La emigración olvidada de los suizos
En momentos en que el debate sobre la inmigración extranjera divide al Parlamento, un historiador nos recuerda que en el siglo pasado miles de suizos debieron emigrar a la Argentina en busca de mejores condiciones de vida.
Un estudio que nos habla de un pasado que la historia oficial prefiere olvidar.
‘La reencarnación de Helvecia, historia y memoria de los emigrantes suizos en Baradero, Argentina’, de Christophe Mauron, publicado por la Universidad de Friburgo, es el fruto de un trabajo de investigación que recuerda que Suiza, antes de la prosperidad, conoció la emigración masiva de sus ciudadanos.
El trabajo se centra en la emigración esencialmente de pequeñas aldeas del cantón de Friburgo, producida en 1856, y que se tradujo en la fundación de una colonia agrícola en Baradero, provincia de Buenos Aires, en Argentina.
Una historia olvidada
Su autor, Christopher Mauron, joven historiador también oriundo del cantón de Friburgo, investigó esta epopeya migratoria desde varios aspectos, entre los que destacan la aparición del sentimiento nacionalista, el éxito económico de un proyecto colonizador y la recuperación de la colonia por parte del gobierno argentino.
Pero lo que más le llamó la atención y que explica en entrevista con swissinfo, fue descubrir que “los suizos de hoy no conocen esta historia, la ignoran, y peor aún, no hay interés de los historiadores por este tema”.
Este desinterés Christopher Mauron lo explica por varias razones: la primera “es que la emigración no corresponde a la imagen que los suizos tienen de sí mismos. No quieren acordarse de que una vez también fueron pobres, a pesar de que no todos los que emigraban eran miserables”.
La segunda razón: “las dificultades para estudiar el tema, porque las fuentes están muy dispersas y los archivos oficiales, los fondos familiares o los que poseen algunas organizaciones de suizos no están concentrados en un solo lugar”.
Es así que con pocos datos, y con la preciosa ayuda de un argentino de origen vasco francés, Ignacio Salaberry, Christophe Mauron partió a la Argentina en busca de los protagonistas de esta historia, del mito fundador, y del encuentro con un símbolo, que se traduce en la ‘reencarnación de Helvecia’.
Surgimiento de la identidad nacional
Más allá de la trayectoria y del significado socio económico de este proceso colonizador, el joven historiador descubrió que la colonia de Baradero fue un laboratorio para el surgimiento de una conciencia helvética, pero más aún, de la emergencia de la identidad suiza, del sentimiento patriótico.
“El patriotismo suizo fue un fenómeno de exportación promovido por las autoridades suizas al término de la Primera Guerra Mundial. A través de su embajador en Buenos Aires, Emile Rodé, se entregan directivas a los colonos de Baradero para que celebren los 600 años de la fundación de la Confederación y el 1 de agosto, día nacional”, explica.
“Según mis investigaciones, los suizos que emigraron en aquella época no tenían idea de la noción patriótica. Suiza no existía como identidad nacional, los colonos se identificaban a sus aldeas, a sus regiones y sobre todo a su cantón de origen”.
Las consignas echaron raíces y la colonia agrícola de Baradero se transformó en un símbolo unificador. De ahí el título del libro: ‘La reencarnación de Helvecia’.
Un modelo de colonia agrícola
Otro aspecto que revela la investigación, es la proyección de la colonia suiza de Baradero en el ámbito nacional argentino cuyo gobierno de la época estaba empeñado en demostrar lo bien fundado de la política de desarrollar el país a través de la emigración europea ‘blanca y laboriosa’.
Cabe recordar que en sus comienzos la colonia de Baradero fue fundada por familias cuyo total no superaba las 30 personas. Al cabo de algunos años llegó a tener 10 mil colonos y en su desarrollo agrícola resultó un modelo. Un ejemplo del éxito y de la prosperidad forjada por “suizos laboriosos y honestos”.
Para Christophe Mauron, el gobierno argentino utilizó el éxito económico de la colonia para ocultar el fracaso de este mismo tipo de proyectos en otros lugares del país.
Por último se aborda el aspecto de la integración de la colonia en la sociedad argentina y la proyección que tienen hoy sus descendientes, la forma en que la imagen se percibe. La idealización de una patria ausente y lejana que los ha dejado en el olvido y la desolación.
(Este reportaje sigue en Más sobre el tema)
swissinfo, Alberto Dufey
En Baradero (Argentina) con los primeros emigrantes suizos se forjó el nacionalismo helvético.
Baradero está situado 150 kilómetros al norte de Buenos Aires. Fue una ex concentración indígena fundada en el siglo XVII como ‘misión católica’ por la orden de los Jesuitas.
A la llegada de los colonos vivían unas 100 familias esparcidas en una aldea estilo colonial español y más allá de sus muros se extendía la mítica pampa argentina.
Los fundadores de la colonia suiza de Baradero, Argentina, en 1856, fueron al comienzo un grupo de 5 familias originarias de Châtel St. Denis del cantón de Friburgo.
La municipalidad les entregó parcelas de 8,5 hectáreas por familia.
Oficialmente fueron integrados en el proyecto de colonización argentina ‘civilización y progreso’.
En el 2004, con 3 y 4 generaciones de colonos, los residentes de Baradero continúan enarbolando las banderas del patriotismo helvético.
“Todos se sienten los auténticos hijos de Helvetia”, y el autor del estudio se pregunta si eso no es más que nostalgia, un repliegue en busca de identidad, o un acto de comunitario en torno a los orígenes.
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