Siria: lo esencial se juega al interior
No bastarán las condenas del Consejo de Derechos Humanos para que termine el régimen de Bashar el Asad en Siria, indica el politólogo ginebrino Mohammed Reza-Djalili.
En la apertura de la segunda sesión especial consagrada a Siria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la alta comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, advirtió ya el lunes pasado que más de 2.200 personas han sido asesinadas en cinco meses de represión; 350 de las cuales perdieron la vida tras el inicio del ramadán.
El martes, este órgano de la ONU adoptó una resolución, propuesta por los Estados Unidos, la Unión Europea y cuatro países árabes: Arabia Saudita, Jordania, Qatar y Kuwait.
El texto solicita al envío urgente de una comisión para investigar en torno a las violaciones a los derechos humanos en Siria desde marzo de 2011, para establecer hechos y circunstancias que hayan conducido a esos perjuicios e identificar a sus autores para que respondan sobre su proceder ante la justicia.
Además, Reino Unido, Francia, Alemania, Portugal y Estados Unidos buscan someter ante el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución para imponer sanciones a Bashar el Asad y a su séquito, e instar al máximo órgano de la ONU a que refiera el caso sirio a la Corte Penal Internacional.
Una movilización que relativiza Mohammad Reza-Djalili, experto en la región y profesor del Instituto de Estudios Internacionales y de Desarrollo de Ginebra.
swissinfo.ch: Las condenas crecientes de la comunidad internacional representan un cambio, tras cinco meses de manifestaciones en Siria.
Mohammed Reza-Djalili: Durante los primeros meses de la sublevación, la comunidad internacional -incluidos los países occidentales-, nos quisieron hacer creer que el presidente Bashar el Asad era capaz de establecer las reformas necesarias para colocar a Siria progresivamente en la vía democrática.
Actualmente, la comunidad internacional ha abandonado al presidente Asad. Para llegar a este punto, el régimen Asad primero tuvo que quedar aislado a nivel regional, lo que ha ocurrido recientemente con Arabia Saudí, Bahréin, Kuwait, Qatar, la Liga Árabe y Turquía.
Los países occidentales pudieron entonces reclamar la partida de Asad. Desde el punto de vista internacional, entramos en una nueva fase de la crisis siria. Un giro reforzado por la caída del coronel Gaddafi en Libia.
swissinfo.ch: ¿Espera un fin rápido del régimen sirio?
M. R-D.: Es muy difícil decirlo. Por el momento, lo que permite al régimen seguir en el poder es la confianza que le han mostrado la gran mayoría de las fuerzas armadas y la policía.
Podría haber un cambio rápido si el régimen pierde ese apoyo, si el ejército se rehusara a disparar a la población, como ocurrió en Túnez y en Egipto. Pero no estamos en ese punto. El gobierno sirio es consciente de lo ocurrido en esos dos países y hace todo lo posible para evitar que se establezca un sitio permanente de protesta, como la plaza Tahrir en El Cairo.
swissinfo.ch: ¿Observa líneas de división o de disidencia entre las fuerzas de seguridad sirias?
M. R-D.: Ciertas informaciones así lo sugieren. Pero incluso si existieran escisiones, no ponen en causa al aparato de seguridad represivo que permanece globalmente fiel a un régimen extremadamente autoritario y centralista. Una situación que no puede ser eterna.
swissinfo.ch: ¿Cuál es el papel de Irán en el caso sirio?
M. R-D.: Actualmente es el único aliado de Siria en la región, una vieja alianza que data de 30 años.
Al principio, Teherán minimizó la importancia de la crisis. Después, Irán retomó la tesis siria de un levantamiento manipulado por los Estados Unidos e Israel. Actualmente, los iraníes parecen estar muy inquietos: si el régimen de Asad cae, Irán perderá 30 años de esfuerzos para crear una estrategia de política exterior que ha utilizado la ayuda de Siria a Líbano y en sus relaciones con Hamás y los grupos palestinos.
Si Bashar el Asad cae, esto significará un cambio considerable para la política iraní en la región, una estrategia que deberá ser revisada integralmente.
Los iraníes comienzan a pagar un precio alto por su apoyo moral y político a Siria, como lo demuestran varios sondeos de opinión en el mundo árabe. En términos de influencia, Irán está a punto de perder terreno, en beneficio de Turquía.
Suiza condena con firmeza las violaciones a los derechos humanos que se han producido en Siria desde el mes de marzo pasado”.
Suiza solicita a las autoridades sirias a poner fin a la violencia de inmediato y acabar con la represión contra la población civil, así como la liberación de los manifestantes no violentos.
El país alpino también solicita el acceso libre al territorio sirio de los organismos humanitarios y que se haga justicia ante los homicidios, actos de tortura y violaciones a los derechos humanos.
Por ello considera esencial que se realicen investigaciones independientes sobre los hechos ocurridos en ese país.
(Traducción: Patricia Islas)
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