«Todavía estamos lejos de prevenir genocidios»
¿Los crímenes de las dictaduras latinoamericanas pueden calificarse de genocidio? ¿Los Estados hacen lo suficiente para evitar la impunidad? Son algunos aspectos abordados en el reciente Foro sobre Prevención del Genocidio, en Buenos Aires, organizado por los Gobiernos argentino y suizo.
En él participó Mô Bleeker, experta en Seguridad Humana del Ministerio helvético de Asuntos Exteriores. Entrevista.
swissinfo: Usted es una da las organizadoras de este seminario, el primero de una serie que se desarrollará en Asia y en África. ¿Por qué empezaron por Argentina?
Mô Bleeker: Argentina estaba interesada desde hace tiempo y nos propusimos hacerlo aquí, porque hay un acercamiento entre Argentina y Suiza alrededor de temas de derechos humanos y de lucha contra la impunidad.
Hemos trabajado juntos en Ginebra y también en el ‘task force’ internacional por el Holocausto, y nos dimos cuenta de que era necesario que estas discusiones no fueran sólo hechas en Europa o Estados Unidos, sino también en América Latina, donde existen muchas experiencias y buenas prácticas que deben ser expresadas y escuchadas a nivel internacional.
Se prevé hacer estos foros en Asia y África para abordar la prevención del genocidio desde contextos políticos, sociales y culturales distintos, y construyendo sobre las buenas prácticas enseñadas desde estas mismas regiones.
swissinfo: ¿Por qué creyeron que éste era un momento para realizar un foro de debate en torno al genocidio y a su prevención?
M.B.: Por varias razones. La primera es que todavía estamos lejos de prevenir genocidios u otras atrocidades de masa, y eso es una responsabilidad de cada ciudadano y de los gobiernos en el mundo.
Además, durante las últimas décadas hubo un gran desarrollo de normas y estándares internacionales en términos de prevención y sanción, y aunque son pasos muy importantes hacia una mejor prevención, todavía son insuficientes.
En 2009 habrá discusiones muy importantes a nivel multilateral en las Naciones Unidas y nos pareció importante empezar a debatir lo antes posible.
swissinfo: En los últimos años hemos vivido Kosovo, Ruanda, Darfur. ¿Qué países están hoy en riesgo de padecer genocidios?
M.B.: Hay varios países o regiones que están bajo la mirada de la comunidad internacional. Además algunas instituciones -como el ‘International Crisis Group’ y otras- están contribuyendo a monitorear estas situaciones y divulgar informaciones apropiadas o elementos de detección precoz, de tal manera que la comunidad internacional pueda reaccionar a tiempo si es que los países mismos no pueden o no lo hacen.
Asimismo hay una atención puesta sobre varios países, no solamente por riesgos directos de genocidios, sino por situaciones incrementales de violaciones masivas de derechos humanos.
swissinfo: ¿Qué significa genocidio? ¿Podemos llamar genocidio a lo que sucedió en las dictaduras latinoamericanas, por ejemplo?
M.B.: Se discutió mucho este tema en el foro. El ‘genocidio -como lo define la Convención- es un intento organizado y explícito de destruir a un grupo humano predeterminado (ver recuadro).
Hemos escuchado voces que quieren, por ejemplo, que el ‘politicidio’ sea incluido.
Cuando la comunidad internacional distingue entre varios tipos o grados de violaciones de derechos humanos, no es para decir que son más o menos graves, sino para definir intervenciones concretas y más pertinentes para cada caso, desde todos los ámbitos (jurídico, político, humanitario, militar, etc.). Y esto no restringe lo horrorizante que es cada uno.
La discusión tiene que seguir evolucionando. No me corresponde decir si hubo o no genocidio en América Latina o en Argentina. Creo que tienen que determinarlo las comisiones de investigaciones. Por otro lado, como lo recordaron algunos panelistas, los jueces de las Cortes Internacionales tienen muchas dificultades para probar la intención del genocidio.
