“En Suiza, la política familiar es el pariente pobre de la política social”

Casi cuatro de cada diez familias suizas renunciarían a tener más hijos por cuestiones económicas. KEYSTONE/© KEYSTONE / LAURENT GILLIERON

Constatación de Philippe Gnaegi, director de la asociación Pro Familia, que reclama actuaciones políticas rápidas ante el aumento del coste de la vida en Suiza.

El segundo barómetro de las familias, que han publicado recientemente (el 14 de marzo) la asociación Pro Familia y la compañía de seguros Pax, desvela la cada vez más precaria situación de las familias, en un momento en que los precios suben de forma generalizada.

Philippe Gnaegi, antiguo político de Neuchâtel, en la actualidad dirige Pro Familia. KEYSTONE/© KEYSTONE / JEAN-CHRISTOPHE BOTT

En esta entrevista, Philippe Gnaegi, director de Pro Familia y antiguo consejero de Estado (ministro) liberal-radical del cantón de Neuchâtel, comenta los resultados de la encuesta realizada entre 2.123 familias de todas las regiones de Suiza.

swissinfo.ch: El estudio que ustedes han realizado pone de relieve la creciente presión financiera que sufren las familias. El 52 % —frente al 47 % del año pasado— considera que sus ingresos son insuficientes o apenas suficientes. ¿Le sorprenden estos resultados?

Philippe Gnaegi: Así es, me sorprende la amplitud del fenómeno. Nuestro barómetro muestra, en concreto, que casi la mitad de las familias suizas, a final de mes, no son capaces de ahorrar el dinero suficiente para cubrir un gasto inesperado, como una visita urgente al dentista. Es una estadística alarmante.

¿Cómo explica este deterioro de la situación económica de las familias respecto al primer barómetro que realizaron el año pasado?

La subida generalizada de los precios tras la recuperación pos-COVID está afectando especialmente a las familias. Básicamente, en el caso de la energía, la vivienda y los alimentos. Además, para las familias de clase media, las primas del seguro de enfermedad, que no se incluyen en el índice de precios al consumo, se están convirtiendo en una carga cada vez más insoportable.

Las familias de la Suiza francesa y del Tesino dicen sufrir más el aumento del coste de la vida que las de la Suiza alemana. ¿Estas poblaciones son más críticas con su situación económica o entre las regiones lingüísticas hay diferencias objetivamente significativas?

Fundamentalmente se ven afectadas las familias del Tesino. Esto se debe a una estructura salarial más baja que en el resto del país, mientras que los costes fijos, como la vivienda y el seguro de enfermedad, son tan altos o más que en el resto de Suiza. En la Suiza francófona, las primas del seguro de enfermedad, que suponen el mayor gasto para las familias, también suelen ser más elevadas que en la Suiza alemana.

¿Cómo valora la situación actual de las familias en Suiza si se compara con la situación internacional?

La inflación afecta a todo el mundo, no solo a Suiza. Pero aquí —a diferencia de muchos otros países europeos— el Estado no interviene para apoyar a las familias. La política familiar es el pariente pobre de la política social en Suiza. Esto es especialmente cierto en un momento en el que el poder adquisitivo está en un declive generalizado.

Cuatro de cada diez familias dicen que el coste de la vida es motivo para no ampliar la familia. ¿No es esto preocupante en un momento en que en Suiza —igual que en otros países— la tasa de natalidad desciende?

Es muy preocupante. Y, en este caso, también me sorprende la magnitud del fenómeno. De ello se puede deducir que las dificultades económicas a las que se enfrentan las familias influyen mucho en su comportamiento y en su deseo de tener descendencia. Cuando tenemos menos recursos, nos vemos en la obligación de recortar gastos. Y como en Suiza los niños son muy caros, desgraciadamente es una partida de gastos que hoy, como prioridad, se sacrifica.  

¿Qué espera de las autoridades?

La pregunta que les planteo es sencilla: ¿Vamos, por fin, a apoyar a las familias, que son la base de nuestra sociedad, o vamos a seguir lamentándonos del envejecimiento de la población y de la escasez de mano de obra, mientras permitimos que las familias se empobrezcan y que la natalidad se desplome?

¿Y qué medidas hay que poner en marcha rápidamente para aliviar la carga de las familias?

Se debe dar prioridad a limitar las primas del seguro de enfermedad y el coste del cuidado de menores fuera del hogar. Pero más allá de estas consideraciones prácticas, esperamos que la esfera política tome verdadera conciencia de las dificultades a las que las familias se enfrentan a diario.

Como algunas figuras políticas de izquierda dicen, ¿usted cree que las autoridades desprecian la cuestión del poder adquisitivo?

Yo no diría desprecio, sino que [tienen] cierta desconexión. Quienes se dedican a la política no siempre son conscientes de que mucha gente está con la soga al cuello y apenas llega a fin de mes. Es una parte importante de la población que en las estadísticas oficiales de pobreza pasa desapercibida.  

Como muestra su barómetro, una de las principales preocupaciones de las familias es el coste del seguro médico. ¿Va a pedir Pro Familia el voto a favor de las dos iniciativas destinadas a limitar las primas que se someterán a votación el 9 de junio?

Puedo decirle que vamos a apoyar estas dos iniciativas de manera activa, aunque nuestra comisión, de entrada, es apolítica. Es urgente legislar para limitar el aumento de las primas del seguro de enfermedad.

Con la paga extra de la pensión AVS, las personas jubiladas han tenido su parte del pastel; ahora es el turno de las familias. ¿Podría resumirse así su posición?

Acabamos de celebrar una importante votación sobre el AVS. Esta 13.ª pensión es una buena noticia para nuestra gente mayor, pero, en el futuro de la sociedad, la familia desempeña un papel todavía más crucial. Tenemos que centrarnos en ello, y tenemos que hacerlo ahora, porque pasarán varios años antes de que podamos ver los efectos de las medidas adoptadas.

Usted es un político liberal. ¿Este creciente deseo de confiar en el Estado para resolver todos los problemas de nuestra sociedad no contradice sus valores?

Cada vez se espera más del Estado, efectivamente. Y a veces la gente tiene la impresión de que las soluciones son sencillas. Pero cuando se trata de política familiar, tengo un mensaje muy claro para mi familia política: “¿Queréis que las empresas trabajen, que las mujeres trabajen más y que nuestros sistemas de seguridad social sean sostenibles? Entonces hay que establecer las condiciones marco necesarias y actuar con rapidez, invirtiendo en política familiar. No podemos tenerlo todo”.

La Confederación debe recuperar el control de esta cuestión. No podemos permitirnos diferencias tan importantes de un cantón a otro en la aplicación de las medidas de apoyo a la familia.

A pesar de todas las dificultades, cuatro de cada cinco familias suizas dicen estar satisfechas con su actual vida familiar. Y, según su barómetro, casi dos tercios dicen tener un buen equilibrio entre trabajo y vida privada. Así que en Suiza las cosas no van tan mal para las familias…

No soy tan optimista como usted. En nuestra sociedad, cada vez más, la familia se considera un refugio seguro frente al mundo exterior. Permite aferrarse a raíces y valores que en otros lugares no pueden encontrarse. Cuando el mundo exterior es angustioso —como en este momento— se tiende a resguardarse en el refugio familiar y a darle un valor excesivo. Así es como yo interpreto los resultados de nuestra encuesta, aunque hay que alegrarse de que la población suiza encuentre gran satisfacción en sus familias.

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Texto adaptado del francés por Lupe Calvo / Carla Wolff

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