Naturalización facilitada y derecho de suelo
Los suizos dirán el 26 de septiembre si aceptan facilitar, e incluso hacer automática, la naturalización de los extranjeros de segunda y tercera generaciones.
La votación se refiere a dos enmiendas constitucionales, preludio de una serie más amplia de reformas.
El asunto se discute desde hace varias décadas. Dos veces ya, en 1983 y en 1994, Suiza se negó en las urnas a modificar su Constitución para conceder la naturalización facilitada a los jóvenes extranjeros nacidos y criados en el país.
En 1994, el proyecto fue rechazado por poco. No logró la exigida doble mayoría porque fue aceptado por el pueblo, pero se topó con la negativa de la mayoría de los cantones.
Hoy, el Consejo Federal (Gobierno) y el Parlamento, respaldados por los partidos políticos, consideran que ya es tiempo de volver a la carga. Más aún después de la última votación que instó a varios cantones a simplificar los procedimientos de naturalización.
Para comenzar, dos votaciones
Así como lo describe el Consejo Federal, Suiza cuenta hoy con cerca de un millón y medio de extranjeros, y más de la mitad de ellos nació en el país o vive aquí desde hace más de diez años.
Es necesario entonces iniciar la tarea de revisar con amplitud el derecho de la nacionalidad. Y para asegurar sus cimientos hace falta, primeramente, someter a referéndum popular ambas ordenanzas federales que son el tema de la votación del 26 de septiembre.
El primer objetivo pretende facilitar tanto las naturalizaciones ordinarias como las de los extranjeros de la segunda generación.
En cuanto al segundo, prevé que los niños nacidos en Suiza de padres extranjeros que crecieron en el país puedan también recibir el pasaporte con cruz blanca en el momento de nacer.
La UDC no acepta el derecho de suelo
En los hechos, esta disposición a favor de los extranjeros de la tercera generación equivaldría a la introducción de una especie de «derecho de suelo».
Es este el punto que más desagrada a los opositores, reunidos alrededor de la Unión Democrática de Centro (UDC), el partido de la derecha dura.
Para Oskar Freysinger, la nacionalidad no es algo que se otorga a todo el mundo. El diputado de la UDC considera que el pasaporte suizo debe continuar mereciéndose.
Por su parte, Valérie Garbani juzga que incluso con la revisión propuesta, la nacionalidad helvética seguirá siendo algo que uno debe mercerse.
«Los candidatos de la segunda generación deberán responder a criterios de integración. En cuanto al tercero, ¿cómo quiere pedirle a un recién nacido tener conocimientos lingüísticos? Un bebé nacido en Suiza va forzosamente a integrarse», argumenta la diputada socialista.
La naturalización es demasiado onerosa
Como ya se ha dicho, esta revisión del derecho de la nacionalidad es una obra vasta. Si ambas ordenanzas sometidas al voto el 26 de septiembre son aceptadas, habrá luego que adoptar las leyes que emanan de eso.
Éstas ya están listas, pero podrían, teóricamente, toparse con un referéndum facultativo.
La próxima medida sería reducir sensiblemente los gastos de la naturalización. Para ciertos candidatos a la nacionalidad suiza, ésta puede costarles en la actualdad hasta varios meses de salario. No en todas partes, por cierto, ya que en varios cantones se ha hecho un gran esfuerzo para corregir.
Por lo menos en este punto, la UDC está casi de acuerdo: hay que llegar a una armonización de los gastos.
La oposición es dura
En cuanto al resto de este asunto, la derecha dura está muy decidida a combatir el conjunto de las revisiones propuestas.
Según Oskar Freysinger, flexibilizar las reglas para la adquisición de la nacionalidad suiza no es «más que un medio para ocultar el fracaso de la política de inmigración del gobierno».
El diputado de la UDC va incluso más lejos. A su juicio, el último fin es «de ahogarnos en el gran problema que nos rodea».
“Todo el mestizaje de la población contribuye a esto, pero no medimos las consecuencias. Vamos a llegar a una situación de guerra civil latente, y esto me inquieta mucho «, declara Oskar Freysinger.
¿Más naturalizaciones para menos extranjeros? El argumento hace saltar a Valérie Garbani. «Sobre todo no es por esto que defendemos este proyecto», argumenta la diputada socialista.
Para ella, simplemente se trata de reformas necesarias que hay que hacer en «uno de los derechos más arcaicos de la naturalización que aún existen».
swissinfo, Marc-André Miserez
(Traducción: Alberto Dufey)
– El pueblo y los cantones votarán dos modificaciones de la Constitución relacionadas con el derecho de la nacionalidad.
– Se trata de facilitar la obtención de la nacionalidad suiza para los extranjeros de la segunda generación. Para los de tercera generación, la adquisición de la nacionalidad sería automática.
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