Almacenar los residuos atómicos, un tema candente
Los delegados en una conferencia internacional sobre basura nuclear discuten en Berna cómo lograr que los desechos radioactivos se almacenen en depósitos subterráneos para conseguir el visto bueno de la población.
El Gobierno helvético respalda esta opción, pero aún queda mucho camino por recorrer.
El aceleramiento del cambio climático ha intensificado el debate sobre el tema: Los responsables de las plantas nucleares quieren renovar sus centrales, también en la Confederación Helvética.
Su argumento: Las centrales nucleares son «neutrales» a la generación de contaminantes, gracias a su reducida emisión de CO2. Además, se requiere una segunda generación de centrales que sustituya a la primera para evitar riesgos en la producción de energía eléctrica.
No obstante, se mantiene el problema principal de las primeras centrales suizas de Beznau, Leibstadt, Gösgen y Mühleberg: la eliminación de la basura radioactiva. Hasta ahora, no se ha determinado dónde almacenarla.
Para los alrededor de 200 expertos, reunidos en la Conferencia Internacional para la Eliminación de Basura Radioactiva, la respuesta está en el suelo: depósitos geológicos profundos.
A esa constatación llegaron en su primer encuentro, realizado en 1999. No sólo han encontrado una solución, sino que también quieren llevarla a la práctica.
No se puede evitar la opinión popular
Durante su discurso de apertura de la Conferencia, el ministro de Medio Ambiente suizo, Moritz Leuenberger, advirtió que «una solución segura y adecuada necesita tiempo, ya que dependemos de la aceptación de la población». En Suiza es imposible establecer un depósito atómico sin la aprobación de los ciudadanos.
Leuenberger se remite a la decisión sobre la política atómica tomada en las urnas en 2002: La ciudadanía del cantón de Nidwalden decidió rechazar un cementerio nuclear en Wellenberg. Lo que preocupa a la población es la inseguridad a largo plazo.
Esa negativa no sólo fue un rechazo a la decisión del gobierno cantonal y a la Cooperativa Nacional para el Almacenamiento de Basura Radioactiva, sino también una derrota para toda la economía atómica helvética.
Informes sobre la estabilidad mineral geológica
¿Cuál es la seguridad de esos cementerios atómicos actualmente? «Partimos de la base de que esos depósitos geológicos profundos son los que mayor seguridad ofrecen, gracias a las capas geológicas de la roca arcillosa opalinus, que casi no han registrado movimiento en los últimos 100.000 años «, responde Walter Steinmann, Director de la Oficina Federal de Energía, quien participa en la conferencia de Berna.
A pesar de todo, un almacén geológico profundo no resulta ser la llave maestra para abrir la puerta a la construcción de nuevas centrales, considera Steinmann. A escala mundial, estas plantas nucleares cubren menos de 10% de los requerimientos de electricidad, agrega.
Por su parte, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, en su sigla inglesa) certifica que no existe riesgo potencial significativo alguno.
«Para llevar a cabo una política energética sensata, debemos, primero, establecer la eficiencia energética y la aplicación de energías renovables», explica Steinmann.
Declaración gubernamental clara
La economía atómica vive actualmente un nuevo impulso tras el pronunciamiento explícito del gobierno helvético a favor de la electricidad atómica y la decisión de allanar el camino para el almacenamiento geológico profundo de residuos radiactivos.
A principios del 2008, el Consejo Federal (gobieno suizo) dará a conocer los criterios correspondientes y definirá entre 6 y 8 posibles lugares de almacenamiento. La aceptación ciudadana deberá enmarcarse en un «proceso crítico-democrático», basado en la transparencia y la cooperación, opina Leuenberger.
El establecimiento de un almacén de desechos atómicos necesita un marco legal para ser autorizado, por lo que la ciudadanía podrá recurrir al referéndum facultativo y exigir que se someta a votación.
Con la experiencia ya vivida de Wellenberg, el gobierno ha cambiado ya las reglas del juego. Será la población helvética quien decida y no la comunidad local en torno al sitio donde se establecería el cementerio atómico.
La Oficina Federal de Energía calcula que la decisión en las urnas se producirá dentro de siete a doce años.
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Referéndum
Un bien candente
En caso de que la ciudadanía helvética aprobara la construcción del depósito, se concedería el permiso para llevarlo a cabo, confía Steinmann.
Un almacén para desechos radiactivos de baja y mediana intensidad podría estar en funcionamiento en 2030 y uno para basura altamente radioactiva, diez años después.
En realidad, no hay prisa para la concreción de un cementerio atómico. Será hasta el año 2040 que los contenedores calientes con los desechos se enfríen para mantenerse en los cien grados necesarios para depositarlos en el subsuelo.
swissinfo, Renat Künzi
(Traducción del aleman: Patricia Islas Züttel)
En el mundo aún no existe ningún depósito final de desechos altamente radioactivos.
Finlandia es el país más avanzado en el concepto. Construye en Olikiluoto uno de esos almacenes geológicos profundos.
En Suecia, varios municipios han aprobado proyectos correspondientes.
Francia quiere definir antes de 2015 un lugar para construir su cementerio de basura atómica. El sitio probable es Bure, en el departamento de Aube.
En Estados Unidos se planea un almacén en la región montañosa de Nevada.
En Suiza las perforaciones de prueba determinaron que los lugares idóneos dede el punto de vista geológico son Wellenberg, en el cantón de Nidwalden, y la región vinícola al norte del cantón de Zúrich.
En Suiza, los generadores de basura radioactiva son, por ley, los responsables de desechar de forma segura la basura nuclear que producen.
Los residuos altamente radiactivos se producen en las centrales nucleares.
La intensidad de sus radiaciones disminuye apenas pasados 200.000 años al nivel de las irradiaciones que se produce en los yacimientos naturales de uranio.
Suiza exporta su basura altamente radioactiva hacia los almacenes de tratamiento de La Hague (Francia) y Sellafield (Gran Bretaña).
Las partes no aprovechadas regresan de nuevo a Suiza.
Actualmente, los residuos radioactivos de baja y media intensidad se almacenan en el depósito provisional de Würenlingen (Zwilag).
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