Suiza y la libre circulación
Gobierno, empresarios y sindicatos helvéticos consideran positivo los primeros siete meses sin "muro laboral" entre Suiza y la Europa de los 15.
Sigue pendiente, sin embargo, la batalla del referéndum (25.09) que definirá si los beneficios se extienden a países como Polonia o Lituania.
Gobierno, sindicatos y empresas suizas están de acuerdo en el mismo juicio: es positivo el saldo de los primeros siete meses de operación del Acuerdo de Libre Circulación de Personas.
El principal temor de Suiza, el «dumping salarial» quedó conjurado. Esto es, las empresas helvéticas no contrataron masivamente trabajadores originarios de la Europa de los 15 –en lugar de nacionales- para ofrecerles sueldos «castigados».
Lo anterior fue confirmado por la Secretaría de Economía (Seco) el pasado viernes (01.04) durante su primer reporte para evaluar los alcances de este acuerdo entre el 1 de junio y el 31 de diciembre.
«Hubieron ciertas dificultades iniciales, pero las medidas de acompañamiento previstas permitieron un equilibrio», detalla el informe.
El punto de partida
El 1º de junio del 2004 se estableció una nueva relación entre Suiza y la Unión Europea (UE) al derribarse el «muro laboral» que impedía el libre tránsito de trabajadores de un país a otro.
Esta decisión formaba parte de Acuerdo de Libre Circulación de Personas –integrante a su vez de los Acuerdos Bilaterales I- y sus beneficios eran extensivos a los trabajadores de: Suiza, Alemania, Francia, España, Italia, Gran Bretaña, Austria, Holanda, Bélgica, Suecia, Portugal, Dinamarca, Grecia, Noruega, Irlanda, Luxemburgo, más Finlandia e Islandia.
Así, todo trabajador helvético podría buscar empleo en los países vecinos sin necesidad de realizar trámites complejos, y viceversa.
Para hacerlo de forma ordenada, sin embargo, durante los dos primeros años de vigencia del Acuerdo (1º de junio del 2002 al 31 de mayo del 2004), habría una salvaguarda: el trabajador nacional tendría preferencia sobre el extranjero a la hora de las contrataciones.
Esta salvaguarda caducó el 1º de junio del 2004.
El riesgo era inminente: Suiza es el segundo destino más atractivo para trabajar en Europa, luego de Luxemburgo, lo que explica que 1,2 de los 4,1 millones de trabajadores helvéticos sean extranjeros.
Medidas de acompañamiento
Para evitar riesgos, y en virtud de que en Suiza no existe una «salario mínimo» oficial como sucede en la mayoría de los países de la Unión Europea, se decidió la aplicación de medidas de acompañamiento.
Entre ellas, las empresas se comprometieron a dar a los trabajadores extranjeros en Suiza condiciones semejantes a las que ofrecen a los nacionales; sin embargo, para prevenir y detectar abusos se decidió la constitución de autoridades tripartitas (con miembros del gobierno, empresas y sindicatos) encargadas de supervisar la operación del Acuerdo de Libre Circulación de Personas.
El viernes pasado, el Ministro de Economía suizo, Joseph Deiss fue claro en el balance: «En los siete meses evaluados, se realizaron 3.500 controles en toda suiza, en un universo de 14.000 trabajadores verificados. Sólo se encontraron 812 infracciones, lo que equivale a menos del 6% del total ».
Explicó después que la mayoría se concentró en los sectores de la construcción, la hotelería y la restauración.
Empresas y sindicatos hablan
Los empresarios y los representantes sindicales también tomaron la palabra el viernes (01.04), y confirmaron que las medidas de acompañamiento fueron eficaces.
No obstante, la Unión Sindical Suiza (USS) afirmó que seguirá vigilante.
En tanto, la Unión Patronal Suiza aseguró que las empresas obrarán conforme a lo permitido, de modo que la economía helvética sea la principal beneficiaria ya que recibe profesionales altamente calificados sin dañar a los nacionales.
Sin embargo, aunque este primer balance sobre el Acuerdo de Libre Circulación de Personas es favorable, todavía está pendiente su extensión a los 10 nuevos miembros de la Unión Europea.
Países como Polonia, la República Checa, Lituania, Letonia, Chipre o Malta, entre otros, donde los sueldos y condiciones laborales son inferiores a los que hay en Alemania, Francia o Italia.
Referéndum pendiente
Tras la aprobación del Parlamento para extender los beneficios a los 10 nuevos países de la UE, el pasado 14 de diciembre del 2004, la derecha radical de la Unión Democrática de Centro (UDC), el Partido Demócrata Suizo (DS) y la izquierda, representada a través del Movimiento por el Socialismo (MPS), rechazan la decisión.
El argumento central: se trata de países con menor nivel de desarrollo económico que Suiza y cuyos salarios, por lo tanto, son sensiblemente inferiores. Permitir la entrada de trabajadores de estas naciones será un golpe para los trabajadores suizos que serían fácilmente desplazados.
Por eso propusieron someter a referéndum la decisión de ampliar los beneficios de la libre circulación a esos países. Se requerían 50.000 firmas para conseguir el objetivo de someter el tema a referéndum y consiguieron 86.000 firmas, así que los suizos habrán de pronunciarse sobre el tema el próximo 25 de septiembre.
Si gana el «no» se aplicaría la «cláusula guillotina» que dice que si uno de los acuerdos es echado atrás, todos los demás pierden vigencia, lo que implicaría un retroceso radical en la relación económica y política entre Suiza y Europa, lo sería en temas que son vitales para ambos, como la seguridad o el campo.
swissinfo/Andrea Ornelas
· En Suiza, hay 1,2 millones de trabajadores extranjeros
· Se han realizado 3.500 controles para evitar «dumping social» desde que hay libre tránsito entre trabajadores de Suiza y la UE.
· Sólo 6 de cada 100 trabajadores europeos contratados en Suiza ganaban menos que los propios suizos
· En 1999, Suiza y la Europa de los 15 negociaron un paquete de acuerdos económicos.
· Uno de ellos, el de Libre Circulación de Personas, que entró en vigor el 1 de junio del 2002, y cuyo objetivo era derribar el «muro laboral» que evitaba un tránsito libre de trabajadores.
· Para garantizar un ingreso ordenado de trabajadores se estableció una salvaguarda de dos años. Los trabajadores nacionales tendrían preferencia.
· La salvaguarda caducó el 1 de junio del 2004 y de entonces a la fecha se ha probado que el balance es positivo, según el gobierno, los sindicatos y los empresarios suizos.
· Queda pendiente un referéndum (25.09) promovido por la derecha y la izquierda suizas para definir si los beneficios se extienden a los 10 nuevos miembros de la UE.
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