Bajo la insignia de la protesta y la religión
Los cuatro pequeños partidos que han logrado hacerse un hueco en el Parlamento tienen de uno a dos escaños. El lema del Movimiento Ciudadano de la Suiza francófona y de la Liga de los Tesineses es la protesta contra la inmigración y el acercamiento de Suiza a la UE. El Partido Evangélico suizo y el Partido Cristiano Social de Obwalden, en cambio, tienen raíces religiosas y sociales. Sus prioridades para las próximas elecciones federales.
Liga de los Tesineses
Frenar la inmigración y defender la soberanía suiza: son las prioridades de la Liga de los TesinesesEnlace externo (LdT) para la próxima legislatura, una formación que ocupa dos escaños en el Consejo Nacional (cámara baja). “En lo que se refiere a la inmigración, hay varias cuestiones pendientes que deben ser resultas rápidamente en la próxima legislatura. La limitación de la libre circulación de personas en el mercado laboral suizo, problemas de seguridad y la expulsión de extranjeros que delinquen”, explica Lorenzo QuadriEnlace externo, diputado de la Liga.
La Ldt exige que el Gobierno y Parlamento ejecuten sin demora la iniciativa ‘Contra la inmigración masiva’ pese a las presiones de la Unión Europea (UE), para la cual los contingentes de mano de obra extranjera violan los tratados bilaterales.
LdT
Fundada en 1991 como movimiento de protesta contra los partidos históricos en el cantón del Tesino, la Liga de los Tesineses aboga por que Suiza preserve su independencia de la UE. Quiere limitar la inmigración, incrementar la seguridad y los controles en las fronteras, reducir la fiscalidad y una segunda galería en la autopista que atraviesa el San Gotardo.
En las elecciones de 2015 fue el segundo partido en el Parlamento cantonal, con el 24% de los votos. La LdT tiene dos representantes en el Gobierno cantonal y dos diputados en el Parlamento suizo.
“Dada la gravedad de la situación migratoria, nuestra posición sobre este tema es clara”, declara el representante de la Liga. “Si tuviéramos que elegir entre la situación actual, es decir, la libre circulación de personas sin límite alguno, y el fin de los acuerdos bilaterales, nos decantaríamos por la segunda opción. Estamos convencidos de que los tratados bilaterales pueden renegociarse sobre otras bases, lo que va en beneficio de todos. La UE no firmó los tratados para hacerle un regalo a Suiza. Lo hizo porque corresponden también a sus propios intereses”.
La LdT se opone igualmente a las presiones de Bruselas para que se concluya un acuerdo institucional que obligaría a Suiza a retomar automáticamente el derecho europeo y a someter eventuales diferendos al Tribunal Europeo de Justicia. “Tampoco nos cabe la menor duda en este punto: tenemos que defender nuestras prerrogativas y nuestras especificidades frente a las presiones externas. Por consiguiente, nada de jueces extranjeros ni de que el derecho europeo prime sobre el suizo. Lo que está en juego es nuestra independencia que debemos salvaguardar, cueste lo que cueste”, destaca Lorenzo Quadri.
Otra de las prioridades de la LdT para la próxima legislatura es defender en Berna las singularidades del cantón del Tesino a las que, dicen, el Gobierno suizo no presta la suficiente atención. “Desafortunadamente, vemos que las promesas no siempre se traducen en acciones concretas. Por una parte, el Gobierno reitera que es consciente de los problemas específicos del Tesino, el de los trabajadores fronterizos, por ejemplo. Por otra, no adopta decisiones acordes con lo que predica”.
Partido Evangélico suizo
“Igualdad, sostenibilidad y dignidad humana”: son los tres principios esenciales que determinan las decisiones políticas del Partido Evangélico suizoEnlace externo (PEV). “La igualdad es fundamental para nosotros, por ejemplo en los ámbitos económico y fiscal, para luchar contra la creciente desigualdad entre ricos y pobres”, explica Marianne Streiff-FellerEnlace externo, diputada y presidenta del partido. “Sostenibilidad significa, para nosotros, tener en cuenta el legado que queremos dejar a las futuras generaciones, como un medio ambiente intacto y arcas públicas saneadas. En cuanto a la dignidad humana, debe ser determinante en las relaciones con todos los seres humanos, especialmente las personas mayores, los discapacitados, todos quienes necesitan protección”.
