Las conversaciones de Bürgenstock preocupan en el Palacio Federal
Suiza no ha invitado oficialmente a Rusia a la conferencia de paz. ¿Un error?, se preguntan algunos en el Parlamento suizo. Cuanto más empeño pone Rusia en contra de la Conferencia de Paz de Bürgenstock, más evidente resulta el error.
Todo comenzó el 15 de junio de 2023 en el Parlamento suizo. Volodímir Zelenski se dirigió entonces a los parlamentarios suizos a través de un mensaje de vídeo: «Os invito a organizar una cumbre mundial por la paz». La invitación fue una sorpresa. Casi nadie sabía cómo afrontarla en aquel momento.
¿Ha adoptado Suiza una posición demasiado unilateral?
El deseo del presidente ucraniano se ha hecho realidad. Exactamente un año después, en la misma fecha, Suiza acoge a más de 70 naciones en la ‘Conferencia para la Paz en Ucrania’. Las delegaciones debatirán el tema en Bürgenstock, una escarpada cumbre en el centro de Suiza, con el azul del lago de los Cuatro Cantones de fondo.
A 70 kilómetros de distancia, en el Parlamento de Berna, los expertos en política exterior buscan cada vez más respuestas a varias preguntas clave: ¿Ha adoptado Suiza una posición demasiado unilateral? ¿Por qué no se ha invitado a Rusia? ¿Y para qué sirve en última instancia esta Conferencia de Bürgenstock, sin Rusia?
Equilibrio suizo
La neutralidad de Suiza se ha visto amenazada por el ataque de Rusia a Ucrania desde su inicio. Por un lado, tuvo que tomar una posición con respecto a Ucrania, dentro de la alianza de Estados europeos, del lado del Derecho internacional, con Occidente. Hubo presiones de la UE y también de Estados Unidos.
Por otro lado, este rico y pequeño país defendió en todo momento su papel especial como nación neutral, aludiendo siempre a su tradición como posible intermediario para la paz. Ahora Suiza puede destacar ese papel y resaltarlo.
Esto resulta importante, ya que algunos poderosos países socios habían criticado anteriormente a Suiza, a veces con dureza. Una de las acusaciones consistía en que el país de los bancos prefería no rastrear los activos financieros rusos, o que prohibía a otros países suministrar a Ucrania armas suizas adquiridas hace décadas.
Distancia neutral
La delicada situación del equilibrio suizo en el conflicto ucraniano puede observarse en las relaciones del Gobierno con el propio Volodímir Zelenski. Para no ofender a Rusia, el Gobierno suizo se abstuvo hace un año de asistir al discurso del jefe de Estado ucraniano en el Parlamento. Mantuvo una distancia neutral y no reaccionó.
Sin embargo, seis meses después, cuando Zelenski visitó Suiza en enero de 2024, el Consejo Federal (Gobierno) no sólo había adoptado su idea, sino que se la había apropiado, aunque estaba claro que Zelenski utilizaba esta cumbre para promover su propio plan de paz de 10 puntos y sólo buscaba apoyo internacional para él.
La reprimenda de Lavrov en Nueva York
Poco después, en Nueva York, el ministro suizo de Asuntos Exteriores, Ignazio Cassis, se enteró, por su homólogo ruso, Sergei Lavrov, de cómo se había recibido la noticia en Moscú. En una reunión de una hora, Lavrov criticó duramente la conferencia prevista por considerarla exclusivamente unilateral.
Rusia no quería ser invitada y nunca aceptaría una invitación, explicó Lavrov al ministro suizo de Asuntos Exteriores, según informaron fuentes del Palacio Federal a SWI swissinfo.ch. Por ello, el Consejo Federal decidió no cursar una invitación oficial, para no molestar aún más a Moscú tras la reprimenda de Lavrov en Nueva York.
«Sin Rusia no vale la pena seguir», dice escuetamente el experto en política exterior Lukas Reimann, de la derechista y conservadora UDC. Su partido ya boicoteó el discurso de Selenski en el Parlamento y criticó la conferencia desde el principio. Su colega de partido Franz Grüter añade: «Esta Conferencia de Bürgenstock no tiene nada que ver con los buenos oficios de Suiza. Para eso sería necesario que ambas partes participaran».
«Punto bajo de la política exterior suiza»
Grüter considera la conferencia como un punto bajo en la política exterior suiza. Al fin y al cabo, el trabajo por la paz y los buenos oficios implican diplomacia itinerante, conversaciones y sondeos, explica. Tales diligencias llevan tiempo y no se hacen en público. «Pero esta conferencia se anunció públicamente desde el principio y estaba bajo la presión de un plazo de tiempo. Se organizó incorrectamente».
«Está claro que Rusia ha violado el derecho internacional y no puede imponer ninguna condición. Pero debería haberse cursado una invitación».
