Una Suiza de muchas valijas
La Expo.02 festejó este sábado a la comunidad helvética que reside en el exterior del país.
El español también estuvo presente entre los suizos expatriados.
Un día muy esperado para la Organización de los Suizos del Extranjero – y para las 600.000 personas a las que representa – este 10 de agosto, dedicado en la Exposición Nacional a aquellos que han abandonado el territorio confederado para residir en otras tierras.
Y es que tener un día especial para la Suiza más amorfa de todas, aquella que ni una sóla lengua, ni un sólo territorio identifica, fue una muy buena excusa para reunir a unos 500 miembros de los suizos del extranjero en la ‘arteplaya’ de Biel, una de las cinco sedes del festejo de la Exposición Nacional helvética.
Los expatriados mostraron sus valijas a los visitantes a la Expo.02, un elemento que les distingue más que otra cosa en su peregrinar hacia otras tierras y que los hace distintos a los demás, a los 5 millones de helvetas que habitan dentro de los 26 cantones de la Confederación Helvética.
Pero Biel también se convirtió en centro de reunión de aquellos suizos que por primera vez pisan el suelo de sus padres, o de sus abuelos, que les han heredado la nacionalidad helvética, además de un arsenal de recuerdos e imágenes, a veces idílicas, de Suiza.
Es el caso de los pequeños del Coro de la Escuela Suiza en Santiago de Chile. Una veintena de niños que se encuentran por primera vez en Suiza y que, con sus cantos, se convirtieron en estrellas del día en la Expo.02.
Ellos no encuentran diferencia alguna entre un suizo ‘del exterior’ y uno ‘del interior’, y Suiza les ha parecido «verde, limpia y hermosa», afirmaron a swissinfo con una gran sonrisa, al tiempo de indicar que la Expo.02 les pareció «fantástica».
Juventud helvética
También jóvenes venidos de China, Líbano, Canadá, Alemania, Francia, Inglaterra e incluso Argentina hicieron su aparición en la Expo.02, para muchos de estos helvetas su visita sólo pudo hacerse posible gracias al apoyo de la Organización de Suizos del Extranjero y la Asociación para estimular la formación de la juventud suiza en el exterior.
Entre los estudiantes se encontraban los hermanos Siegrist. Cuatro jóvenes de entre 24 y 15 años de edad que consideraron este apoyo una oportunidad fabulosa. Es la primera vez que visitan Suiza y han quedado maravillados por el orden, la gente y los paisajes helvéticos.
Su abuelo fue el suizo que abandonó la patria hacia Argentina, como miles de compatriotas lo hicieron para conformar la comunidad más grande de helvetas en Latinoamérica, un grupo que ahora, junto con la población argentina, sufre una de las peores crisis económicas a las que ese país se ha debido enfrentar.
«De no encontrar trabajo, estudiaríamos la posibilidad de venir a vivir a Suiza» afirmó a swissinfo Mariela Carolina Siegrist, quien planea realizar un postgrado en una universidad suiza.
Sus hermanos, Maria Belén, Luis Alejandro y Germán, también quieren quedarse en la tierra de ese abuelo que no llegaron a conocer, pero que saben, «era un hombre orgulloso de saberse suizo».
El festejo este sábado en la ‘arteplaya’ de Biel de la Expo.02 estuvo engalanado con un grupo que pocas veces aparece ante el público helvético, la banda de la Guardia Pontificia Suiza.
Además en una pantalla gigante se pudo ver un vídeo en el que los expatriados externaron su opinión sobre la Suiza que les recibe ahora y sobre aquella que desean para el futuro.
La presencia permanente de la Quinta Suiza en la Expo.02
Este día finalmente se hicieron presentes esos helvetas de otras latitudes y otros modos de hablar, pero su presencia simbólica ha sido permanente a través de las embarcaciones especiales que atraviesan los lagos y canales que unen a las 4 ciudades que reciben a la Exposición Nacional.
Estas bellas embarcaciones llevan en la proa los nombres de las urbes que acogen a los mayores contingentes de expatriados suizos: Lyon, Nueva York, Tel Aviv, Johannesburgo, Sidney y, por supuesto, Buenos Aires.
Además, la Organización de Suizos del Extranjero preparó una exposición especial en donde se destaca la labor de estos ciudadanos del mundo que han dejado esa huella de dedicación y perfeccionamiento que distingue a la comunidad suiza en cada lugar donde reside.
Esta vez en Biel el mensaje de la Quinta Suiza ha pasado: quiere una Confederación abierta, quiere mayor reconocimiento y reclama el sostén necesario para la financiación de las instituciones que la respaldan.
Patricia Islas Züttel
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