Suiza en las Naciones Unidas

Un casco azul suizo en entrenamiento. RTS

Suiza no esperó hasta el 10 de septiembre del 2002 para iniciar su actividad en el sistema de las Naciones Unidas.

Desde esa fecha, sin embargo, estará presente en el ‘núcleo’ de la Organización.

Antes del 10 de septiembre del 2002

Desde hace mucho tiempo Suiza participa normalmente, con todos los derechos de co-decisión, en las actividades de todas las instituciones especializadas que tienen un estatuto jurídico distinto de aquel de la ONU, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), por no mencionar más que a las más conocidas.

También está presente en la mayor parte de los fondos y programas subsidiarios tales como el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), los Fondos para la Infancia (UNICEF), el Programa para el Medio Ambiente (PNUMA), el Programa para el Desarrollo (PNUD) y otras instancias del mismo género subordinadas a la administración central de la ONU.

Suiza es también miembro a parte entera de las instituciones financieras de Bretton Woods (el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial). Cabe subrayar que también participa, de pleno derecho, en los actos de la Corte Internacional de Justicia de la Haya.

Empero, al no ser miembro de la ONU, el papel de Suiza era de mero observador en los órganos principales de las Naciones Unidas, en particular en la asamblea general y en el consejo económico y social.

Evidentemente, Suiza no tenía, ningún derecho en el Consejo de Seguridad y no disponía más que de derechos variables y algunos poco restringidos en el seno de diversas comisiones e institutos.

Después del 10 de septiembre del 2002

La adhesión de Suiza a la ONU le abrirá la puerta de las instituciones de la Organización que no le eran accesibles o sólo parcialmente. En las que se beneficiaba ya de todos los derechos, tendrá ahora una posición política más cómoda.

Podrá entonces, y sin ninguna restricción, tomar la palabra en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en sus diferentes comisiones, es decir, participar directamente en los grandes debates de política internacional y de la Organización.

Suiza tendrá derecho de voto y de elegibilidad en todos los escrutinios del sistema de las Naciones Unidas. Dicho de otra manera, en el momento en que le corresponda, podrá ocupar un puesto en órganos como el consejo económico y social o la Comisión de Derechos Humanos.

E inclusive, aunque sólo sea cada 20 años, ocupar uno de los 10 puestos no permanentes del Consejo de Seguridad.

A todo lo anterior hay que añadir el hecho de que algunos suizos y suizas podrán acceder más fácilmente a puestos de responsabilidad en el seno de la ONU.

Consecuencias financieras

Evidentemente, todo eso tiene un precio. Hasta ahora, habida cuenta de su estatuto de observador, Suiza contribuía al financiamiento de la ONU a razón de 30% de la cuota que habría tenido que pagar si hubiera sido miembro a parte entera, es decir, 1,215% del presupuesto ordinario. En total, la contribución suiza era de alrededor de 4 millones de dólares.

En adelante suiza deberá además pagar el 70% restante de su cotización ordinaria pero también de la totalidad de su contribución al presupuesto de las operaciones de mantenimiento de la paz. Lo que hará pasar la factura anual a unos 39 millones de dólares, es decir, un aumento de unos buenos 50 millones de francos suizos.

swissinfo/Bernard Weissbrodt