«La polarización se percibe»

Walter Suter es embajador de Suiza en Venezuela desde hace más de 3 años. swissinfo.ch

Walter Suter, embajador de Suiza en la República Bolivariana de Venezuela, confía en que las elecciones presidenciales del domingo se desarrollen sin problemas mayores.

Para el diplomático, se percibe «disconformidad» en la población debido a la polarización que reina en el país, aunque elogia el curso de la economía caribeña.

swissinfo: Todas las encuestas auguran el triunfo del presidente Hugo Chávez para las elecciones del 3 de diciembre. Si se impusiera finalmente sobre Manuel Rosales, ¿qué desafíos pendientes tendría en su futuro gobierno?

Walter Suter: Muy difícil saberlo. Él mismo dice que va a profundizar el proceso revolucionario, introducir un socialismo del siglo XXI, que no está claramente definido, pero que se basa en la Constitución Bolivariana de 1999, que entre otras cosas y como base muy importante, tiene la introducción de la democracia directa, participativa y refrendaria.

swissinfo: Usted lleva en Venezuela 3 años y 3 meses de gestión. En este tiempo, ¿cuál ha sido su sensación sobre la evolución social del país? ¿Siente que la sociedad se está ordenando? ¿Percibe bienestar o disconformidad en la población?

W.S.: Se siente la disconformidad. Y la polarización se percibe, aunque no siempre expresada de forma muy concreta. Pero en el intercambio con las personas, sobre todo con quienes viven en la parte residencial, donde estamos nosotros también, se nota que tienen la sensación de que bien podría perder algo con la continuación de la presidencia de Chávez.

La polarización continúa y no ha habido hasta ahora signos claros de un acercamiento entre las dos partes, algo que sería muy necesario para el futuro, la tranquilidad y la estabilidad del país.

swissinfo: ¿Cuándo habla de que algunas personas ‘tienen miedo de perder algo’, se refiere a avances sobre la propiedad privada por parte del gobierno, como sucedió con algunas tierras?

W.S.: Existe este tipo de miedo. Por el momento para nosotros no existen indicios parecidos, excepto en el marco de la reforma agraria, como hay muchos países en América Latina donde está previsto poder expropiar latifundios o tierras ociosas.

Eso se ha llevado a cabo en un par de lugares, pero hasta ahora no de manera masiva ni a escala muy amplia, pero imagino que podría llegar a profundizarse el año próximo, siempre dentro del marco de la reforma agraria.

Respecto a la propiedad privada, en cuanto a casas, habitaciones, apartamentos o similares, no se ve, ni está previsto formalmente.

swissinfo: ¿Cómo evalúa las relaciones entre Suiza y Venezuela?

W.S.: Son muy buenas, ante todo porque no hay conflicto ninguno entre los dos Estados.

Por otro lado tenemos varios pequeños proyectos de cooperación entre instituciones del gobierno venezolano y Suiza, algunos que ya hemos podido realizar, como uno reciente que hicimos sobre la justicia penal para el menor; otro sobre la formación de un cuerpo de socorro para actuar en caso de catástrofes, donde expertos suizos capacitaron a jefes regionales de la protección civil, y algunos otros.

También tenemos proyectos con el Consejo Nacional Electoral (CNE), para que después de las elecciones expertos suizos constitucionalistas acompañen a este organismo cuando tengan que preparar el anteproyecto de ley sobre los derechos políticos de sufragio, que tiene que desarrollar este artículo constitucional sobre democracia directa y participativa que le mencioné.

swissinfo: ¿Cómo describiría la situación socioeconómica del país?

W.S.: Económicamente la situación mejoró bastante aquí. En los últimos dos años hubo un crecimiento enorme, de casi el 10% del PBI, y hay mucho dinero ‘en la calle’, circulando.

No hay crisis a ese nivel, sobre todo por el precio del petróleo y por una política bastante astuta y prudente del gobierno, que ha conseguido tener unas reservas importantes. Hay divisas muy fuertes aquí.

No se puede prever un tipo de crisis parecida a la que vivió Argentina, porque el Estado tiene por mucho tiempo asegurado unos ingresos muy importantes que, además, le permiten llevar adelante todas estas ambiciones sociales y los proyectos de infraestructura.

swissinfo: ¿Cuál es la percepción de las empresas suizas frente a la continuidad de Chávez o un posible cambio de gobierno?

W.S.: Si se diera un cambio de gobierno, sería Manuel Rosales el presidente, y no creo que ahí tampoco tendrían miedo.

Las empresas se acomodaron a la política que tiene el gobierno actual y si reeligen a Chávez, quizás haya algunas posibles restricciones más en cuanto a la legislación laboral, la responsabilidad social… Por ejemplo, las obligaciones hacia los empleados pueden aumentar. Posiblemente sean este tipo de medidas. Pero en general creo que están bastante confiadas porque ya saben lo que sucede.

swissinfo: ¿Cómo espera que sean estas elecciones en cuanto al orden?

W.S.: Espero mucho estas elecciones y creo que el proceso electoral va a ser tranquilo, porque el CNE y el gobierno han desplegado 120 mil hombres de las Fuerzas Armadas para guardar la seguridad y tranquilidad de las 33 mil mesas electorales. Creo que el tema está bien preparado para que no haya disturbios de importancia.

swissinfo: ¿Suiza va a estar como observadora en este proceso?

Participamos con un grupo importante. Proporcionalmente, el contingente de seis observadores suizos es el más grande de todos los países europeos.

Como el año pasado, nos asociamos a la misión de observación de la Unión Europea, bajo las mismas condiciones, algo que estamos haciendo en varios países desde hace mucho tiempo.

Entrevista swissinfo: Norma Domínguez

Contexto

El sistema electoral venezolano dispone para los comicios presidenciales una única vuelta, por lo que el candidato que obtenga el domingo la mayor cantidad de votos, sin importar el margen o la participación, gobernará entre 2007 y 2013.

Para estas elecciones, las encuestas dan como favorito al presidente Hugo Chávez con alrededor del 60% de los votos, frente a su principal adversario, Manuel Rosales, a quien le otorgan entre el 25% y 40% de intención de voto.

Existe una desconfianza generalizada en la población respecto al secreto del voto. Aún así, se espera una alta participación, de entre el 60% y 70% de los 11 millones de electores habilitados para sufragar.