¿Y si un cantón decidiera irse de Suiza?
Es la pregunta que formula David Hess en un artículo que publica este lunes en el diario ‘Tages-Anzeiger’ de Zúrich. La respuesta: No podría proceder cómo lo ha hecho Catalunya.
Si Suiza no dudó en reconocer la independencia de Kosovo es porque en la Confederación no hay regiones que aspiran a separarse de ella, afirma el ‘Tages-Anzeiger’. “La estructura federalista del país (con competencias y autonomía fiscal a nivel municipal) parece generar satisfacción, la gran prosperidad obviamente, también.”
La Generalitat de Catalunya convocó un referéndum de independencia para el 1º de octubre que el Tribunal Constitucional había suspendido de forma cautelar, en virtud de que una consulta semejante contravenía los principios establecidos por la Constitución de España.
Para tratar de impedirla, Madrid envió a Cataluña a elementos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que confiscaron urnas, cerraron locales de voto y se enfrentaron a los votantes. Las refriegas arrojaron un saldo de centenares de heridos, incluidos elementos de seguridad.
La votación se llevó a cabo en condiciones que incumplen las exigencias de una consulta ciudadana de esa naturaleza.
El Gobierno de España declaró que este domingo “no hubo referéndum” y que la votación había sido solamente una “farsa”. Las autoridades catalanas aseguraron, por su parte, que alrededor de 2,26 millones de personas votaron, de las cuales un 90% a favor de la secesión.
¿Qué ocurriría si en algún momento un cantón pretendiera separarse de la Confederación o adherirse a un país vecino? No podría proceder como lo ha hecho Cataluña, sostiene David Hesse, el autor del artículoEnlace externo. “La Constitución Federal enumera explícitamente los 26 cantones que conforman el Estado. Eliminar uno de ellos requeriría una enmienda constitucional y esta tendría que ser sometida a votación nacional”, o sea, a todos los ciudadanos suizos.
Y prosigue: “No basta con el sí de los ciudadanos del cantón Tesino o de Appenzell Rodas Exteriores; se necesitaría no solo una mayoría de votos populares a favor, sino también la de una mayoría de cantones”.
De hecho, en 1978, cuando el cantón del Jura decidió separarse del cantón de Berna, todos los ciudadanos suizos fueron llamados a pronunciarse en las urnas. Y lo hicieron a favor de la creación de un nuevo cantón, el número 26 de la Confederación.
Pero como destaca David Hesse, “Suiza está en la situación envidiable de que uno prefiere adherirse a ella que separarse de ella”. Y cita los ejemplos de la Saboya francesa o del Vorarlberg austriaco.
Las imágenes de la policía requisando las urnas en Barcelona y otras localidades catalanas, utilizando porras, gases lacrimógenos y disparando pelotas de goma –que, dicho sea, están prohibidas en Catalunya – han dado la vuelta al mundo.
“Son las imágenes que el presidente catalán Carles Puigdemont quería”, sostiene Ralph Schulze en un editorial del ‘Luzerner Zeitung’Enlace externo. “Imágenes con las que el gobierno secesionista catalán pretende demostrar al mundo que en Catalunya hay represión de la democracia y la libertad. Pero el líder de los separatistas corre un tupido velo sobre el hecho de que este ha sido un referéndum unilateral e ilegal”, porque el Tribunal Constitucional así lo declaró.
Sin embargo, el editorialista también cuestiona si la estrategia de Mariano Rajoy de parapetarse detrás de resoluciones judiciales y operaciones policiales ha sido inteligente.
“Desafortunadamente, por el momento no hay señales ni por parte de Madrid ni por parte de Barcelona que permitan confiar en el fin de la escalada. No son buenas perspectivas para Catalunya. Ni tampoco para España”.
Y la Unión Europea(UE) hasta ahora se ha limitado a observar sin mover ficha, cuando “el conflicto catalán podría dar alas a otros movimientos independentistas en Europa”, subraya Ralph Schulze.“Y no solo por este motivo, la UE haría bien en ayudar cuanto antes a apagar el fuego”.
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Berna no mediará entre Madrid y Barcelona
“Madrid-Barcelona: ¿dónde está el árbitroEnlace externo?”, como titulaba el diario ginebrino ‘Le Temps’ un editorial publicado hace unos días. En él Luis Lema recuerda que, si las autoridades españolas y catalanas no han estado a la altura de las circunstancias, tampoco lo ha estado la Unión Europea. “La UE no puede pretender que no comprende lo que está en juego”, porque lo que está en juego –que otras regiones sigan el ejemplo de Catalunya– “es central para ella”.
¿Suiza podría mediar?
En 2015, en el contexto de las elecciones autonómicas de carácter plebiscitario convocadas en Catalunya, el diputado socialista Mathias Reynard presentó una interpelación parlamentaria en la que preguntaba si el Gobierno de Suiza estaría dispuesto a ofrecer sus ‘buenos oficios‘ para garantizar una mediación entre Madrid y Barcelona.
La respuesta del Ejecutivo helvético fue clara y concisa: “Suiza ofrece sus ‘buenos oficios’ solamente si todas las partes lo solicitan expresamente”. Aun así, no cerró del todo la puerta: “Suiza siempre está dispuesta a compartir su experiencia en la estructura del Estado federal, la perecuación fiscal o democracia directa con todos los Estados que lo deseen”.
Referéndum en España
La Constitución españolaEnlace externo (1978) contempla tres grandes modalidades de referéndum (reforma constitucional, consultivo y autonómico). Es obligatorio y vinculante en el caso de una nueva Carta Magna (como la de 1978) o de ciertas reformas constitucionales (por ejemplo, todo lo que atañe a la monarquía). Además, una reforma constitucional puede ser sometida a referéndum si así lo solicita una décima parte de los diputados o senadores.
Los referéndums consultivos no son vinculantes y solo los puede convocar el Gobierno: por ejemplo, sobre la permanencia de España en la OTAN (1986) y la Constitución Europea (2005). No ha habido referéndums consultivos en ninguna comunidad autónoma. Los dos intentos –País Vasco (2005) y Cataluña (2014)– que reivindicaban el derecho de los vascos y catalanes a decidir su futuro fracasaron o fueron anulados por el Tribunal Constitucional. Los que contemplan algunos Estatutos de Autonomía (no todos) están previstos en la Constitución y son vinculantes.
En 2006, los catalanes avalaron en referéndum el nuevo Estatuto de Catalunya aprobado previamente por el Parlamento español. El Partido Popular presentó ante el Tribunal Constitucional (TC) un recurso de inconstitucionalidad. El TC declaró 14 artículos inconstitucionales.
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