El proceso autonómico avanza en Bolivia
Si desconozco para qué me sirve, no lo tomo. Esta frase podría explicar en gran medida el desapego notable a las figuras autonómicas puestas a consideración del electorado en los referendos autonómicos de 2015, 2016 y 2017, en el marco de la democracia directa.
“Si uno compara con otros países donde las autonomías han sido el germen de los Estados -con más de 200 o 300 años- se puede concluir que estamos empezando a caminar”, argumenta el coordinador de Solidar Suiza Martín Pérez, refiriéndose al proceso iniciado hace 22 años con la descentralización municipal y ampliada a otros ámbitos en la Constitución Política vigente desde el 2009.
Si bien grupos regionales y de poder reclamaron autonomía en algún momento de la agitada historia boliviana posterior a su independencia de la corona española (1825) que nació bajo una lógica de Estado único central, impuesto en un extenso territorio (1 098 581 km2) habitado por culturas aimara, quichua, y guaraní, con un idioma oficial ajeno.
Hoy es un Estado plurinacional de 36 etnias políticas, culturales y lingüísticas reconocidas, pero aún persiste en la dirigencia y en la sociedad civil esa visión de que un Estado fuerte y central, que es necesario, debe ser acompañado con un Estado presente en los territorios. A juicio de Martin Pérez, este es un equilibrio que se debe construir para avanzar en el proceso autonómico.
Información y legitimidad
“Mucha gente no conoce cuáles son los roles y las competencias en los distintos niveles de gobierno, y eso ha sido un factor crítico a la hora de votar en los referendos”, puntualiza el coordinador de Solidar Suiza. La Corte Nacional Electoral se ha esforzado, con poco éxito, en al acceso a la información a la ciudadanía de habla castellana, quichua, aimara y guaraní. El elector no parece haber comprendido para qué servirán las autonomías departamental, municipal, originario indígenas y regionales.
En ese contexto se añade, dice Pérez, la legitimidad que deben ganarse las poquísimas autonomías existentes, porque si el ciudadano percibe que su autonomía municipal o departamental no le resuelve sus problemas en educación, salud, seguridad y otros servicios dirige la mirada a otras instancias.
La municipal tiene más recorrido
La que más avances tiene es la municipal porque existe desde antes de la nueva Constitución. “Es muy cercana a la sociedad civil; tiene competencias claras, recursos por transferencias tributarias de hidrocarburos y medios propios que le permiten avanzar con mecanismos de control y participación”, precisa el coordinador de Solidar Suiza al tiempo de recordar que un informe sobre el índice de desarrollo humano en el 2000 atribuyó un papel clave a las autonomías municipales en la mejora de los servicios de salud y la disminución de la mortalidad infantil.
Solidar Suiza y el PADEM, base municipal
“El municipio es para nosotros como el hogar de la democracia, es el espacio donde acudimos a la participación de la sociedad civil para contribuir a la mejora de tres servicios: salud, educación y protección a la mujer en situación de violencia y un programa que tiene que ver con el empleo digno para los jóvenes. Solidar Suiza cuenta con el enorme apoyo de la cooperación suiza que nos ha acompañado y apoyado financieramente en la realización de nuestro programa de PADEM (Programa de Apoyo a la Democracia Municipal) y en la actualidad lo hace con el programa Vida sin violencia, enfocado para mejorar los servicios de protección, atención y restitución de los derechos de la mujer en situación de violencia, sostiene Pérez.
¿Qué puedo hacer por mi comunidad?
“No se puede ni debe reclamar todo al Estado sino ser conscientes de que cada ciudadano puede y deber contribuir al desarrollo de la sociedad”. Para ilustrar este concepto, Martin Pérez, miembro de la junta vecinal del municipio rural de Mecapaca, cuenta que al no tener un camión basurero por falta de presupuesto se resiente la limpieza del pueblo, porque la gente sigue tirando basura donde sea sin reflexionar sobre el perjuicio.
“Yo trato de influir en algunas decisiones de la junta vecinal y del municipio. Hay dos cosas que uno aprende: el participar implica asumir responsabilidades”.
El futuro del proceso de autonomías
La democracia para resolver los problemas está en el ADN de la población boliviana, habituada a movilizaciones sociales en defensa de las instituciones. Este hecho hace que el adecuado empleo de los instrumentos existentes irá dibujando el nacimiento real de las autonomías, aunque el aspecto financiero determinará, sin duda, las posibilidades de nuevos referendos.
Es importante el proceso de educación ciudadana sostenida sobre los valores de la solidaridad, el respeto a las instituciones y la integración plena de todos a la hora de tomar decisiones, aboga el coordinador de Solidar Suiza en Bolivia.
Estado de las autonomías
La autonomía municipal es la más antigua y la más avanzada. Las departamentales avanzan más lentamente porque primero tienen que aprobar sus estatutos y apenas han aprobado dos. Las autonomías originario indígenas son un proceso interesante que surge de la voluntad popular de la sociedad civil de convertirse de autonomía municipal en autonomía indígena. Se dan los primeros pasos. De los 339 municipios, 12 están en este proceso y se han aprobado tres.
Hay una autonomía regional, la del Chaco, con tres departamentos: Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz, que comparten un territorio con ciertas características y algunas competencias que tienen que ver más con los procesos de inversión para proveer bienes y servicios en este territorio.
Apoyo financiero a Solidar Suiza
Tenemos un programa con un presupuesto de alrededor de dos millones de francos anuales. Estos recursos se invierten en 120 municipios en todo el país. El 50% procede de nuestra central de Solidar Suiza, merced al aporte de ciudadanos suizos que creen en nuestra institución, que creen en el país. El Gobierno suizo también aporta. Otra fuente de recursos es la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, que a través de licitaciones nos encarga la ejecución de sus proyectos. Es una alianza estratégica que tiene que ver principalmente con visiones compartidas sobre los procesos de participación, los derechos de las mujeres y de los jóvenes, sobre esta apuesta por el desarrollo social integral en el país.
Fuente: M. Pérez
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