¿Provocará la drástica subida del impuesto de sucesiones suizo un éxodo de personas multimillonarias?
Una propuesta para gravar con un impuesto de sucesiones del 50% a las personas superricas ha provocado amenazas de emigración por parte de quienes residen en Suiza y pertenecen a esta clase adinerada.
Las personas multimillonarias con domicilio fiscal en Suiza recibieron un duro golpe cuando la Organización de Juventudes Socialistas (GISO) lanzó en 2022 una iniciativa que pedía la introducción de un impuesto de sucesiones del 50% para las herencias de más de 50 millones de francos suizos (56 millones de dólares). La propuesta de la izquierda calculaba que se podrían recaudar 6.000 millones de francos al año y pretendía que el dinero se destinara a iniciativas de protección del medio ambiente, como la renovación de edificios, el desarrollo de energías renovables o la inversión en transporte público. La justificación que daban quienes promovieron la iniciativa «Por el futuroEnlace externo» era que los más ricos son en gran parte responsables del cambio climático y, por tanto, deberían enmendarlo.
Al parecer, mucha gente en Suiza está de acuerdo, ya que la Organización de Juventudes Socialistas consiguieron reunir suficientes firmas hasta febrero de este año para forzar una votación a escala nacional para 2026.
Contra tendencia
La propuesta de aumentar drásticamente el impuesto de sucesiones para las personas superricas va en contra de la tendencia general de hacerlo menos doloroso para la población en general. Entre mediados de los años 90 y principios de los 2000, muchos cantones suizos reformaron sus estrategias fiscales y suprimieron el impuesto de sucesiones para los familiares cercanos.
Suiza no tiene impuesto de sucesiones a nivel federal, pero todos los cantones, excepto Schwyz y Obwalden, recaudan un impuesto de sucesiones. La relación entre el difunto y sus herederos también desempeña un papel decisivo: los cónyuges y los descendientes directos están exentos en la mayoría de los cantones. El tipo del impuesto de sucesiones también es progresivo y, en la mayoría de los casos, se multiplica por un factor que depende del parentesco entre la persona fallecida y la heredera.
Pongamos como ejemplo el cantón de Zúrich. Según la sociedad de gestión de patrimonios Centro LAW, los cónyuges y descendientes directos están exentos del impuesto de sucesiones. Los padres están exentos hasta un importe de 200.000 CHF y los hermanos hasta 15.000 CHF. En todos los demás casos, el tipo impositivo es progresivo y comienza en el 2% para las herencias de hasta 30.000 francos suizos y asciende hasta el 6% para las cantidades superiores a 1,5 millones de francos suizos. En función del parentesco con la persona fallecida, estos tipos impositivos se multiplican por un factor de uno para los padres, dos para los abuelos, tres para los hermanos, cinco para los tíos y seis para las personas sin parentesco.
A escala europea se observa una tendencia similar. Desde 2000, Austria, la República Checa, Noruega, Eslovaquia y Suecia han suprimido sus impuestos de sucesiones o patrimonio. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo EconómicoEnlace externo (OECD por sus siglas en inglés), la falta de apoyo político al impuesto de sucesiones fue la causa de las recientes decisiones de derogar los impuestos de sucesiones, patrimonio y donaciones. La elevada carga administrativa en comparación con unos ingresos relativamente escasos también se citó como motivo en algunos países.
¿Provocará el fantasma de un impuesto de sucesiones del 50% para las personas millonarias en Suiza una estampida de ejecutivos de la industria suiza al extranjero?
«La GISO me obliga a emigrar», señalabaEnlace externo Peter Spuhler, jefe de Stadler Rail, en el periódico SonntagsZeitung a principios de mes.
Con una fortuna estimada en más de 3.000 millones de francos, los descendientes de Spuhler tendrán que desembolsar de golpe al menos 1.500 millones en concepto de impuesto de sucesiones si el electorado suizo aprueba la iniciativa. Las personas millonarias de Suiza tienen razón para estar preocupadas. Un estudioEnlace externo del Instituto Suizo de Investigación Económica (KOF) reveló que alrededor del 60% de las 300 personas residentes suizas más ricas heredaron su fortuna. No es casualidad que la nación alpina sea un lugar bastante favorable para los extraordinariamente ricos.
«Las personas adineradas pueden crear oficinas familiares que ahorran en el impuesto sobre la renta, y las plusvalías privadas no están sujetas al impuesto sobre la renta de las personas físicas. Sí, existe un impuesto sobre el patrimonio, pero se trata más bien de un impuesto sobre la renta de último recurso para los superricos», explica a SWI swissinfo.ch Isabel Martínez, jefa de la sección de investigación sobre Desigualdad y Economía Pública de la KOF.
Sin embargo, según Isabel Martínez, un impuesto de sucesiones del 50% sigue siendo bastante elevado en comparación con los estándares internacionales y podría resultar contraproducente.
«Existe el riesgo de que Suiza pierda tanto el impuesto de sucesiones como la recaudación anual del impuesto sobre la renta y el patrimonio si los millonarios deciden emigrar», afirma.
Eso es exactamente lo que Spuhler amenaza con hacer. Así lo confirmó al diario SonntagsZeitung subrayando que estaba considerando emigrar a Austria (el Tribunal Constitucional austriaco derogó el impuesto de sucesiones en 2008) para evitar que sus empresas fueran «vendidas a inversores chinos o de capital riesgo en el extranjero que solo querían hacer dinero rápido» para pagar el tipo del 50% del impuesto de sucesiones propuesto por GISO. Sin embargo, Martínez no está convencida de que sean necesarias medidas tan drásticas.
«Me cuesta creer que los herederos no puedan encontrar un banco que les preste dinero para pagar el impuesto de sucesiones si la empresa que han heredado es rentable», afirma.
Texto adaptado del inglés por Carla Wolff
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