En el programa del PEV figuran otros principios. Para este partido, los valores éticos de la Biblia deben constituir el fundamento de la sociedad. El PEV se diferencia en varios aspectos de otras formaciones políticas: es abierto y progresista en los temas sociales, pero conservador en las cuestiones relativas a la protección de la vida humana, el respeto de la familia y la lucha contra las adicciones.
PEV
Fundado en 1919, el Partido Evangélico suizo (PEV) aboga por una política social basada en los principios del Evangelio. La formación, que se sitúa en el centro del espectro político, lucha por un país solidario y la defensa de la dignidad humana.
En las elecciones federales de 2011 obtuvo el 2% de los votos y dos escaños en la cámara baja. Sus representantes forman parte del grupo parlamentario PDC/PEV.
Fundado en 1919, el PEV tiene representación en 18 cantones, no solo en los que la protestante es la religión mayoritaria. El partido ha tenido casi siempre un representante en Berna, pero nunca ha ocupado más de tres escaños en el Parlamento nacional. Tampoco ha logrado convertirse en una fuerza destacada, como lo es el Partido Demócrata Cristiano (PDC, democristianos) en los cantones católicos. “Contamos con un electorado fiel, pero sacamos adelante nuestras campañas electorales sin apoyo de grupos de presión políticos o económicos. Para nosotros, las personas no son una mercancía de la que se pueda obtener beneficios, sino una criatura que merece respeto desde que nace hasta que muere”, explica Marianne Streiff-Feller.
En cuanto a los grandes temas de la agenda política, el PEV es partidario de aplicar la iniciativa contra la inmigración masiva, aprobada en las urnas en 2014, sin que peligren los acuerdos bilaterales con la UE. Quiere defender los puestos de trabajo amenazados por las consecuencias de la apreciación del franco, pero de ser posible sin intervención del Estado. Pide un mayor compromiso de Suiza para responder a la situación de emergencia de los refugiados, así como la introducción de normas éticas para que las empresas suizas con filiales en el extranjero respeten al ser humano y el medio ambiente en los demás países.
Movimiento Ciudadano de la Suiza francófona
No se sitúa ni a la izquierda ni a la derecha, sino del lado del ciudadano, recalca el Movimiento Ciudadano de la Suiza francesa (MCR), que nació en 2010 por iniciativa del Movimiento Ciudadano GinebrinoEnlace externo (MCG). “En cualquier tema tratamos de poner al ciudadano en el centro del debate, al que los demás partidos tienden a dejar de lado. Estamos a favor de reforzar las consultas populares y, por ende, defendemos el principio fundamental de la democracia directa. Y abogamos por una economía súper fuerte para poder disponer de un sistema social eficaz, una redistribución de la riqueza y, por tanto, una buena cohesión social”, declara Roger Golay, único representante del MCF en el Parlamento helvético.
MCR
El Movimiento Ciudadanos de la Suiza francesa nació en 2010 y se limita prácticamente al cantón de Ginebra, donde el Movimiento Ciudadanos Ginebrinos (MCG) constituye la segunda fuerza política. En 2013 ganó casi el 20% de los votos en las elecciones al Parlamento cantonal.
En el resto del país, el movimiento se ha asentado solo en el cantón de Vaud (Lausana), aunque sin gran éxito. Desde 2011 cuenta con un diputado en el Parlamento federal: Roger Golay, presidente del MCG.
Estas propuestas sedujeron en poco tiempo a los electores del cantón de Ginebra. Fundado en 2005, el MCG se convirtió cuatro años después en el segundo partido del Legislativo cantonal. En Ginebra, esta formación quiere luchar, en nombre de los ciudadanos, contra la criminalidad, la creciente competitividad derivada de la globalización, el exceso de burocracia del Estado y la pésima gestión fiscal. Y, sobre todo, contra la gran afluencia de trabajadores fronterizos de la vecina Francia.
