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Verdes: la ecología ya no es monopolio de la izquierda

La lucha antinuclear tiene prioridad en la campaña electoral de los Verdes. Keystone

Favorecido por la creciente preocupación medioambiental, el Partido Ecologista Suizo aspira a supera el 10% de votos en las próximas elecciones.

Pero el sello ‘ecologista’ ha dejado de ser patrimonio exclusivo de este partido de izquierda, desde el advenimiento de los Verdes Liberales, nueva fuerza emergente en el centro.

“Después de Chernóbil, ahora Fukushima, dos accidentes nucleares en 25 años: ¡Basta!”, sentenció Guy Morin, presidente del gobierno del semicantón  de Basilea-Ciudad, al inaugurar la asamblea de delegados del Partido Ecologista Suizo (PES) en Basilea.

Entre  los cinco partidos principales de Suiza, el PES es sin duda el que tiene el presupuesto más modesto. Sin embargo, la campaña electoral de los Verdes recibe por segunda vez un sólido apoyo de la actualidad. En 2007, el gran debate internacional sobre el cambio climático -algunos meses antes de las elecciones-, contribuyó a que rozara la franja histórica del 10%.

En este año 2011, ninguna estrategia de marketing hubiera ofrecido mejores argumentos a los Verdes que la catástrofe nuclear ocurrida el 11 de marzo en Japón, es decir más o menos seis meses antes de las elecciones federales. “Hay solamente dos tipos de centrales nucleares seguras: las que fueron cerradas y las que no se construyen”, insistió Guy Morin ante el aplauso de los delegados.

Tres planetas a disposición

Mientras varios partidos se ven forzados a revisar su posición en materia de energía nuclear, los Verdes ven confirmada la visión que defienden desde su creación, en los años de 1970. “Hemos nacido y crecido en gran medida en el seno del movimiento antinuclear y lo que ahora ocurre nos da lamentablemente la razón: la tecnología nuclear es la más peligrosa que existe para producir energía”, afirma Ueli Leuenberger, presidente del PES.

El medioambiente vuelve a encabezar las preocupaciones de los suizos y los Verdes tratan de aprovechar esta coyuntura. En Berna, los representantes del PES en el Parlamento multiplican las mociones y las intervenciones para plantear un cambio en la política energética. En Basilea, los delegados del partido aprobaron además el lanzamiento de una nueva iniciativa popular para exigir el abandono de la energía nuclear, de aquí a 2024.

Una nueva política energética, así como una economía verde y una sociedad solidaria figuran entre las diez prioridades del programa electoral de los Verdes. “En Suiza seguimos comportándonos como si tuviéramos tres planetas a disposición. Tenemos que reorientar nuestra economía hacia un desarrollo sostenible y la preservación de los recursos”, explica Ueli Leuenberger.

Ecología y solidaridad

“Además, somos un partido con valores: para nosotros, los Verdes, la ecología no es posible sin solidaridad con los más débiles. Luchamos por un equilibrio entre desarrollo ecológico, económico y social y en contra de la exclusión y las desviaciones xenófobas de la derecha populista”, añade  su presidente.

 

En la actualidad, los Verdes son todavía calificados de ‘sandías’; es decir, verdes por fuera y rojos por dentro. De hecho, el posicionamiento de los Verdes a la izquierda del tablero político limita sus posibilidades de crecimiento. Hasta ahora han logrado aumentar su electorado en detrimento casi exclusivo de sus aliados del Partido Socialista.

“En cierto modo es una lástima, porque los socialistas son los más próximos a nosotros”, admite el diputado Antonio Hodgers. “En el futuro tenderemos que explotar mejor nuestro potencial de crecimiento en otros círculos de electores. Pienso en los empresarios y asalariados de las nuevas sociedades ‘cleantech’ (tecnologías limpias), un sector en plena expansión. O en las nuevas generaciones de agricultores: somos el partido que apoya mejor la nueva orientación de la agricultura hacia la producción orgánica (biológica). O entre los jóvenes en general”.

Convivencia con los Verdes liberales

Los Verdes – en otros tiempos considerados un fenómeno pasajero- han conseguido en los últimos años instalarse definitivamente en el paisaje político suizo. Pero cuando el clima político les es particularmente propicio enfrentan el advenimiento de los Verdes liberales, un partido emergente que cosechó más frutos que el PES del efecto Fukushima en las últimas elecciones cantonales y en los sondeos de opinión.

“Los Verdes liberales no son una verdadera competencia para nosotros”, sostiene Ueli Leuenberger. “Se trata de una formación burguesa que no defiende una política social y que hasta ahora ha conquistado, sobre todo, votos entre los electores decepcionados del Partido Liberal Democrático”.

Con el rápido crecimiento de los Verdes liberales, el PES y la izquierda pierden el monopolio del sello ecologista. Suiza se convierte en uno de los primeros países europeos donde la ecología encuentra un nuevo aire en el centro. Los Verdes liberales consiguen llevar el medioambiente a los salones burgueses, seducen a los jóvenes y se perfilan como los grandes vencedores en las próximas elecciones federales.

“Nosotros debemos vivir ahora con el hecho de tener dos partidos ecologistas”, reconoce el diputado del PES Daniel Vischer. “Los Verdes liberales no respaldan una política social, pero también quieren abandonar la energía nuclear y luchar contra el cambio climático. Por eso debemos reunir todas nuestras fuerzas en el Parlamento para imponer una política ecologista en Suiza”.

La primera sección de los Verdes se crea en 1971 en el cantón de Neuchâtel para oponerse al proyecto de una autopista.

En 1979, los Verdes consiguen su primer diputado en el Parlamento federal antes de dotarse de una estructura nacional en 1983. El partido adopta en septiembre de 1993 el nombre de ‘Los Verdes-Partido Ecologista Suizo’.

Como su nombre indica, el Partido Ecologista Suizo centra su programa en la protección del medioambiente y el desarrollo sostenible.

 

En 2007, los Verdes lograron el mejor resultado desde su creación con casi 10% de los sufragios (9,6%). En la actualidad cuenta con 22 diputados y 2 senadores. A escala nacional son el 5º partido en importancia, pero aún no están representados en el Gobierno.

En 2007, una escisión en el seno de la sección zuriquesa del PES condujo a la creación de los Verdes liberales, un movimiento nuevo que se sitúa en el centro del tablero político.

Los delegados de los Verdes adoptaron un programa electoral de diez puntos en su asamblea realizada en Basilea a fines de abril.

La mayoría de los puntos atañe a temas ecológicos: el paso a una economía verde basada en el desarrollo sostenible y la preservación de los recursos, una política energética respetuosa del medioambiente y sin centrales nucleares, la protección del paisaje y el desarrollo de los transportes públicos.

En el campo social, los Verdes exigen la reducción de las disparidades salariales, la introducción de una caja de seguro médico pública, una buena formación y empleos para todos.

El PES quiere además una política exterior basada en los principios del desarrollo sostenible y la defensa de la paz mundial.

(Traducción: Juan Espinoza)

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