Suizo-argentinos: ¿Cómo es votar en dos realidades diferentes el mismo día?
El 22 de octubre se celebrarán elecciones nacionales en Argentina y Suiza. La mayoría de los suizos radicados en el país sudamericano tienen doble nacionalidad. ¿Qué sentimientos animan a estos ciudadanos a votar en dos democracias tan diferentes?
Argentina es el país de América Latina que alberga a la diáspora suiza más numerosa de la región, con la particularidad de que de los 15.000 suizos y suizas que viven en el país, el 95% tiene también pasaporte argentino. Esta es la proporción más alta de personas con doble ciudadanía entre las comunidades helvéticas del mundo.
Así las cosas, muchos de estos binacionales podrán votar en sus dos países el mismo día. Pero… ¿qué efecto tiene para estas personas (NdeR: considerando que se trata de democracias bien diferentes)? SWI swissinfo.ch habló con dos de ellas para conocer sus opiniones.
(Mapa que muestra la comunidad suiza residente en el extranjero. Puede deslizar el ratón por el mapa y conocer cuántas suizas y suizos hay en cada país -Auslandscheizer:inen- ; y cuántas suizas y suizos han emigrado a ese país -Auswanderer:inen-)
Alexia Berni vive en Rosario, la tercera ciudad más grande de Argentina. Explica que conoce a casi todos los compatriotas helvéticos de su ciudad, que existe un sentimiento de comunidad y que desde la Asociación Suiza local se organizan reuniones periódicas para fomentar el vínculo. Dice que dentro de la colectividad en Argentina sólo hay unas pocas personas que hayan emigrado desde la Confederación. En su mayoría se trata de personas con doble nacionalidad, asegura.
“El hecho de que haya tantos suizos y suizas de segunda o tercera generación en Argentina se debe a que se obtiene un pasaporte argentino si se ha nacido aquí y un pasaporte suizo gracias a los padres; es decir, según el principio de descendencia», precisa Berni. La joven delegada del Consejo de Suizos en el Extranjero es hija de un emigrante suizo de los Grisones.
Como recordatorio, en Argentina, el voto es obligatorio. Los que no votan sin una razón válida deben pagar una pequeña multa y no pueden postularse a cargos públicos durante tres años.
Para votar en la Confederación, Berni tiene que superar primero algunos obstáculos: «La participación en Suiza exige más y las dificultades no son menores. Para ejercer tus derechos políticos desde el extranjero, primero tienes que inscribirte, luego pagar los costos postales (que para nosotros no son baratos) y, por último, esperar…”
¿Esperar qué? “Que las papeletas lleguen a tiempo. La mayor preocupación en estas elecciones es llegar a votar», subraya Berni. A veces se consigue, a veces no.
La joven delegada, informó de estos inconvenientes a las autoridades municipales para prevenir ante las elecciones de octubre. Le dijeron que los municipios de los Grisones envían los documentos de voto de los ciudadanos residentes en el extranjero una semana antes que al resto de la población.
Aun así, no se puede suponer que el material electoral llegue a tiempo a Argentina. Un suizo en el extranjero residente en la provincia de Córdoba dijo a SWI swissinfo.ch que nunca pudo votar en Suiza debido al retraso en la recepción de los documentos. Al igual que Alexia Berni, él está convencido de que el voto electrónico resolvería muchos problemas para la comunidad radicada en el país austral.
Elecciones de alto voltaje en Argentina
Mientras la diáspora cruza los dedos para que su voto llegue a Suiza a tiempo, en Argentina se libra una intensa campaña electoral, cuyo resultado sin duda tendrá un gran impacto en el futuro del país.
Carolina Poma, ciudadana cordobesa con doble nacionalidad y miembro del Consejo de Suizos en el Extranjero, precisa: «En Argentina elegiremos un nuevo presidente en un contexto de gran tensión social. La pobreza aumenta cada día y la política está estrechamente ligada a la economía, la inflación y la inseguridad».
Al día de hoy nadie puede predecir si Argentina seguirá teniendo un gobierno de centro izquierda con el actual ministro de Economía Sergio Massa (de Unión por la Patria) como nuevo presidente, o si habrá un giro conservador con la candidata opositora Patricia Bullrich (de la coalición de derecha Juntos por el cambio), o si gobernará el outsider libertario Javier Milei (de La Libertad Avanza)
Poma, que vota «por deber cívico» en Suiza y Argentina, aún no sabe a quién elegirá. En cualquier caso, «gane quien gane tendrá enormes problemas para gobernar», afirma.
Las elecciones argentinas suscitan mucha atención internacional, desde que la alianza electoral de Milei ganó las primarias de agosto con un 30%, obteniendo el mayor número de votos en 16 de las 24 circunscripciones. Tras la votación, los medios de comunicación argentinos hablaron del «tsunami Milei» que sorprendió al país.
Milei es un economista libertario de derecha que también se llama a sí mismo “defensor del amor libre”, aunque al mismo tiempo quiere prohibir el aborto nuevamente. También niega el cambio climático causado por la humanidad y los crímenes cometidos por la dictadura militar argentina de 1976-1983.
Si la fórmula más votada no obtiene más del 45% del voto o más del 40% con una diferencia mayor al 10% con la fórmula que le sigue, el 19 de noviembre se hará el ballotage entre las dos fórmulas más votadas para consagrar al futuro presidente.
Para Alexia Berni, que vive las campañas electorales en terreno y tiempo real, dice que en Argentina siempre son apasionadas, tensas y polarizadas. «Sólo hay blanco o negro, no hay zonas grises. No importa quién sea elegido. Esta vez hay tres bandos de tamaño similar, y al final los descontentos seguirán siendo mayoría».
Votar en dos realidades distintas
Si la renovación del parlamento y la presidencia determinarán el rumbo que tomará Argentina en los próximos años, la situación es muy diferente en Suiza, donde se renovará un gobierno de concordancia, dentro del cual los principales partidos comparten poderes. Con esta doble elección, Carolina Poma vive la sensación de votar en “dos realidades distintas”. En Córdoba, imagina una Suiza “políticamente armoniosa y ordenada, y no importa qué partido obtenga más votos”, dice.
Sin embargo, un nuevo estudio ha demostrado que la mayoría de los votantes perciben a la política helvética como polarizada.
«La diferencia es que en Suiza puede haber opiniones polarizadas, pero las consecuencias para la dirección política del país son menores. En Argentina, en cambio, hay grandes consecuencias para la vida social si gana tal o cual partido», asevera Berni y agrega:
«En Suiza también se piensa muy diferente, pero en Argentina la polarización tiene mayores consecuencias sociopolíticas», concluye la joven, que ya tiene decidido a quién votará, en Argentina y en Suiza.
Texto adaptado del italiano por Norma Domínguez
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