Relaciones con la UE: Suiza sigue profundamente dividida
La población suiza siente poco entusiasmo por la UE. Pero considera importantes los acuerdos bilaterales con Bruselas.
Así lo demuestra el resultado de una encuesta de la Sociedad Suiza de Radio y Televisión (SSR) sobre el tema: en Suiza, la cuestión europea sigue en el filo de la navaja. Además, continúa siendo una cuestión muy controvertida.
Las respuestas de casi 20.000 suizos y suizas sobre la UE y los acuerdos bilaterales con Suiza revelan una opinión extremadamente dividida. La mayoría de las personas encuestadas reconoce la importancia de la UE para la economía suiza. Se trata de una opinión racional y económica que se extiende a lo largo y ancho de todo el espectro político.
El gran «pero» es que, desde un punto de vista emocional y personal, en el corazón de la población suiza predomina un sentimiento de distancia e indiferencia.
¿Se trata de mí o de la economía suiza en su conjunto? Esta es, por tanto, la zona de tensión en la que se desarrollará el incipiente debate, señalan quienes han realizado la encuesta.
Es más: «La cuestión de la UE está muy polarizada», afirma Martina Mousson, autora de la encuesta -entre otros- del instituto de investigación gfs.bern. «El núcleo -muy cargado emocionalmente- de las críticas es la preocupación por la soberanía de Suiza», afirma Mousson. Esto apunta a la profunda división que existe sobre este tema.
Así lo muestra este gráfico:
El objetivo de la encuesta encargada por SRG era calibrar las opiniones de las y los votantes. Las negociaciones entre Berna y Bruselas sobre la actualización del Tratado Bilateral están próximas a su conclusión. Por eso, se pretendía tener una idea del estado de ánimo de la población, ya que parece inevitable un nuevo debate sobre la UE.
El tema ha sido poco discutido últimamente por la opinión pública suiza, a pesar del gran interés que suscita, como lo demostró también la encuesta, en la que participaron casi 20.000 personas encuestadas.
La falta de presencia del tema en la actualidad reciente podría ser la calma que precede a la tormenta. El debate se reavivará a más tardar cuando haya que evaluar el resultado de las negociaciones.
Una mirada crítica a la UE
¿Cómo se percibe la UE en Suiza? Ciertamente, desencadena sentimientos encontrados y hay un ligero exceso de percepciones negativas, señala Mousson. La Suiza italiana es la que tiene una opinión más crítica de la UE. En el Tesino, los precios y los salarios han sufrido una fuerte presión como consecuencia de la libre circulación de personas.
A pesar de las profundas críticas a la UE como institución, su importancia para la economía suiza es amplia y claramente reconocida. «Esta es la ambivalencia en la que se forman las opiniones», resume Mousson.
Los que tienen una opinión favorable de la UE la ven como un proyecto de paz y prosperidad. La visión positiva se caracteriza también por la idea de una idea europea, una comunidad de valores con objetivos e intereses comunes.
La mayoría ve un monstruo burocrático
Esta visión positiva cuenta con el apoyo de las personas que se sienten europeas y valoran las relaciones con los países vecinos. Pero: «Las personas con una imagen positiva de la UE son minoría», afirma Martina Mousson.
La mayoría ve la UE como un monstruo burocrático que está haciendo que Suiza pierda su derecho a opinar. Abundan afirmaciones como: «La UE es un monstruo burocrático. No está en condiciones de responder adecuadamente a los grandes retos del mundo. Es antidemocrática».
«El sentimiento negativo es complejo y polifacético», dice Mousson, “está dominado por un fuerte deseo de autodeterminación y libertad”.
Los acuerdos bilaterales siguen convenciendo
La opinión del electorado suizo sobre los acuerdos bilaterales, con los que Suiza regula su relación con la UE, es igual de ambivalente. La mayoría opina que el país estaría peor sin ellos y que benefician a la economía suiza.
Sin embargo, una mayoría también comparte la impresión de que la libre circulación de personas ha provocado un alto nivel de inmigración y que esto supone una carga adicional para el sistema de bienestar social de Suiza. Las siguientes afirmaciones también obtuvieron una aprobación mayoritaria: «Los salarios nacionales se han visto sometidos a presión». Y: «Los acuerdos bilaterales están haciendo subir los alquileres y los precios inmobiliarios».
En general, sin embargo, prevalece una valoración positiva de los acuerdos bilaterales.
Así lo demuestra este gráfico:
Cuando se les pregunta por las negociaciones en curso, casi tres cuartas partes las consideran importantes y más de la mitad también las consideran urgentes. Sin embargo, las personas que votan al partido conservador suizo (UDC, Unión Democrática de Centro) creen que son poco importantes.
Lukas Golder, de gfs.bern, ve un futuro debate en torno a dos polos: por un lado, existe la opinión de que los nuevos acuerdos bilaterales son buenos para el país y ayudan a la economía. Por otro lado, están las emociones de rechazo y distancia. «Las emociones son más relevantes hoy en día. Y estas emociones no son necesariamente favorables a un mayor desarrollo de la relación bilateral», afirma Golder.
«No hay una visión convincente»
Según Martina Mousson, si algún día se plantea la cuestión a la ciudadanía, lo más probable es que se llegue a un pensamiento de campo, lo que significa que «mucha gente no está abierta a los argumentos». Para superar estos bandos, sería necesaria una visión común del futuro de Suiza. Pero no la hay. «No existe una visión muy convincente sobre esta cuestión», afirma Mousson.
Editado por Giannis Mavris. Texto adaptado del alemán por J. Wolff / Carla Wolff
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Suiza se juega mucho en las relaciones con la UE
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