«Seguros contra todo en Suiza, menos contra terremotos»
La previsión de terremotos, como el que ha ocurrido en la regíón italiana de Los Abruzos, es una ciencia compleja. El único modo de protegerse de los desastres es construir edificios adecuados, reitera Domenico Giardini, director del Servicio Sismológico Suizo.
La Cruz Roja Suiza envió 200 tiendas de campaña equipadas con camas, cobijas y calefacción para 1000 desplazados.
«Considerando el hecho de que el sismo tuvo una magnitud cercana a los 6 grados en la escala de Rcihter, los daños son ingentes. Aquella zona es notoria por su actividad sísmica y desde hace tiempo se espera un terremoto de grandes dimensiones. Afortunadamente, no fue el caso este lunes. Si el temblor hubiera sido de magnitud 7, los muertos se habrían contado por miles», indica Domenico Giardini, director del Servicio Sismológico Suizo.
El sismólogo de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ) en entrevista con swissinfo sobre la situación sísmica en Italia y Suiza y las medidas ante estos eventos:
swissinfo: Las imágenes en la zona afectada por el temblor en Italia son impresionantes. Pese al resabido riesgo sísmico se dice que la región de Los Abruzos no estaba preparada para responder a un evento tal…
Domenico Giardini: Toda la región se encuentra en la clase 1 y 2 de la formativa sísmica italiana. El problema es que la mayor parte de las construcciones fue edificada antes de que entraran en vigor las normas obligatorias en caso de seísmos.
Se observa, sobre todo, que los edificios públicos, hospitales y escuelas, resultaron muy afectados. Un tercio de las cerca de 60.000 escuelas inspeccionadas en Italia necesitan urgentemente una revisión.
swissinfo: La polémica sobre la posibilidad de predecir tales eventos de nuevo se ha atizado en Italia tras el temblor. Un experto lanzó la voz de alarma anteriormente, pero la protección civil reaccionó afirmando que los terremotos no son previsibles. ¿Es así?
D.G:: Hay varios tipos de previsiones. La más importante es aquella a largo plazo: no cuenta el hecho de que el terremoto llegue diez o veinte años después. Lo importante es ser conciente de la posibilidad de un terremoto en una región dada por la importancia de construir edificaciones bajo ciertas reglas.
Si en L’Aquila se hubiese construido según las normas actuales no habría habido estos daños. Ni hoy, ni en 20 años.
El problema no radica en advertir a la población por anticipado, sino en los decretos para edificar edificios seguros. Todos vamos al médico una vez al año para un control. ¿Por qué en las zonas con un elevado potencial sísmico no se recurre a un ingeniero para verificar si la propia casa es segura?
Sobre las previsiones a corto plazo hay diversos modelos y teorías; falta, no obstante, un precursor preciso y confiable que pueda indicar cuándo y dónde ocurriría un temblor. Las mediciones con radón para detectar la inminencia de actividades sísmicas o las observaciones del comportamiento animal no siempre han sido atinadas.
Cuando un volcán inicia erupciones, la gente está dispuesta a abandonar su casa. En el caso del terremoto de L’Alquila, donde no se dispuso de informaciones sólidas y certeras, era muy difícil evacuar a cientos de miles de personas.
Desde hace algunos meses se han registrado temblores de pequeña y mediana intensidad allí. La semana pasada hubo uno de 4 grados de magnitud. La comisión italiana de riesgos no pudo establecer si se trataba del movimiento más grande de una serie o si se trataba de un precursor. Por lo tanto, no pudo tomar decisión alguna para alertar a la región.
swissinfo: ¿Y Suiza está preparada para reaccionar ante un terremoto similar al recién ocurrido en Italia?
D.G.: En Suiza existen normas de construcción antisísmicas, pero son obligatorias sólo para los edificios federales. Únicamente los cantones de Basilea-Ciudad y el Valais han adoptado normas obligatorias para los edificios no federales.
En muchas zonas urbanas del país se han construidos edificios «con el primer piso débil», es decir, con una planta baja hecha con columnas y prevista para negocios o garages. Este tipo de construcciones es extremadamente vulnerable. Hay mucho más edificios con base rectangular, mucho menos resistentes con respecto a aquellos con base cuadrada.
De acuerdo a las estimaciones, el 90% de los edificios ha sido construido sin respetar las normas antisísmicas.
swissinfo: Entonces, aún hay mucho por hacer…
D.G. Seguramente. En Suiza se tiende a pensar que los terremotos no ocurrirán. Pero si ocurre un sismo como el de Abruzzes, lo que no se excluye, los edificios se derrumbarían aquí. Me sorprende ver que un país como Suiza, en donde se asegura todo, no prevé un seguro y un código de construcción obligatorio contra los temblores.
No sólo hay que hablar de niveles de protección al confrontarse a las catástrofes. Esto vale, sobre todo, para un país como el nuestro, cuyos grados de exposición y el valor de las infraestructuras y de la industria es muy elevado.
swissinfo, Luigi Jorio
(Traducido por Patricia Islas Züttel)
Los equipos de rescate usaban el martes palas mecánicas y sus propias manos para buscar a supervivientes del peor seísmo en Italia en tres décadas, que ha dejado hasta el momento un balance de 207 muertos y unos 1.500 heridos.
Según los datos de Protección Civil, hay además 34 desaparecidos, un día después del temblor de 5,8 grados de intensidad en la escala de Richter. cuyo epicentro se registro a las 3:32 horas de la madrugada del lunes en la ciudad medieval de L’Aquila, a cien kilómetros al noreste de Roma.
Se han producido múltiples réplicas del seísmo, la más fuerte de 4,8 grados en la escala de Richter.
Ante la gravedad del siniestro, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi decretó urgencia nacional, aunque consideró innecesario aceptar ayuda del exterior, ofrecida por al menos 35 países, entre ellos Suiza.
Tras el anuncio de la amplitud de la catástrofe, el cuerpo Suizo de Ayuda Humanitaria (CSH) reunió una célula de crisis en Berna que mantiene contactos regulares con el gobierno de la vecina Italia.
El riesgo de terremotos es considerado de moderado a medio. Las zonas más expuestas están en los cantones del Valais, Basilea, los Grisones y en la zona del valle del Rin, en el cantón de San Gall.
En el centro de Europa, Suiza está situada en los límites de la placa teutónica eurasiática. El borde de ella, la zona de fricción con la placa africana, sigue la línea de los Alpes.
Al año se registran en Suiza entre 300 y 400 movimientos telúricos. El temblor más grave que se recuerde ocurrió en 1356, cuando un seísmo arrasó con la ciudad de Basilea.
Se estima que hoy un terremoto de potencia similar en esa región provocaría entre 1.000 y 1.500 personas y daños materiales por 50.000 millones de francos.
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