Abandono nuclear, entre dudas y aplausos
Entusiasmo y escepticismo refleja la prensa suiza de este jueves respecto a la aprobación de la cámara baja del Parlamento del proyecto gubernamental que prevé abandonar progresivamente la energía nuclear.
La víspera, los diputados dieron luz verde a la propuesta del Ejecutivo, pidieron eliminar obstáculos al desarrollo de energías renovables y se pronunciaron contra el derecho de ambientalistas a bloquear centrales de energía eólica e hidráulica. “Un éxito dulce-amargo”, califica el diario Le Temps.
“El Consejo Nacional (cámara baja) aprueba el fin de (la energía) nuclear pero castiga a los ecologistas”, titula el diario ginebrino que concede su espacio principal y su editorial a la votación legislativa.
Para Le Temps, el reemplazo de la energía nuclear por otras fuentes es todavía impreciso. “La metamorfosis energética aún está en el limbo”, señala, y alude a la decisión de suprimir el derecho de recurso de las asociaciones ambientalistas en torno a la construcción de centrales de energías alternativas.
“La mayoría de derecha quiere mostrar así que si ella acepta, muy a su pesar, renunciar a la energía nuclear, espera de los ecologistas, en una simetría artificial, que se muestren más cooperativos”, precisa el cotidiano en su editorial.
“Es una votación histórica para Suiza, pero la era postnuclear es imprecisa”, titula el diario La Liberté, de Friburgo.
El entusiasmo de algunos medios, como el Blick, de Zúrich, que habla del resultado de la votación como un triunfo de la confianza suiza en sus propias capacidades, al permitir grandes oportunidades para la economía y las pequeñas y medianas empresas (PME), es contrastado con el escepticismo de otras publicaciones:
“Es una señal clara que la mayoría de los suizos esperaban tras Fukushima, pero por ahora la decisión no es sino un voto piadoso. En el futuro habrá que concretizar el proyecto”, destaca el diario de Lausana 24 Heures.
Impulso a la investigación
El Consejo Nacional votó también a favor de impulsar las investigaciones en materia de energías alternativas. Todas las decisiones adoptadas en el maratónico debate del miércoles (08.06) aún tienen que ser confirmadas por la cámara alta.
Podría tomar varios años antes de que las modificaciones legales necesarias sean discutidas por el Parlamento. También es posible que la población sea llamada a expresarse sobre el tema en las urnas.
El pasado 25 de mayo, el gabinete decidió poner fuera de servicio los cinco reactores de energía nuclear una vez que lleguen al final de su vida útil. Un proceso que concluiría en 2034. Anunció igualmente su intención de aumentar los recursos para energías renovables y promover métodos de ahorro energético en vez de construir nuevas centrales nucleares.
Cambio
El amplio debate en la cámara baja enfrentó a miembros de centro-izquierda y centro-derecha contra la derechista Unión Demócrata Suiza (UDC).
El Partido Liberal Radical (PLR, derecha), considerado cercano a la comunidad empresarial, se abstuvo de votar sobre esta crucial propuesta del Gobierno.
Los simpatizantes, principalmente los socialistas y los Verdes, arguyen que la eliminación gradual de la energía nuclear es deseable y realista. Aquellos que son renuentes a aceptar un cambio político después de la catástrofe de la central nuclear japonesa de Fukushima están ignorando la realidad, dijeron.
“Hay un mundo antes de Fukushima y un mundo después de Fukushima”, dijo Roberto Schmidt, del Partido Demócrata Cristiano (PDC, centro-derecha).
Los oradores pidieron una política energética sostenible y soluciones innovadoras para preservar a las generaciones futuras de un desastre nuclear.
Cabe destacar que el Partido Liberal Radical recibió un aluvión de críticas por su negativa a respaldar la propuesta del Gobierno.
“No debemos eludir una decisión sobre la energía nuclear ahora”, dijo el diputado socialista Eric Nussbaumer.
Críticas
Sin embargo, los opositores a la propuesta gubernamental la calificaron de irresponsable, poco realista y perjudicial para la economía suiza.
“El Gobierno puede creer que ha tomado la decisión correcta, pero es un error”, dijo Hansruedi Wandfluh, de la UDC.
Filippo Leutenegger, liberal, señaló que el rechazo a sustituir las centrales nucleares existentes con un tecnología más avanzada equivalía a una “prohibición de la tecnología”.
Otros oradores advirtieron que el consecuente aumento de los precios de la electricidad podría tener un grave impacto en la competitividad de la economía suiza.
Es una ilusión creer que los recursos de la energía renovable podrían compensar la brecha que se abrirá si Suiza abandonara de manera gradual la energía nuclear, sentenciaron los opositores.
Emociones
La ministra de Energía, Doris Leuthard, reiteró que el Consejo Federal fincó su propuesta en consideraciones económicas y en la preocupación general de la población sobre la energía nuclear.
Se refirió a la potencialidad de establecer medidas de ahorro energético y recursos energéticos renovables que hasta ahora tienen un papel marginal en la política energética de Suiza.
Leuthard manifestó su confianza en el poder de innovación de la comunidad científica y de las empresas suizas.
“La propuesta del Gobierno para una eliminación hasta el 2034 nos da tiempo para buscar soluciones con todos los actores de la comunidad empresarial y de la política”, dijo.
Destacó igualmente la necesidad de cooperación y compromiso por parte de todos los sectores implicados.
El debate parlamentario del miércoles (08.06) se prolongó por espacio de cinco horas y fue transmitido en vivo por la televisión pública. Alrededor de 60 diputados participaron en el análisis de más de 130 propuestas diferentes.
Los temas ambientales, incluida la energía nuclear, son vistos como aspectos clave en la campaña antes de las elecciones parlamentarias de octubre próximo.
Las cinco centrales suizas
entraron en funcionamiento entre 1969 y 1984 y cuentan con autorizaciones temporales de operación.
Los utilizadores consideran que la ‘vida’ de las centrales concluirá entre 2019 y 2034
En 1969, Suiza registró un
grave accidente en la central experimental de Lucens. La planta debió ser cerrada.
Hasta el año 2006, Suiza expedía sus desechos nucleares a Francia y Gran Bretaña. Las autoridades suizas examinan actualmente diferentes sitios para su almacenamiento. La instalación de depósitos en la Suiza Central fue bloqueada por referéndum en 1995 y en 2002.
En 1990, la población aprobó, mediante votación, una
moratoria de diez años
sobre la construcción de nuevas centrales nucleares.
En 2003, tres años después del final del plazo, la población rechazó la extensión de la moratoria, así como el abandono progresivo de la energía nuclear.
(Traducción y adaptación: Marcela Águila Rubín)
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