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«No creo en el fin de la concordancia»

Los ministros Samuel Schmid (izqda.) y Micheline Calmy-Rey están en el blanco de las críticas de la prensa y de diversos partidos. Keystone

Micheline Calmy-Rey, ministra de Exteriores, tendría que escuchar los consejos de su entorno y Samuel Schmid, titular de la Defensa, es el único que puede decidir si dimite o no, señala Adrian Vatter.

Al analizar el momento político del país, el politólogo critica la propuesta de Calmy-Rey sobre la elección popular del Ejecutivo y estima que la UDC dejará la oposición para reintegrarse al Gobierno y que Suiza volverá a la tradicional política de consenso.

Los responsables de la cartera de Exteriores y de la Defensa han sido blanco de las críticas de la prensa y de diversos medios políticos en las últimas semanas.

La primera, como resultado de medidas y señalamientos inhabituales para la política tradicional helvética, el segundo, merced a un escándalo vinculado con su ahora ex jefe del Ejército.

Adrian Vatter, polítologo y catedrático de la Universidad de Zúrich, analiza para swissinfo esos y otros aspectos que caracterizan el paisaje político actual de la Confederación.

swissinfo: La política de Micheline Calmy-Rey frente a Irán y su discurso en el que aludió a la hipotética posibilidad de sentarse en una mesa con Osama Bin Laden, han dado lugar a muchas críticas. ¿Cómo calificaría usted su política dentro de la tradicional política exterior suiza?

A. V.: Efectivamente, Calmy-Rey ha introducido nuevos elementos. Intenta hacer una política de neutralidad activa. Se ha expresado de una manera poco acorde con la tradicional política.

Creo que intenta asumir el cambio que se ha producido en la política internacional desde el fin de la Guerra Fría y reposicionar a Suiza como pequeño país mediador. Sin embargo, me parece que hubiera sido mejor si hubiera escuchado los consejos que algunos le han querido dar.

swissinfo: En la prensa dominical, Calmy-Rey se ha expresado a favor de la elección popular del Ejecutivo. ¿Se trata de una opción viable?

A. V.: En mi opinión, una elección popular del Consejo Federal [Gobierno] es problemática, por el simple hecho de que una elección por escrutinio mayoritario favorecería a la región dominante del país, en este caso, a la Suiza de expresión alemana.

Sin embargo, Suiza es una sociedad plurilingüe y multiconfesional que tiene que respetar las minorías. Entonces se tendrían que introducir reglas y cuotas especiales para respetar esas minorías. Estas cuotas, sin embargo, restringen la libertad de elección porque reduce el número de opciones.

El escrutinio mayoritario conlleva problemas fundamentales porque favorecería a las mayorías estructurales en detrimento de las minorías. Otra desventaja sería que el Consejo Federal dependería en mayor grado de la agenda política y perdería de vista las grandes líneas de su política, porque estaría más preocupado por obtener los votos de los electores.

swissinfo: Otro ministro en el blanco de las críticas es Samuel Schmid. El 3 de septiembre se supo que el ministro de Defensa ya sabía desde noviembre de 2006 del proceso penal contra el ya dimitido ex jefe del Ejército Roland Nef, a pesar de haber declarado que sólo se le informó del asunto en abril de 2007. ¿Cree que tiene que dimitir de su cargo?

Adrian Vatter: A pesar de las fuertes presiones que se han ido acrecentando en los últimos meses, parece que permanecerá en el cargo durante un período más o menos largo, aunque no creo que más allá de 2011.

Últimamente, sin embargo, ha aumentado mucho la presión. Entre los bastidores parece que ya se está barajando una alternativa.

swissinfo: ¿Quiénes podrían ser sus sucesores?

A. V.: Como alternativa se presenta en primer lugar un representante de la UDC [Unión Democrática del Centro]. En un principio, es un hecho indiscutible que un miembro del partido más votado tenga derecho a una representación adecuada en el Consejo Federal.