Para mí lo más importante reside en que la precisión de las palabras que usamos debe permitir un diagnóstico preciso que debe desembocar en acciones pertinentes para prevenir genocidios y atrocidades masivas. Luego, la sanción debe basarse también en una definición bien perfilada.
swissinfo: ¿Qué costo social tienen los actos de genocidio y violación de derechos humanos?
M.B.: Es incalculable. Este regreso a la barbarie y a la deshumanización tiene costos en todos los ámbitos de cada sociedad. No podemos hablar de un mundo desarrollado ni de una comunidad internacional si no somos capaces de proteger a los más débiles o a algunos grupos que están en peligro.
No se trata sólo de pérdidas humanas y recursos materiales. Generaciones enteras viven bajo la angustia, sobre todo cuando hay impunidad.
Creo que ahí América Latina tiene mucho que aportar, porque se demostró que la lucha contra la impunidad bien hecha debe ser sistemática y sistémica, en el sentido no sólo de sancionar, sino de generar procesos sociales y dinámicas de restablecimiento de la confianza entre el ciudadano y su Estado, del control democrático de las fuerzas de seguridad, de cultura de rendición de cuentas.
swissinfo: ¿Cómo hace para trabajar con estos temas y mantenerse ‘objetiva’? Porque ver tanta violencia, tanta injusticia, tanto dolor, debe ser una carga psíquica muy fuerte…
M.B.: Creo que me mueven varias cosas. Por un lado, es mi trabajo. El gobierno suizo decidió comprometerse más todavía en la prevención de genocidio y es mi tarea concretizar esta intención; trato de hacerlo de la manera más eficiente y profesional que puedo. Por el otro lado, cuando uno acompaña procesos de rehabilitación de sociedades, se encuentra con muchas víctimas; aprendo de ellos y recibo sus fuerzas.
En Guatemala, por ejemplo, donde estuve trabajando, me encontré con grupos de viudas, con indígenas, con gente que ha vivido cosas terribles, pero que tienen una dignidad y una capacidad enorme para poder denunciar, exigir justicia y reconstruir sus vidas sin venganza.
Por otro lado me enseñan que el camino no es la venganza, sino la construcción de sociedades democráticas y transparentes.
Y me mueve un enojo enorme. Mientras haya injusticia, haya intentos de destruir partes de la humanidad, de mi familia humana, no puedo estar orgullosa de ser un ser humano.
Pero no se equivoquen, este enojo es constructivo. En realidad espero no perderlo nunca, y lo comparto con mucha gente comprometida en este tema.
Entrevista swissinfo: Norma Domínguez, Buenos Aires
En el Foro Regional sobre Prevención del Genocidio, que se desarrolló del 10 al 12 de diciembre en Buenos Aires, se discutieron los estándares y prácticas para evitar los genocidios y otros crímenes de atrocidades masivas.
También se examinó cómo fueron sancionadas estas violaciones que muchas veces tienen como víctimas a la población civil.
El Foro se celebró en el marco del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Convención para la Prevención del Delito de Genocidio.
Fue organizado por los Gobiernos de Argentina y Suiza, y contó con la participación de Mô Bleeker, asesora de la División de Seguridad Humana del Ministerio helvético de Asuntos Exteriores.
«… se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpretados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:
a) Matanza de miembros del grupo;
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.»
Fuente: Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio
Tiene 50 años y es suiza-holandesa. Estudió Antropología, Ciencias de la Religión, Periodismo y Comunicación Social en la Universidad de Friburgo.
Desde hace años trabaja en el acompañamiento de grupos y sociedades en el proceso de transición de la guerra a la paz, con experiencia sobre el terreno en diferentes países.
Participó en procesos de mediación en El Salvador y Guatemala.
Contribuyó a la creación y el desarrollo del Centro para la Paz de Swisspeace en Guatemala, Colombia y Asia Central.
En 2003 asumió el cargo de Asesor de Paz de Suiza, con sede en Guatemala.
Desde septiembre de 2004, es alta asesora en Seguridad Humana del Ministerio suizo de Asuntos Exteriores.
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