Por ello, el MCG ha sido acusado a menudo de xenofobia. “No estamos en contra de los extranjeros, sino que queremos una inmigración controlada. Suiza no puede gestionar semejante aflujo de mano de obra extranjera”, responde Roger Golay. “Hoy en Ginebra, pero también en otros cantones, la llegada de inmigrantes dificulta el acceso de nuestros jóvenes al mercado laboral y genera problemas de infraestructuras, de tráfico vial, transporte público y vivienda. Nuestra meta es defender a todos los residentes, independientemente de su origen o religión, para que puedan tener un empleo y una vivienda”.
Las tentativas de extender el movimiento a otros cantones francófonos, con la creación del MCR, han sido poco fructíferas hasta ahora. Barreras cantonales y falta de medios económicos. Pero también el hecho de que muchos de los problemas que el MCG denuncia en Ginebra no son tan marcados en otros cantones. En Berna, el MCR se propone defender la soberanía e independencia de Suiza. “Tenemos que resistir a los ataques de la UE, que pretende imponernos sus leyes y jueces extranjeros, y quiere dictarnos la política de inmigración a seguir. ¿Queremos contentar a la UE o a nuestros ciudadanos? Nosotros hemos optado por nuestros ciudadanos”, sostiene Roger Golay.
Partido Cristiano Social de Obwalden
Un hombre, un partido, un cantón: el diputado Karl VoglerEnlace externo es no solo el único representante del Partido Cristiano Social de ObwaldenEnlace externo (PCS OW, independiente) en el Parlamento nacional, sino también el único de su cantón en la cámara baja: con sus 36 000 habitantes, Obwalden tiene derecho a un solo escaño.
Fundado en 1956, el PCS OW pertenece a la familia de los partidos socialcristianos que nacieron durante la industrialización para defender a los obreros y las capas más pobres de la población. “Nuestro partido nació también de los movimientos obreros católicos a los que siguió vinculado durante mucho tiempo. Hoy, sin embargo, somos un partido de centro. Además, a diferencia de los socialcristianos en otros cantones, el PCS OW no pertenece ni al Partido Demócrata Cristiano (PDC, centro derecha) ni al Partido Cristiano Social (PCS, centro izquierda)”.
PCS OW
En varias regiones de Suiza surgieron partidos socialcristianos a principios del siglo pasado. En algunos, los socialcristianos representan el ala sindical del Partido Demócrata Cristiano (PDC), en otros se han transformado en partidos independientes que se unieron en el Partido Socialcristiano Suizo (hoy, Centro izquierda CSP).
Karl Vogler (diputado, Obwalden), es actualmente el único representante de una formación en el Legislativo suizo. En la cámara alta ocupa un escaño René Imoberdorf, miembro del Partido Socialcristiano del Alto Valais, pero que forma parte del PDC.
El diputado Karl Vogler forma parte del grupo parlamentario que integran el PDC y el Partido Evangélico (PEV). Según la clasificación que elaboró un diario con base en los votos de cada parlamentario, Vogler se sitúa exactamente en el centro del espectro político. “Defiendo, en nombre de mi partido, una economía fuerte, pero que preste atención a las cuestiones sociales y medioambientales. Tratamos de buscar un equilibrio entre los intereses de los distintos partidos. Solo una economía consolidada nos garantiza unos seguros sociales buenos. Y solo podemos tener una economía fuerte si preservamos la paz social y pagamos salarios que garanticen una calidad de vida y un poder adquisitivo dignos”, subraya Karl Vogler.
Una de las prioridades del PCS OW para la próxima legislatura es esclarecer las futuras relaciones con la UE, sobre todo en lo que se refiere a la ejecución de la iniciativa antiinmigración. “La UE ha dejado claro que no está dispuesta a hacer concesiones sobre la libre circulación de personas. Me temo que no podremos evitar una segunda votación sobre el tema”. Otra prioridad será asegurar la financiación del sistema de previsión social. Todos los proyectos de reforma presentados hasta ahora han fracasado en el Parlamento o en las urnas. “Habrá que hacer compromisos para reunir una mayoría a favor”, afirma Vogler. Él se declara dispuesto a mediar entre la derecha y la izquierda.
Las entrevistas se realizaron en mayo
Traducción del italiano: Belén Couceiro
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