Lo que podemos descartar por ahora es una reelección de Christoph Blocher. Prácticamente todos los partidos están de acuerdo en que no es una opción. En cambio sí sería elegible un representante de la línea nacionalista del ala dominante dentro de la UDC, como por ejemplo los diputados Peter Spuhler o Bruno Zuppiger.

swissinfo: ¿Cómo enjuicia usted el caso Nef? ¿Sería imperativo que dimitiera en vista de las circunstancias actuales?

A. V.: En el vigente sistema político suizo, la dimisión no es un hecho ineludible. Samuel Schmid ha sido elegido por el Parlamento para un período de cuatro años. Por tanto, dispone de la legitimación necesaria. La única persona que puede decidir si tiene que dimitir o no, es él mismo.

Si el Parlamento emite un voto de censura contra él, entonces sí se trataría de una indicación muy fuerte, que le obligaría casi a dimitir —aunque por iniciativa propia—. Sin embargo, en el marco constitucional general, la dimisión no es obligatoria, incluso después de un caso tan comprometedor como éste, que en el extranjero implicaría la dimisión inmediata.

swissinfo: Suiza desconoce el procedimiento de destitución y el voto de censura. ¿Qué posibilidades tiene el Parlamento para destituir a un miembro del Gobierno además de la no elección?

A. V.: A partir del momento en que un político es elegido al Consejo Federal, se mantiene en el cargo durante los cuatro años que dura la legislatura. En efecto, una destitución no es posible. Esto es una particularidad de nuestro sistema político.

Históricamente, sólo hubo dimisiones cuando fueron provocadas por una presión política muy apremiante. No existen realmente otras opciones.

swissinfo: Uno de los instrumentos parlamentarios más importantes para obligar a un miembro del gobierno a rendir cuentas son las comisiones. ¿Existen más mecanismos para controlar a los dirigentes?

A. V.: En este contexto, es el instrumento más importante. Mediante las comisiones parlamentarias se pueden investigar y aclarar los casos y, a partir de ahí, sacar las conclusiones y recomendaciones adecuadas, que pueden conllevar una dimisión.

swissinfo: En junio se escindió el ala moderada de la UDC que fundó el Partido Demócrata Burgués (PDB). ¿Estamos presenciando una tendencia hacia el fraccionamiento del paisaje partidista? Y: ¿qué futuro le presagia al nuevo partido?

A. V.: No creo que hay que partir de una tendencia general hacia la fragmentación de los partidos. También ha habido tendencias contrarias: la UDC ha incorporado a varios grupos derechistas. Se trata más bien de una consolidación. Son procesos transitorios.

En cuanto al futuro del PDB, lo veo con bastante escepticismo. No veo un programa con claras líneas; tampoco veo que disponga de representantes que destacan. Por eso pienso que también será cuestión de tiempo hasta que ese partido se quede tan marginalizado que volverá a integrarse en la UDC.

swissinfo: El Consejo Federal es un órgano colegial que tiene que reflejar la pluralidad social. Sin embargo, los intereses partidistas influyen cada vez más en la composición del Gobierno. ¿Estamos presenciando el comienzo del fin de la concordancia?

A. V.: Tarde o temprano volveremos a esa concordancia que hemos tenido hasta ahora. Es sólo cuestión de tiempo hasta que la UDC vuelva a ser representada en el Gobierno.

No creo en el fin de la concordancia. El estado actual es excepcional. Tanto los partidos que están en el Gobierno como los que no lo están —como la UDC— no van a poder sacar partido de esta situación a la larga. En Suiza resulta difícil influir en la agenda política para un partido de la oposición. Es posible intervenir con instrumentos democrático-directos, pero la política activa se lleva a cabo dentro de las Administraciones.

