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Un gran día para Suiza

A la espera del apretón de manos. Keystone Archive

El encuentro entre Suiza y la Unión Europea, este miércoles en Bruselas, marca el cierre político de la segunda ronda de negociaciones bilaterales. Suiza estrecha así sus lazos con la Europa de los 25.

Ciertos puntos aún permanecen inciertos en dos acuerdos, el de fiscalidad del ahorro y el de Schengen.

La cita ha sido fijada a las 11 horas, en Breydel, el edificio de la Comisión Europea. El presidente de la Confederación Helvética, Joseph Deiss, y sus ministros de Asuntos Exteriores, Micheline Calmy-Rey, y de Finanzas, Hans Rudolf Merz, serán recibidos por la viceprimera ministra irlandesa, Mary Harney, por el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y por el comisario Chris Patten, encargado de Relaciones Exteriores.

El encuentro será breve. Deberá durar menos de una hora. En él las partes implicadas darán su acuerdo oficial al proyecto global de compromisos y con ello, pondrán fin a nivel político al segundo ciclo de negociaciones bilaterales.

A diferencia del primer ciclo de bilaterales entre Suiza y la UE, cuyas negociaciones duraron siete años, este segundo bloque de convenios ha sido concluido en dos años. Un éxito rápido y nada previsible en el momento de iniciarse, en junio del 2002.

Este segundo paquete cuenta con nueve acuerdos a los que se adjuntaron otros tres: libre circulación, contribución financiera y reexportaciones.

Los últimos obstáculos políticos fueron liberados y, tras los últimos retoques, la firma definitiva de los acuerdos se realizará probablemente en otoño.

“Se corre el riesgo de estar un poco en retraso, pues se requiere que los acuerdos sean todos traducidos a los idiomas oficiales de la UE, y ahora hay el doble de lenguas que antes”, explica un alto funcionario en Bruselas.

En efecto, el Consejo es el que tiene la competencia de dar el visto bueno a los documentos pero, para ello, debe disponer de las traducciones de los acuerdos en todas las lenguas requeridas.

Después, cuando los acuerdos hayan sido firmados por ambas partes, entrarán en vigor de inmediato. Por parte de la Unión Europea, el procedimiento habrá terminado entonces.

Dos puntos inciertos

Algunos granos de arena podrían aún poner en riesgo el idílico escenario.

Del lado de la Europa Unida, los 25 no han terminado las negociaciones en lo que concierne a la fiscalidad del ahorro con terceros países y, sobre todo, con los territorios asociados (Islas de Jersey y de Guernesey, en el Caribe).

Esas negociaciones se encuentran en buen camino. Pero los problemas de último minuto no se excluyen. La UE se fijó la fecha límite del 30 de junio para adoptar su directiva.

Antes de ello, los ministros europeos de Finanzas habrían tenido un encuentro algo agitado el 2 de junio, cuando deban aprobar dos declaraciones anexas, ligadas al compromiso con Suiza.

En una de ellas, Luxemburgo debe obtener las mismas garantías que Suiza para mantener el secreto bancario. La segunda, presentada por cinco países (Francia, Países Bajos, Italia, Suecia y España), sostiene que el objetivo último de la directiva sobre fiscalidad del ahorro es el intercambio de informaciones y no la denominada retención de origen.

Ratificación en Suiza

Del lado de Berna, el proceso de ratificación de los acuerdos no ha sido aún decidido. Y la posibilidad de que se someta al voto popular permanece incierta.

Desde el punto de vista de la UE, estos acuerdos no forman parte de un paquete y no están relacionados formalmente con una “cláusula guillotina” que haría que todos los acuerdos quedaran sin vigencia, en caso de que uno de ellos fuera rechazado.

“Esos acuerdos son independientes”, afirman en la Comisión. Es decir, pueden entrar en vigor por separado.

El acuerdo más amenazado es el del espacio Schengen. La derecha dura suiza (Unión Democrática del Centro) ya anunció que buscará lanzar un referendo.

Las negociaciones entre Berna y Bruselas previeron esta posibilidad, por lo que acordaron a Suiza un plazo de dos años para aplicar la legislación actual y futura. De esta forma, aún no hay certitud de que Suiza se adhiera al espacio Schengen.

Por otra parte, sería más peligroso un eventual referendo contra la extensión a los diez nuevos miembros de la UE del acuerdo bilateral sobre libre circulación de personas, incluido en el primer paquete de negociaciones y adaptado en el segundo ante la ampliación de la Europa Unida.

En caso de ser rechazado por la ciudadanía helvética, podría poner en riesgo el conjunto del paquete de los acuerdos bilaterales I.

swissinfo, Barbara Speziali, Bruselas
(Traducido por Patricia Islas)

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