Nicolas Walder, consejero nacional, Verdes
«Es realmente un planteamiento bastante original por parte del Consejo Federal», señala Nicolas Walder, de los Verdes, «anunciar la conferencia sin conocer a los participantes». El experto en política exterior de los Verdes también considera un error que Suiza no invitara a Rusia «formal e incondicionalmente». «Está claro que Rusia ha violado el derecho internacional y, por tanto, no puede imponer ninguna condición. Pero debería haberse cursado una invitación, aunque sólo fuera para hacer justicia a los que aún dudan». No obstante, el consejero nacional de los Verdes está convencido de que esta conferencia se inscribe perfectamente en la tradición de las iniciativas de paz suizas.
«Suiza es sinónimo de paz»
«Suiza es el único país del mundo que actualmente hace algo por la paz», afirma Laurent Wehrli, político del FDP y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Consejo Nacional. «Por supuesto que no será una reunión perfecta», afirma. «Por supuesto que no habrá paz el 15 de junio».
Pero en un momento en que Francia y Alemania prácticamente legalizan el bombardeo de Rusia con sus armas, Suiza muestra un camino diferente, el camino hacia la paz.
Contra-conferencia de Bürgenstock
En las últimas semanas, Rusia ha hecho todo lo posible por presentar la Conferencia de Bürgenstock como unilateral. También utilizó su renovada influencia con las principales economías emergentes para presionarlas a que se mantuvieran alejadas de Suiza.
Y lo ha hecho con éxito: China y Brasil anunciaron la intención de celebrar su propia conferenciaEnlace externo, «con participación igualitaria de todas las partes y un debate justo de todos los planes de paz».
Poco después, los medios de comunicación informaron de que China no participaría en la conferenciaEnlace externo y que el jefe de Estado brasileño, Lula da Silva, rechazaba la invitación de Suiza. Esto supuso un revés para los esfuerzos de Suiza por implicar a los países emergentes más importantes; el ministro de Asuntos Exteriores Ignazio Cassis había viajado a China y Brasil especialmente con este fin.
Sin embargo, es un éxito para Rusia, como declaró Enlace externoSergei Lavrov inmediatamente después de la reunión con Cassis: «El único objetivo de la conferencia es invitar al mayor número posible de participantes al evento». Lo más importante es una foto conjunta como muestra de apoyo a la «fórmula Zelenski».
«Es extraño que China y Brasil hayan dado hasta ahora la espalda a la conferencia», afirma Nik Gugger, experto en política exterior del Partido Popular Evangélico. Después de todo, Brasil tiene gran interés en lograr un acuerdo de libre comercio con Suiza, y China también quiere renovar su acuerdo actual. «Por tanto, hace aún más satisfactorio el que India quiera venir a Suiza con una delegación de muy alto rango», añade.
El experto no duda de que la diplomacia suiza seguirá intentando hasta el final persuadir a Rusia y China para que participen.
«Por supuesto, habríamos preferido tener a Rusia, China y Estados Unidos, porque la paz sólo es posible con Rusia», afirma Elisabeth Schneider-Schneiter, consejera nacional del Partido de Centro. “Pero, en términos de realpolitik, es mejor adoptar una postura en este conflicto y celebrar esta conferencia que no hablar de paz en absoluto». Para esta consejera nacional, la defensa por parte de Suiza del derecho internacional y de los valores occidentales tras el ataque ruso es correcta y natural. «También está en juego la seguridad de Suiza», añade.
Presionar por todos los medios
En estos últimos días antes de la conferencia, la diplomacia suiza sigue presionando en todo el mundo para conseguir el mayor nivel posible de compromisos. Es un tira y afloja con Rusia, que valora cada cancelación como un éxito. Muchos parlamentarios ven en la gran energía de Moscú una señal. Demuestra lo importante que es ya la Conferencia de Bürgenstock en este momento.
No sólo Rusia ejerce presión con el suministro de gas o los contratos laborales. También Suiza opera en este tipo de conversaciones con la perspectiva de acuerdos comerciales o tratados económicos, afirman algunos parlamentarios con buenas conexiones en la diplomacia suiza.
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«Importante contribución para el Sur global»
Los países del Sur Global también están en el centro de este juego diplomático. Suiza se ha centrado en su participación desde el principio y los ha invitado deliberadamente. «Es importante que Suiza dé la oportunidad de expresarse a los países que durante demasiado tiempo no han podido participar en pie de igualdad en este tipo de conferencias», afirma Sibel Arslan, consejera nacional de los Verdes y vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores.
Rusia tiene mucho interés en ampliar su influencia en el Sur global. Arslan está convencida de que Suiza contribuye a contrarrestarlo con esta conferencia.
Texto adaptado del alemán por J. Wolff / Carla Wolff
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