Por otra parte, los demás partidos también tienen interés en que se incluya a la fuerza política más votada para que no bloquee la política con el uso desmesurado de los derechos populares. Por todo esto creo que volveremos a la tradicional concordancia.

swissinfo: Otra tendencia que se está imponiendo cada vez más es la creciente personalización de la política. ¿Prevalecerán las personas sobre los partidos?

A. V.: Esto es cierto. Si vemos cuáles son los determinantes en el comportamiento de los votantes, entonces observamos que las grandes ideologías y los programas de los partidos han perdido importancia en detrimento de temas temporales y personas.

Entrevista swissinfo: Antonio Suárez Varela

Micheline Calmy-Rey, la jefa de la diplomacia helvética, ha sido criticada por asisitir al tratado de energía concluido con Irán, donde se reunió el pasado marzo con Mahmud Ahmadinejad. El pañuelo con el que cubrió la cabeza dio lugar a comentarios maliciosos, tanto en Suiza como en el extranjero.

Luego, en su discurso inaugural en la conferencia anual de los embajadores en Berna, el pasado 25 de agosto, hizo referencia a la hipotética posibilidad de buscar el diálogo incluso con el jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden, una declaración que causó escándalo en todo el mundo.

Desde entonces, varios representantes políticos pidieron que se le quitara la cartera. Otros, como Christophe Darbellay, el jefe del Partido Demócrata Cristiano (PDC), pidieron una discusión en el seno del gobierno sobre la credibilidad de la ministra.

Tras los ataques y las presiones constantes de la UDC y el PDC, la socialista propuso el pasado lunes (08.09.) la elección popular de los miembros del Gobierno para darles mayor legitimidad política.

El caso Nef ha dado un nuevo vuelco después de que saliera a la luz que Samuel Schmid ya tuvo conocimiento en noviembre de 2006 del proceso penal entablado contra el ex jefe del Ejército, Roland Nef, a pesar de que había declarado que se le informó no antes de abril de 2007.

Cronología de los hechos:

8-VI-2007: el Gobierno confirma el nombramiento de Roland Nef como jefe del Ejército a propuesta del ministro de Defensa, Samuel Schmid.

1-I-2008: Nef entra en funciones como comandante jefe.

13-VII-2008: La prensa anuncia que el comandante es objeto de una investigación penal a raíz de una denuncia por acoso interpuesta por su ex compañera. Según informaciones de la ‘SonntagsZeitung’, no superó la separación de su pareja y la acosó con llamadas telefónicas, mensajes al móvil y correos electrónicos.

A pesar de haber sido avisado, Schmid no informó a sus colegas del gabinete sobre la querella pendiente. La investigación se clausuró en otoño de 2007 tras un acuerdo extrajudicial con la interpelante.

14-VII-2008: El Ministerio de Defensa admite que Schmid no había transmitido esta información a sus colegas en el Gobierno.

17-VII-2008: Nef confirma haber entregado dinero a su ex pareja en recompensa de los daños recibidos.

18-VII-2008: Schmid declara públicamente su apoyo al comandante y afirma no haber sabido nada del contenido de la causa penal.

20-VII-2008: La prensa publica extractos del expediente verbal de la policía zuriquense con pruebas sobre el acoso sexual.

21-VII-2008: Samuel Schmid suspende de sus cargos a Nef hasta el 20 de agosto.

25-VII-2008: Nef tira la toalla. Propone a Schmid de poner fin a su relación laboral.

8-VIII-2008: La UDC presiona sobre Schmid y amenaza con retirar su apoyo al presupuesto militar. El Partido Socialista se opone a la compra de nuevos aviones de combate.

20-VIII-2008: El Consejo Federal toma nota de la dimisión de Nef, que recibe una indemnización de 275.000 francos.

2-IX-2008: Un informe demuestra que la investigación contra Nef se ha procesado correctamente.

3-IX-2008: La prensa revela que Schmid supo del proceso penal contra Nef ya el 14 de noviembre de 2006. El ministro siempre había declarado no haber sido informado antes de abril de 2007.

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