13.03) aceptó apegarse a las reglas que marca la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en materia de cooperación fiscal. Y esto implica eliminar la diferenciación que hoy existe entre ‘evasión’ y ‘fraude fiscal’ con respecto al secreto bancario.
Pero como negociar es el arte de resolver conflictos mientras se buscan ventajas para todas las partes, Suiza espera ahora una doble recompensa.
Primero: no ser incluida en la «lista negra» de la OCDE que será anunciada el próximo 2 de abril en Londres.
Y segundo: ser invitada, en la misma fecha y lugar, a la Cumbre que celebrará el G-20, que será la protagonista de medidas internacionales que buscarán paliar la recesión mundial y extinguir los paraísos fiscales.
A priori, Suiza está cada vez más cerca de su objetivo porque Gran Bretaña se comprometió el sábado a apoyarle en ambos temas.
Merz visita Inglaterra
Desde hace un bimestre, el Comité del Fondo Monetario Internacional (CFMI) tenía previsto un encuentro de ministros del FMI en Horsham, al sur de Inglaterra, para el sábado pasado.
El objetivo era buscar acuerdos preliminares de cara a la cumbre del G-20 del próximo 2 de abril.
El pasado fin de semana, los avances fueron escuetos. Los asistentes acordaron que el FMI debe duplicar, o incluso triplicar, los fondos que tiene disponibles actualmente para atender a países en riesgo de colapso económico.
Sin embargo, el encuentro en Horsham abrió también la puerta a un diálogo bilateral espontáneo entre Suiza y Gran Bretaña, después de que la semana pasada el mundo fuera recorrido por una ola de anuncios ligados a la flexibilización del secreto bancario por parte de una decena de países o territorios considerados paraísos fiscales.
Concretamente, el presidente de Suiza, Hans-Rudolf Merz, fue invitado por Gordon Brown, el primer ministro británico, para felicitarle personalmente por la decisión que tomó Suiza y para declararse su aliado.
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OCDE
Brown se compromete
Durante un encuentro informal celebrado en el número 10 de Downing Street, Merz expresó abiertamente a Brown que Suiza esperaba no figurar en la ‘lista negra’ de paraísos fiscales no cooperadores que será anunciada el 2 de abril en el marco de los trabajos del G-20.
Merz reveló en una entrevista publicada por el diario helvético ‘Le Temps’ ese mismo sábado, que Suiza conoció de forma extraoficial que sí estaba incluida en la ‘lista negra’, razón que terminó de decidir al gobierno a reformar su secreto bancario.
Gran Bretaña reaccionó positivamente.
Según un comunicado de prensa del Ministerio suizo de Finanzas, «el primer ministro se comprometió a hacer todo lo necesario para que Suiza no sea incluida como país no cooperador».
Brown ofreció también abogar por que Suiza participe en breve de forma directa en los trabajos del G-20, como mínimo en el ámbito técnico, agrega el documento.
Suiza, no obstante, aspira a asistir como invitada a la reunión, una concesión que ya logró España, país que tampoco es miembro del G-20.
El desenlace a este punto se conocerá durante los próximos días.
Durante el resto de la entrevista, Merz y Brown hablaron sobre la volatilidad de los mercados financieros y sobre la preocupación común de que la recesión mundial ponga en riesgo de insolvencia a un número creciente de países en desarrollo, que requerirán de fondos del FMI.
La prensa avala la decisión
Mientras Merz y Brown dialogaban en Londres, la prensa helvética avalaba la decisión del gobierno suizo de aplicar un secreto bancario selectivo.
Los diversos medios coincidieron, no obstante, en que el 13 de marzo de 2009 marcará un antes y un después para la plaza financiera helvética que ya no tendrá marcha atrás.
La posición más radical se leyó en la portada del ginebrino ‘Le Temps’, con un «El secreto bancario ha muerto». Pese a lo cual, el diario coincidió con el bernés ‘Bund’ en que Suiza no tenía más alternativas frente a sí, ya que la presión internacional crecía y no había expectativas de que retrocediera.
A juicio de ‘L’Impartial/L’Express’ de Neuchâtel, es la crisis económica presente la que llevó tan lejos al gobierno suizo, que en otro momento y otra coyuntura habría buscado vías alternas.
El ‘Basler Zeitung’ destacó otro punto en el que coinciden la mayoría. Haber aparecido en la ‘lista negra’ de países no cooperadores de la OCDE habría tenido para Suiza un mayor costo que el de reformar su secreto bancario.
Finalmente, el zuriqués ‘Tages-Anzeiger’ aseguró que al apegarse a los principios de la OCDE, Suiza reconoce valores definidos a escala global, lo que es positivo.
Y diarios como la ‘Tribune de Genève’ lanzan cuestionamientos como: ¿Será suficiente para Estados Unidos y Europa la señal de buena voluntad que ha lanzado Suiza?
Preguntas cuyas respuestas, sin duda, aún están en el aire.
swissinfo, Andrea Ornelas
Los países del G-20 son:
Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón, Gran Bretaña, Rusia, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, República de Corea, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea (como gobierno comunitario).
El secreto bancario vive una revolución internacional.
Este mes, Suiza, Andorra, Liechtenstein, Isla de Man, Islas Caimán, Singapur y Hong Kong se han comprometido a respetar las normas de la OCDE en materia de cooperación contra el fraude fiscal.
Esto implica limitar el alcance de sus secretos bancarios.
En tanto, Austria, Luxemburgo y Bélgica, países miembros de la UE pero defensores de dicha discrecionalidad, también se comprometieron a revelar su información en la materia.
El artículo 26 de la Convención Fiscal de la OCDE, al que se acogerá Suiza, la compromete a entregar las coordenadas –anulando el secreto bancario- de clientes que hayan incurrido en evasión y/o fraude fiscal.
Suiza es miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la OCDE, pero no del G-20, un grupo informal de países desarrollados y emergentes que marcará la pauta de la reactivación económica mundial y que está contra los paraísos fiscales.
Las fortunas extranjeras administradas desde Suiza podrían duplicar los datos considerados como oficiales durante mucho tiempo.
Según estimaciones del Banco Nacional Suizo (BNS), la plaza financiera helvética administra haberes de clientes privados extranjeros por alrededor de 1 billón de francos suizos.
Sin embargo, el dominical ‘NZZ am Sonntag’ reveló que la Asociación Suiza de Banqueros (ASB) estima que se gestionan cerca de 2,15 billones de francos suizos.
Según los datos de la ASB, la banca suiza administraría el equivalente a 5,2 billones de francos suizos, de los cuales 1,3 billones vienen de inversionistas privados suizos, y otro 1 billón de inversionistas institucionales (Segundo Pilar).
Y del extranjero, unos 1,85 y 2,15 billones provendrían de ahorradores privados, y entre 750.000 millones y 1 billón de inversionistas institucionales extranjeros.
Los datos, según ‘NZZ am Sonntag’, fueron confirmados por Thomas Sutter, portavoz de la ASB, quien agrega que los bancos suizos no esperan una ‘fuga’ de inversiones como producto del anuncio que hizo Suiza sobre una reforma a su secreto bancario.
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