«Los extranjeros son una oportunidad para Suiza»
El terapeuta social Francesco Genova es vicepresidente del Consejo consultor de la ciudad de Zúrich que trabaja sobre la integración de los extranjeros. Esta iniciativa estudia en profundidad las ventajas y problemas asociados a la inmigración en la mayor ciudad de Suiza.
Nacido en Roma, Francesco Genova llegó a Suiza en 1987 donde fundó los proyectos sociales Vertigo e Interviva. Entrevista.
swissinfo.ch: Su trabajo se centra en el potencial que representa el colectivo inmigrante. ¿Cómo lo hace?
F. G.: Hemos entrado en tratos con 250 PYMES propiedad de extranjeros a las que convencimos de crear puestos para aprendices. Varias docenas de empresarios respondieron “presente” a la iniciativa dando nuevas posibilidades a numerosos jóvenes.
swissinfo.ch: Las plazas de aprendizaje profesional en nuestro país son muy codiciadas y difíciles de obtener. ¿Es aún más complicado para los extranjeros?
F. G.: Sin duda. Pero creo que hay que mirar la cuestión desde el lado opuesto: como una oportunidad para Suiza. Aunque la realidad es que entre el 80 y el 90 % de jóvenes extranjeros no encuentra plazas de aprendizaje en Zúrich. Y es que el nivel de exigencia profesional en esta ciudad es altísimo.
swissinfo.ch: Curiosamente, en los últimos años, en Zúrich se escuchan voces críticas acerca de la inmigración alemana. ¿Cómo se explica este fenómeno?
F. G.: El problema que hay en Zúrich con los alemanes pasa porque están más cualificados, logran mejores resultados con menos recursos y están dispuestos a hacer más sacrificios. A pesar de ello, la demanda de trabajadores sigue siendo más alta que la oferta. Pero no ser ciudadano de la UE sigue siendo un problema, a pesar de la necesidad de las empresas.
swissinfo.ch: ¿Puede explicar su trabajo con Interviva?
F.G.: Es una consultora de desarrollo socioeconómico que trabaja mucho en América del Sur. Proyectos que iniciamos, pero que luego dejamos en manos de los interesados. Interviva trabaja en México, Uruguay, Brasil o Argentina, en áreas que van del cultivo de café biológico o la cría de cabras para producir leche de alta calidad hasta fondos de inversión éticos.
swissinfo.ch: Hemos hablado del potencial del inmigrante, pero ¿cuáles son los problemas?
F. G.: El conflicto social solo surge cuando hay una necesidad, o una situación de carencia. Y lo cierto es que ante los problemas, el extranjero tiende a protegerse encerrándose en su identidad. Un grave problema al que se enfrentan algunas culturas en Suiza es darse cuenta que el patriarca, que en su tierra era una autoridad, en Suiza pasa a ser lo más bajo de la escala social.
swissinfo.ch: ¿Algún caso concreto?
F. G.: Conozco casos de gente que en Kosovo eran líderes de su comunidad y aquí pasan a ser menos que nada. Es una realidad difícil de asimilar para muchas personas, y fuente segura de conflicto. Esos jóvenes carecen de modelos, de perspectivas y de un lugar en la sociedad. No tienen dinero para obedecer las órdenes de consumo del sistema, lo cual acumula frustración. El problema pasa cuando pierden sus raíces y no encuentran nada con que reemplazarlas.
swissinfo.ch: ¿Y qué hace el Estado?
F. G.: El Estado no analiza jamás el problema en su perspectiva global, sino que se limita a ver los resultados del problema. Pero hay esfuerzos positivos como nuestro Consejo. Pienso que es muy bueno consultarnos, pues ¿quién mejor que los extranjeros para comprender los problemas a los que se enfrenta un extranjero?
swissinfo.ch: ¿Hay mucha inmigración latinoamericana en Zúrich?
F. G.: Hay muchos sudamericanos, llegados con sus madres, que ahora son adolescentes. Su situación suele ser legal, pero en general no están del todo bien integrados.
swissinfo.ch: ¿Y qué hay del caso español?
F. G.: Los españoles hace mucho que han dejado de verse como extranjeros en Suiza.
swissinfo.ch: Las campañas de la UDC reavivan el temor a la invasión extranjera.
F. G.: En efecto. Y es que Suiza tiene miedo pues se siente dependiente de esa mano de obra extranjera. De hecho, es muy interesante notar que cada vez más ‘secondos (hijos de inmigrantes, pero nacidos en Suiza) abrazan las tesis de la Unión Democrática del Centro (derecha conservadora).
swissinfo.ch: ¿Por qué?
F. G.: Porque tienen miedo de perder espacio y privilegios adquiridos. De hecho, el enemigo mayor del extranjero recién llegado es el extranjero integrado y asimilado.
swissinfo.ch: Al mismo tiempo, la derecha nacionalista señala con el dedo la inmigración musulmana. Pero los problemas en nuestro país parecen ser mínimos.
F. G.: Los conflictos en Suiza no son explosivos y evidentes como en Francia u Holanda, pero están latentes. Los hay de dos tipos: entre las propias comunidades extranjeras, y entre nacionales suizos y extranjeros. Un ejemplo flagrante en Zúrich es que los jóvenes “secondos” de origen italiano y español no toleran a los recién llegados kosovares o bosnios.
swissinfo.ch: ¿Y el célebre voto suizo contra los minaretes en este contexto?
F. G.: En mi opinión, el islam de Suiza no genera conflicto en el caso de los ex yugoslavos, pero es más complejo en el caso africano, donde hay familias en las que trabajan todos los miembros menos el padre, lo que en una sociedad capitalista genera incomprensión y roces.
swissinfo.ch: ¿Se habla lo suficiente de la responsabilidad del inmigrante a la hora de adaptarse al país de acogida?
F. G.: Integración no quiere decir asimilación. El extranjero solo puede asumir responsabilidades cuando se siente poseedor de derechos y obligaciones. Solo con los derechos no puede funcionar. Pero si no se conocen y aceptan las responsabilidades, tampoco puede haber derechos.
swissinfo.ch: ¿Es muy difícil instalarse en Zúrich para un extranjero?
F. G.: Hoy en día es una misión casi imposible para alguien que no sea ciudadano de la Unión Europea. A no ser que sea usted un ejecutivo o técnico altamente cualificado de una multinacional, o el cónyuge de un ciudadano suizo.
swissinfo.ch: ¿Es realmente Zúrich la mejor ciudad del mundo para vivir?
F. G.: Creo que sí. Pero siempre se puede mejorar.
El 31 % de los habitantes de la ciudad de Zúrich son extranjeros.
Los alemanes representan el 24%, los italianos el 12% y los ciudadanos de la antigua Yugoslavia el 9%.
El Ausländerbeirat (Consejo de Extranjeros) fue fundado en 2005 para estudiar y hacer propuestas en relación al colectivo inmigrante. Su mandato es extensivo hasta 2014.
Su objetivo es de actuar como ‘intermediario’ entre la comunidad extranjera y las autoridades de la ciudad. Su campo de trabajo afecta las áreas centrales de la vida común
Cuando un miembro del Consejo obtiene la nacionalidad suiza pierde el derecho de participar de sus sesiones.
Uno de sus objetivos centrales es crear plazas de aprendizaje para extranjeros en PYMES de ciudadanos no suizos.
En Zúrich el 70% de las PYMES es de origen extranjero.
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