Más de 30 años en Bolivia trabajando con obreros
"Vine muy joven, en 1969, a través de un intercambio de estudiantes y me enamoré de este país", sostiene Renate Hofmann evocando su llegada y la decisión de quedarse.
La socióloga suiza ha vivido los momentos de auge y debilidad del movimiento obrero boliviano. Hoy es coordinadora de la organización Ayuda Obrera Suiza (AOS) en el país andino.
Aún no se había disipado la brisa del 68 en Europa cuando el deseo de conocer otras realidades hizo que Renate Hofmann viajara a Bolivia en un programa de intercambio de estudiantes.
Lo visto en un país distinto, peculiar en su geografía y en sus movimientos sociales, despertó en la joven de Argovia el espontáneo impulso de incluirse en la búsqueda de mejores días que el pueblo boliviano intentaba.
El paso del tiempo y su relación cada vez más estrecha con obreros e intelectuales ampliaron sus conocimientos y afirmaron sus afectos con la tierra donde además formaría una familia con su actual esposo Carlos Urquizo.
Lazos con Ayuda Obrera Suiza (AOS)
En su afán de contribuir al proceso democrático boliviano, Renate Hofmann entra en contacto, a mediados de los 80, con Ayuda Obrera Suiza, organización creada hace 70 años por los sindicatos suizos y por el Partido Socialista. Se establece entonces un puente de respaldo y solidaridad.
En una primera etapa, de 1985 a 1990, apoyan proyectos tradicionales vinculados con tecnologías alternativas y cooperan en temas productivos. «Pero tras afinar nuestro perfil vimos que tiene más sentido reforzar dos áreas: derechos laborales y el trabajo con organizaciones de base, sobre todo campesinas, en lo que denominamos empoderamiento (político)», señala.
Esa orientación tiene asidero si consideramos que la reestructuración y la «relocalización» de más de 20.000 mineros en 1986 debilitaron al sector más combativo y, por ende, al movimiento sindical del país.
El Decreto Supremo 21060 que restringe los derechos de los trabajadores ha incidido ciertamente en su capacidad de reacción, acción y movilización.
«El movimiento sindical nunca más ha llegado a tener el peso que tuvo», constata Renate Hofmann al tiempo de acotar que «hoy en día hay sólo dos sectores laborales del Estado: los trabajadores en salud y en educación los que todavía conservan peso en el movimiento sindical» porque están protegidos del despido.
En efecto, sobre los otros gremios pende –como la espada de Damocles-, la amenaza de perder el puesto de trabajo si hay actitudes contrarias al empleador.
Áreas de cooperación
Con ese telón de fondo, la oficina de Ayuda Obrera Suiza en Bolivia acompañó todas las discusiones sobre legislación laboral y en la actualidad pone énfasis en el apoyo a los sectores obreros empeñados en obtener un papel socioeconómico más determinante en problemas que atingen al país.
De ahí surgen sus trabajos con asalariados del campo, especialmente con los zafreros de la caña de azúcar y con las trabajadoras del hogar. En ambos casos actúan estrechamente con la ONG LABOR cuya gente es cercana al movimiento sindical que impulsa procesos de discusión sobre el significado de la globalización y de la protección de los derechos humanos.
Dentro del Programa de Apoyo a la Democracia Municipal (PADEM), Ayuda Obrera Suiza asigna especial importancia a la comunicación, de manera que ésta tenga fluidez y credibilidad.
Para ese cometido ha propiciado la creación de dos emisoras populares, en Uyuni y en Tacanas, con la misión de evitar el aislamiento y servir de medio desde las bases. Esta premisa ha ido ampliándose a otros ámbitos de cooperación estrecha con más de 120 emisoras. (Lea en Más sobre el tema: La radio para combatir el aislamiento rural).
Democracia: un proceso en construcción
«Para mí, como persona, ha sido un paso de mucho significado que hoy en día tengamos un presidente indígena y que sectores populares excluidos tengan hoy la mayoría en el poder político. Es una situación fascinante» sostiene Renate Hofmann refiriéndose al gobierno presidido por Evo Morales sin desdeñar los retos y los obstáculos.
Bolivia es un pueblo que nunca ha permitido la conculcación de sus derechos, y con esa historia encara un proceso de construcción democrática que no está exento de tentaciones y tropiezos.
«No hay que echar a la ‘guagua’ (bebé) con el agua», advierte refiriéndose a la necesidad de conservar y consolidar los logros como la descentralización, la municipalización y el empoderamiento creciente de las clases desfavorecidas.
«No estaríamos en el punto que estamos si no hubiéramos tenido un proceso de avances constantes de las representaciones indígenas y vecinales» sostiene al insistir en que para crear una cultura democrática es necesario asentarla en el respeto mutuo y la tolerancia.
«Nosotros, como Ayuda Obrera Suiza, no podemos entrometernos en temas políticos internos. Nuestra labor es contribuir a encontrar espacios de encuentro, de diálogo para hallar soluciones», sentencia.
Financiamiento y control
Ayuda Obrera Suiza dispone por año de más o menos un millón de francos provenientes de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y otra parte de aportes propios de sus miembros y de campañas en Suiza.
El control del manejo de los gastos y el avance de los proyectos se realiza mediante un constante seguimiento y de auditorías externas a cargo de empresas independientes.
COSUDE verifica a su vez el destino dado a los fondos que otorga a la AOS en Bolivia. «Es lógico que el buen manejo de los recursos del Estado o donantes privados suizos hace creíble la labor que se desarrolla, porque lo contrario significaría que todos los esfuerzos caigan en saco roto», sentencia la coordinadota de Ayuda Obrera Suiza en La Paz.
Convencida de su labor en Bolivia, Renata Hofmann se siente identificada con las aspiraciones del país andino y, dado su permanente contacto con Suiza, afirma que es una persona privilegiada por mantener una vida intercultural.
swissinfo, Felix Espinoza R, La Paz.
Ayuda Obrera Suiza (AOS) surgió en 1936 con el fin de contribuir a la creación de una sociedad económica, social y políticamente justa.
Esta organización sostenida por los sindicatos suizos y el Partido Socialista ha cumplido 70 años.
Además de tener programas en Suiza, está presente en 14 países del Sur con proyectos de cooperación al desarrollo, ayuda humanitaria y solidaridad.
Desde 1985 trabaja en Bolivia con organizaciones contraparte, apoyando sobre todo programas de consolidación de la democracia. Entre ellos el empoderamiento de los campesinos y de las clases desfavorecidas.
Por encargo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) colabora en el Programa de Apoyo a la Democracia Municipal (PADEM), orientado a impulsar la participación de los campesinos en las decisiones municipales.
Desde 2006, Bolivia –uno de los países más pobres de América Latina-, es gobernada por el primer presidente indígena: Evo Morales. El país tiene 36 grupos étnicos.
La socióloga suiza de Argovia, Renate Hofmann es coordinadora de Ayuda Obrera Suiza en Bolivia.
Está casada con el boliviano Carlos Urquizo. Tienen una hija y un nieto en Suiza.
Trabaja en Bolivia desde hace más de tres décadas y no piensa volver a Suiza, al menos por ahora.
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