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Suiza podría acoger a detenidos de Guantánamo

Suiza podría contribuir al cierre de Guantánamo. Reuters

Berna anunció este miércoles la posibilidad de "hacerse cargo" de refugiados liberados de Guantánamo. La medida se produjo a sólo unas horas de que Barack Obama dictara las primeras medidas para la clausura de esa prisión militar.

Amnistía Internacional, en lucha desde hace años contra el ‘campo de la vergüenza’, manifestó su satisfacción y su confianza en que «Suiza ayudará a Obama a cerrar Guantánamo».

«El Gobierno suizo manifestó hoy al Gobierno estadounidense su beneplácito por la voluntad del presidente Obama de cerrar en cuanto sea posible Guantánamo. Para Suiza, la encarcelación de personas en Guantánamo es contraria al derecho público internacional», señala Berna en un comunicado.

El texto da cuenta de la disposición del Gobierno de analizar «de qué manera podría contribuir a resolver el problema de Guantánamo. Concretamente, la Confederación está dispuesta a estudiar si –y en qué medida- podría hacerse cargo de refugiados liberados de Guantánamo».

Para las autoridades helvéticas, una decisión semejante «requiere un análisis minucioso y detallado, en particular en lo que toca a los aspectos jurídicos y de seguridad».

Dick Marty: «¡Hagan un esfuerzo!»

Apenas unas horas antes, y como una de las primeras medidas de su gestión presidencial, Barack Obama había ordenado la suspensión durante 120 días, de todos los procedimientos en curso ante los tribunales militares. El primer paso de una promesa que había hecho desde que era candidato: cerrar Guantánamo.

«Ayer, durante su discurso de investidura, (Obama) insistió sobre el importante significado del respeto de los derechos humanos y del Estado de derecho», enfatizaron las autoridades helvéticas.

Por su parte, el jurista suizo Dick Marty, ex relator del Consejo de Europa sobre los vuelos secretos de la CIA, pidió también este miércoles a «todos los países (europeos) que criticaron Guantánamo, hacer un esfuerzo» y otorgar asilo a detenidos del campo militar estadounidense.

AI: «Para celebrar»

Para Amnistía Internacional (AI), tanto la medida adoptada por Washington, como el anuncio hecho por Berna, son señales que generan optimismo.

Manon Schick, del capítulo suizo de esa ONG, confía en que este mismo año quede fuera de funcionamiento el ‘campo de la vergüenza’. Estima que, en cumplimiento de la promesa hecha en ese sentido, Obama había estudiado los procedimientos necesarios, lo que le permitió empezar su gestión con la adopción de medidas concretas: la suspensión de los procesos.

«Es una señal importante: el presidente Obama quiere volver al respeto del derecho internacional y quiere que EE UU no siga fuera de la comunidad internacional en cuanto al respeto de los derechos humanos», destaca la portavoz de AI en entrevista con swissinfo.

Empero, advierte que no es todavía momento de echar las campanas al vuelo, puesto que aún no está cerrado Guantánamo y en Estados Unidos existen decretos que permiten prácticas de tortura.

Berna, una respuesta política

Amnistía Internacional celebra igualmente la decisión del Gobierno suizo de estudiar la posibilidad de acoger a detenidos de Guantánamo. Para nuestra interlocutora, el anuncio revela una disposición positiva de Berna y confía en que la Confederación acogerá a alguno o varios de los detenidos.

Cabe recordar que en noviembre pasado, la Oficina Federal de Migraciones había rechazado la solicitud de AI para que otorgara asilo a tres detenidos de Guantánamo originarios de Libia, Argelia y China, y que la ONG presentó entonces un recurso ante el Tribunal Federal Administrativo.

«No sabemos si la Confederación aceptará a esas tres personas, a alguna de ellas o a otras. Pero es importante destacar que cuando solicitamos el asilo de esos detenidos ‘liberables’ (exonerados de toda sospecha), pedimos una respuesta política y no administrativa, y esa es la respuesta que el Consejo Federal da ahora».

«Que EE UU asuma»

A raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el Gobierno de Bush desató una cacería de brujas en su pretendida guerra contra el terrorismo y condujo (desde 2002) a la base naval de Guantánamo (Cuba) a los supuestos implicados en actividades ilícitas. Los reos (la mayoría personas inocentes) fueron sometidos a diversas formas de violaciones de los derechos humanos.

Amnistía Internacional ha denunciado esas prácticas irregulares y año con año, desde hace seis, efectúa manifestaciones a lo largo y ancho del planeta para exigir el cierre de la prisión.

En estos momentos, de los 250 «huéspedes» de Guantánamo, 50 no han podido ser liberados, a pesar de haber sido exculpados, porque no tienen a dónde ir. De ser repatriados, podrían correr riesgos en su país.

Manon Schick considera que esas personas –que seguramente no querrán quedarse a vivir en el país cuyas autoridades los maltrataron y donde difícilmente se integrarían- podrían encontrar refugio en países de Europa. El resto, en particular los sospechosos de terrorismo, podrían quedarse en Estados Unidos.

«Aun cuando ahora está en funciones el Gobierno de Obama y no el de Bush, Estados Unidos no puede decir que los otros países tienen que resolver el problema de Guantánamo, un problema creado por Estados Unidos», concluye Manon Schick.

swissinfo, Marcela Águila Rubín

Amnistía Internacional denominó el centro de detención de Guantánamo ‘campo de la vergüenza’.

En ese lugar, establecido por añadidura en territorio usurpado a Cuba, Estados Unidos sometió a toda suerte de humillaciones, maltrato y tortura a personas presuntamente «terroristas».

La operación comenzó en 2002, tras los atentados de Al Qaeda contra Estados Unidos, que dejaron un saldo de miles de muertos y que desataron una enorme cacería de brujas por parte de la administración Bush.

En ese contexto, y a lo largo de los años subsecuentes, fueron a dar a Guantánamo más de 800 personas, incluidos por ejemplo, «campesinos paquistaníes vendidos por sus vecinos por los 5.000 dólares que pagó Estados Unidos». Es decir, sin más culpa que la de haber sido elegidos como chivos expiatorios de la avaricia ajena.

En los primeros años de Guantánamo, los presos ni siquiera podían recibir visitas. Con el paso del tiempo, pero sobre todo con la presión internacional, la situación se modificó y se permitió el acceso a organismos internacionales.

En diciembre de 2008 quedaban 250 detenidos, unos 100 yemeníes.

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